tag:blogger.com,1999:blog-76617933749885337182024-03-13T06:43:53.578-07:00Mis Extractos Literarios:::Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.comBlogger44125tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-68914686703475539392020-04-02T21:34:00.001-07:002020-04-02T21:34:23.791-07:0044. La Casa En Mango Street - Sandra Cisneros. 1. Acuérdate de seguir escribiendo, Esperanza. Debes continuar escribiendo. Te hará libre, y yo dije sí, pero en ese momento no sabía lo que quería decirme.<br />
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2. Y entonces comenzamos a soñar los sueños.<br />
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3. Pero yo digo que las enfermedades no tienen ojos. Señalan con su dedo loco a cualquiera, nomás a cualquiera. A veces uno se acostumbra a los enfermos y a veces a la enfermedad, la cual, si se queda demasiado tiempo, se vuelve natural.<br />
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4. Sally, ¿no deseas a veces no tener que ir a casa?, ¿no te gustaría<br />
que un día tus pies siguieran caminando y te llevaran lejos de Mango Street, muy lejos, y quizá tus pies se detendrían frente a una casa bonita, con flores y grandes ventanas y escalones para que los subas de dos en dos hasta arriba donde te espera una recámara? Y si abrieras la manija de la ventanita y le dieras un empujón las ventanas se abrirían de pronto y todo el cielo entraría. No habría vecinos metiches mirando, ni motocicletas y coches, ni sábanas y toallas y lavandería. Sólo árboles y más árboles y chorros de cielo azul. Y podrías reír, Sally. Podrías dormirte y despertar sin tener que pensar nunca en quién te quiere y quién no. Podrías cerrar los ojos sin preocuparte de lo que dice la gente porque después de todo tú nunca fuiste de aquí y nadie te pondría triste y nadie pensaría que eres rara sólo porque te gusta soñar y soñar. Y nadie podría gritarte si te vieran afuera en lo oscuro inclinada sobre un carro, inclinada sobre alguien sin que alguien piense que eres mala, sin que alguien diga que está mal, sin que el mundo entero espere a que cometas un error cuando todo lo que querías, todo lo que tú querías, Sally, era amar y amar y amar y amar, y nadie podría llamar a eso una locura.<br />
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5. Quiero una casa en una colina como aquéllas con los jardines donde trabaja Papá. Los domingos vamos. Es el día libre de Papá. Yo iba antes. Ya no. No te gusta salir con nosotros, dice Papá, ¿te estás haciendo demasiado vieja? Se está creyendo la divina garza, dice Nenny. Lo que no les digo es que me da vergüenza –todos nosotros mirando por la ventana como los hambrientos. Estoy harta de ver y ver lo que no puedo tener. Cuando ganemos la lotería..., empieza a decir Mamá y entonces dejo de escuchar.<br />
La gente que vive en las colinas duerme tan cerca de las estrellas que olvida a los que vivimos demasiado pegados a la tierra. No miran hacia abajo excepto para sentirse contentos de vivir en las colinas.<br />
No se tienen que preocupar por la basura de la semana pasada ni por<br />
temor a las ratas. Llega la noche. Nada los despierta como no sea el<br />
viento.<br />
Un día voy a tener mi casa propia, pero no olvidaré quién soy ni de dónde vengo. Los vagos que pasen preguntarán, ¿puedo entrar? Yo les ofreceré el ático, les diré que se queden porque yo sé lo que es no tener casa.<br />
Algunos días, después de la cena, mis huéspedes y yo nos sentaremos frente a la chimenea. Las duelas del piso más alto rechinarán.<br />
El ático gruñirá.<br />
¿Ratas?, preguntarán mis huéspedes.<br />
Vagos, diré yo, y seré feliz.<br />
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6. Yo pude haber sido alguien, ¿sabes?, dice mi madre y suspira. Toda su vida ha vivido en esta ciudad. Sabe dos idiomas. Puede cantar una ópera. Sabe reparar la tele. Pero no sabe qué metro tomar para ir al centro. La tomo muy fuerte de la mano mientras esperamos a que llegue el tren.<br />
Cuando tenía tiempo dibujaba. Ahora dibuja con hilo y aguja, pequeños botones de rosa, tulipanes de hilo de seda. Algún día le gustaría ir al ballet. Algún día, también, a ver una obra de teatro. Pide discos de ópera en la biblioteca pública y canta con pulmones aterciopelados y poderosos como glorias azules.<br />
Hoy, mientras cuece la avena, es Madame Butterfly hasta que suspira y me señala con la cuchara de palo. Yo pude haber sido alguien, ¿sabes? Ve a la escuela, Esperanza. Estudia macizo. Esa Madame Butterfly era una tonta. Menea la avena. Fíjate en mis comadres. Se refiere a Izaura, cuyo marido se largó, y a Yolanda, cuyo marido está muerto. Tienes que cuidarte solita, dice moviendo la cabeza.<br />
Y luego, nada más porque sí:<br />
La vergüenza es mala cosa, ¿sabes? No te deja levantarte. ¿Sabes por qué dejé la escuela? Porque no tenía ropa bonita. Ropa no, pero cerebro sí. ¡Ufa!, dice disgustada, meneando de nuevo. Yo entonces era bien águila.<br />
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<a href="http://4.bp.blogspot.com/-mO-zsE4v3y8/Xoa8PP3TpNI/AAAAAAAAAZ4/2gv_9y09iRwM6EKJAKBY001XCRrQgbF3wCK4BGAYYCw/s1600/2277103.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://4.bp.blogspot.com/-mO-zsE4v3y8/Xoa8PP3TpNI/AAAAAAAAAZ4/2gv_9y09iRwM6EKJAKBY001XCRrQgbF3wCK4BGAYYCw/s320/2277103.jpg" width="240" /></a>7. Mentiste, Sally. No fue lo que tú dijiste que era. Lo que hizo. Donde me tocó. Yo no lo quise, Sally. Del modo en que lo dijeron, del modo que debe de ser, todos los libros de cuentos y las películas, ¿por qué me mintieron?<br />
Yo estaba esperando cerca de los payasos rojos. Estada parada junto a la vuelta al mundo donde tú dijiste. Y además a mí no me gustan los carnavales. Yo fui por acompañarte porque te ríes en la vuelta al mundo, echas tu cabeza para atrás y te ríes. Te guardo el cambio, agito la mano saludándote, cuento las veces que pasas. Esos muchachos que te miran porque eres bonita. Me gusta estar contigo, Sally. Eres mi amiga.<br />
Pero ese muchacho grandote, ¿dónde te llevó? Esperé eternidades. Esperé al lado de los payasos rojos, como tú dijiste, pero nunca apareciste, nunca viniste por mí.<br />
Sally, Sally cien veces. ¿Por qué no me oíste cuando te llamé? ¿Por qué no les dijiste que me soltaran? El que me agarró del brazo no me dejaba ir. Me dijo I love you, Spanish girl, I love you, y apretó su boca agria contra la mía.<br />
Detenlo, Sally. No pude correrlos. No podía hacer otra cosa que llorar. No recuerdo. Estaba oscuro. No recuerdo. No recuerdo. Por favor no me hagas contarlo todo. ¿Por qué me dejaste sola? Esperé toda la vida. Eres una mentirosa. Todos mintieron. Todos los libros y las revistas, todos lo dijeron chueco. Sólo sus uñas sucias contra mi piel, sólo su olor agrio otra vez. La luna me miraba. La vuelta al mundo. Los payasos rojos riendo su risa de lengua gruesa.<br />
Entonces los colores comenzaron a girar. El horizonte se ladeó.<br />
Tenis negros huyeron. Sally, tú mentiste, tú mentiste. No me dejaba ir.<br />
Dijo I love you, I love you, Spanish girl.<br />
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Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-37285833724694922622017-11-13T03:41:00.001-08:002017-11-13T03:41:42.144-08:0043. El Adversario - Emmanuel Carrère.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-y1-4HujgHy0/WgmEv7rE8II/AAAAAAAAAWA/ImLpveELBUA1HSc6Pwf3GC0s2cMO5Sl3wCLcBGAs/s1600/descarga.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="277" data-original-width="182" src="https://2.bp.blogspot.com/-y1-4HujgHy0/WgmEv7rE8II/AAAAAAAAAWA/ImLpveELBUA1HSc6Pwf3GC0s2cMO5Sl3wCLcBGAs/s1600/descarga.jpg" /></a></div>
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;">1. Cuando se toca fondo es cuando hay que dar un talonazo para volver a la superficie.</span><br style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;">2. Un amigo, un verdadero amigo, es también un testigo, alguien cuya mirada permite evaluar mejor la propia vida.</span><br style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;">3. Cuando estás cogido en ese engranaje de no querer defraudar, la primera mentira llama a la siguiente y es así toda la vida…</span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px;"><br /><br />4. Él hubiese preferido sufrir de veras un cáncer que la mentira -pues la mentira era una enfermedad, con su etiología, sus riesgos de metástasis, su pronóstico reservado-, pero el destino había querido que contrajese la enfermedad de la mentira, y no era culpa suya haberla contraído.<br /><br />5. No tenía más que treinta y cuatro años, pero su madurez apacible y reflexiva le había preparado para ese momento en que se deja de ser hijo para convertirse en padre, y no sólo en el de sus propios hijos sino el de sus padres, que muy suavemente se deslizan hacia la última infancia.<br /><br />6. Es notorio que los hombres más notables son también los más modestos, los que menos se preocupan de la opinión que se tiene de ellos.</span>Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-41334750633059763202016-06-11T08:03:00.000-07:002016-06-11T08:03:02.440-07:0042. La Tregua - Mario Benedetti. <div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-VirvMNSSrl4/V1wnks6V9wI/AAAAAAAAATs/zFVIWYVInDwKi8pKRzd8TlVw240rccEnQCLcB/s1600/mb3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; line-height: 19.32px; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-VirvMNSSrl4/V1wnks6V9wI/AAAAAAAAATs/zFVIWYVInDwKi8pKRzd8TlVw240rccEnQCLcB/s320/mb3.jpg" width="193" /></a>1. Me acerqué, yo también miré cómo llovía, no dijimos nada por un rato. De pronto tuve conciencia de que ese momento, de que esa rebanada de cotidianidad, era el grado máximo de bienestar, era la Dicha. Nunca había sido tan plenamente feliz como en ese momento, pero tenía la hiriente sensación de que nunca más volvería a serlo, por lo menos en ese grado, con esa intensidad. La cumbre es así, claro que es así. Además estoy seguro de que la cumbre es sólo un segundo, un breve<span class="text_exposed_show" style="display: inline; font-family: inherit;">segundo, un destello instantáneo, y no hay derecho a prórrogas.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px;">
2. Han llegado al máximo. Para un futbolista, el máximo significa llegar un día a integrar el combinado nacional; para un místico, comunicarse alguna vez con su Dios; para un sentimental, hallar en alguna ocasión en otro ser el verdadero eco de sus sentimientos. Para esta pobre gente, en cambio, el máximo es llegar a sentarse en los butacones directoriales, experimentar la sensación (que para otros sería tan incómoda) de que algunos destinos están en sus manos, hacerse la ilusión de que resuelven, de que disponen, de que son alguien. Hoy, sin embargo, cuando yo los miraba, no podía hallarles cara de Alguien sino de Algo. Me parecen Cosas, no Personas. Pero, ¿qué les pareceré yo? Un imbécil, un incapaz, una piltrafa que se atrevió a rechazar una oferta del Olimpo. Una vez, hace muchos años, le oí decir al más viejo de ellos: El gran error de algunos hombres de comercio es tratar a sus empleados como si fueran seres humanos. Nunca me olvidé ni me olvidaré de esa frasecita, sencillamente porque no la puedo perdonar. No sólo en mi nombre, sino en nombre de todo el género humano. Ahora siento la fuerte tentación de dar vuelta la frase y pensar: El gran error de algunos empleados es tratar a sus patrones como si fueran personas. Pero me resisto a esa tentación. Son personas. No lo parecen, pero son. Y personas dignas de una odiosa piedad, de la más infamante de las piedades, porque la verdad es que se forman una cáscara de orgullo, un repugnante empaque, una sólida hipocresía, pero en el fondo son huecos. Asquerosos y huecos. Y padecen la más horrible variante de la soledad: la soledad del que ni siquiera se tiene a sí mismo.</div>
<div style="line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
3. La teoría de ella, la gran teoría de su vida, la que la mantiene en vigor es que la felicidad, la verdadera felicidad, es un estado mucho menos angélico y hasta bastante menos agradable de lo que uno tiende siempre a soñar. Ella dice que la gente acaba por lo general sintiéndose desgraciada, nada más que por haber creído que la felicidad era una permanente sensación de indefinible bienestar, de gozoso éxtasis, de festival perpetuo. No, dice ella, la felicidad es bastante m<span class="text_exposed_show" style="display: inline; font-family: inherit;">enos (o quizá bastante más, pero de todos modos otra cosa) y es seguro que muchos de esos presuntos desgraciados son en realidad felices, pero no se dan cuenta, no lo admiten, porque ellos creen que están muy lejos del máximo bienestar.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">
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4. ...y así como estaba, mirando hacia arriba, con la nuca apoyada en la puerta, empezó a llorar. Y no era el famoso llanto de felicidad. Era ese llanto que sobreviene cuando uno se siente opacamente desgraciado. Cuando alguien se siente brillantemente desgraciado, entonces sí vale la pena llorar con acompañamiento de temblores, convulsiones, y, sobre todo, con público. Pero, cuando además de des- graciado, uno se siente opaco, cuando no queda sitio para la rebeldía, el sacrificio o la heroicidad, entonces hay que llorar sin ruido, porque nadie puede ayudar y porque uno tiene conciencia de que eso pasa y al final se retoma el equilibrio, la normalidad.</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
5. Vine ansioso por verificar, por comprobarlo todo. Lo del viernes fue una cosa única, pero torrencial. Pasó todo tan rápido, tan natural, tan felizmente, que no pude tomar ni una sola anotación mental. Cuando se está en el foco mismo de la vida, es imposible reflexionar. Y yo quiero reflexionar, medir lo más aproximadamente posible esta cosa extraña que me está pasando, reconocer mis propias señales, compensar mi falta de juventud con mi exceso de conciencia.</div>
<div style="line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-216-br0_ykc/V1wnoxMyY-I/AAAAAAAAAT0/SMy5hNRD7tgGqwRIQv_8_i2qjoNaeCYhwCLcB/s1600/descarga%2B%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; line-height: 19.32px; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><img border="0" src="https://4.bp.blogspot.com/-216-br0_ykc/V1wnoxMyY-I/AAAAAAAAAT0/SMy5hNRD7tgGqwRIQv_8_i2qjoNaeCYhwCLcB/s1600/descarga%2B%25281%2529.jpg" /></a>6. El tiempo se va. A veces pienso que tendría que ir apurado, que sacarle el máximo partido a estos años que quedan. Hoy en día, cualquiera puede decirme, después de escudriñar mis arrugas: Pero si usted todavía es un hombre joven. Todavía. ¿Cuántos años me quedan de todavía? Lo pienso y me entra el apuro, tengo la angustiante sensación de que la vida se me está escapando, como si mis venas se hubieran abierto y yo no pudiera detener mi sangre. Porque la vida es muchas cosas<span class="text_exposed_show" style="display: inline; font-family: inherit;"> (trabajo, dinero, suerte, amistad, salud, complicaciones), pero nadie va a negarme que cuando pensamos en esa palabra Vida, cuando decimos, por ejemplo, que nos aferramos a la vida, la estamos asimilando a otra palabra más concreta, más atractiva, más seguramente importante: la estamos asimilando al Placer. Pienso en el placer (cualquier forma de placer) y estoy seguro de que eso es vida. De ahí el apuro, el trágico apuro de estos cincuenta años que me pisan los talones. Aún me quedan, así lo espero, unos cuantos años de amistad, de pasable salud, de rutinarios afanes, de expectativa ante la suerte, pero ¿cuántos me quedan de placer? Tenía veinte años y era joven; tenía treinta y era joven; tenía cuarenta y era joven. Ahora tengo cincuenta años y soy todavía joven. Todavía quiere decir: se termina.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px;">
7. Tendría Dios, eso sí, y tendría religión. Pero ¿es que acaso no los tengo? Francamente, no sé si creo en Dios. A veces imagino que, en el caso de que Dios exista, no habría de disgustarle esta duda. En realidad, los elementos que él (¿o Él?) mismo nos ha dado (raciocinio, sensibilidad, intuición) no son en absoluto suficientes como para garantizarnos ni su existencia ni su no existencia. Gracias a una corazonada puedo creer en Dios y acertar, o no creer en Dios y también acertar. ¿Entonces?</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">8. Yo la quiero a usted en eso que se llama la realidad, pero los problemas aparecen cuando pienso en eso que se llama las apariencias. ¿Qué problemas?, preguntó, esta vez creo que verdaderamente intrigada. No me haga decir que yo podría ser su padre, o que usted tiene la edad de alguno de mis hijos. No me lo haga decir, porque ésa es la clave de todos los problemas y, además, porque entonces sí voy a sentirme un poco desgraciado. No contestó nada. Estuvo bien. Era lo menos ries</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">goso. ¿Comprende entonces?, pregunté, sin esperar respuesta. Mi pretensión, aparte de la muy explicable de sentirme feliz o lo más aproximado a eso, es tratar de que usted también lo sea. Y eso es lo difícil.<br />Usted tiene todas las condiciones para concurrir a mi felicidad, pero yo tengo muy pocas para concurrir a la suya. Y no crea que me estoy mandando la parte. En otra posición (quiero decir, más bien, en otras edades) lo más correcto sería que yo le ofreciese un noviazgo serio, muy serio, quizá demasiado serio, con una clara perspectiva de casamiento al alcance de la mano. Pero si yo ahora le ofreciese algo semejante, calculo que sería muy egoísta, porque sólo pensaría en mí, y lo que yo más quiero ahora no es pensar en mí sino pensar en usted. Y no puede olvidar usted tampoco que dentro de diez años yo tendré sesenta. Escasamente un viejo, podrá decir un optimista o un adulón, pero el adverbio importa muy poco. Quiero que quede a salvo mi honestidad al decirle que ni ahora ni dentro de unos meses, podré juntar fuerzas como para hablar de matrimonio. Pero siempre hay un pero ¿de qué hablar entonces? Yo sé que, por más que usted entienda esto, es difícil, sin embargo, que admita otro planteo. Porque es evidente que existe otro planteo. En ese otro planteo hay cabida para el amor, pero no la hay en cambio para el matrimonio. Levantó los ojos, pero no interrogaba. Es probable que sólo haya querido ver mi cara al decir eso. Pero, a esta altura, yo ya estaba decidido a no detenerme. A ese otro planteo, la imaginación popular, que suele ser pobre en denominaciones, lo llama una Aventura o un Programa, y es bastante lógico que usted se asuste un poco. A decir verdad, yo también estoy asustado, nada más que porque tengo miedo de que usted crea que le estoy proponiendo una aventura. Tal vez no me apartaría ni un milímetro de mi centro de sinceridad, si le dijera que lo que estoy buscando denodadamente es un acuerdo, una especie de convenio entre mi amor y su libertad. Ya sé, ya sé. Usted está pensando que la realidad es precisamente la inversa; que lo que yo estoy buscando es justamente su amor y mi libertad. Tiene todo el derecho de pensarlo, pero reconozca que a mi vez tengo todo el derecho de jugármelo todo a una sola carta. Y esa sola carta es la confianza que usted pueda tener en mí.</span></div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px;">
<span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;"><span style="line-height: 19.32px;">9. Recuerdo que hubo una época (allá entre mis dieciséis y mis veinte años) en que tuve una buena, casi diría una excelente opinión de mí mismo. Me sentía con impulso para empezar y llevar a cabo algo grande, para ser útil a muchos, para enderezar las cosas. No puede decirse que fuera la mía una actitud cretinamente egocéntrica. Aunque me hubiera gustado recibir la aceptación y hasta el aplauso ajeno, creo que mi primer objetivo no era usar de los otros, sino serles de utilidad. Ya sé que esto no es caridad pura y cristiana; además, no me importa mucho el sentido cristiano de la caridad. Recuerdo que yo no pretendía ayudar a los menesterosos, o a los tarados, o a los miserables (creo cada vez menos en la ayuda caóticamente distribuida). Mi intención era más modesta; sencillamente, ser de utilidad para mis iguales, para quienes tenían un más comprensible derecho a necesitar de mí.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">La verdad es que esa excelente opinión acerca de mí mismo ha decaído bastante. Hoy me siento vulgar y, en algunos aspectos, indefenso. Soportaría mejor mi estilo de vida si no tuviera conciencia de que (sólo mentalmente, claro) estoy por encima de esa vulgaridad. Saber que tengo, o tuve, en mí mismo elementos suficientes como para encaramarme a otra posibilidad, saber que soy superior, no demasiado, a mi agotada profesión, a mis pocas diversiones, a mi ritmo de diálogo: saber todo eso no ayuda por cierto a mi tranquilidad, más bien me hace sentirme más frustrado, más inepto para sobreponerme a las circunstancias. Lo peor de todo es que no han acaecido terribles cosas que me cercaran, que frenaran mis mejores impulsos, que impidieran mi desarrollo, que me ataran a una rutina aletargante. Yo mismo he fabricado mi rutina, pero por la vía más simple: la acumulación. La seguridad de saberme capaz para algo mejor, me puso en las manos la postergación, que al fin de cuentas es un arma terrible y suicida. De ahí que mi rutina no haya tenido nunca carácter ni definición; siempre ha sido provisoria, siempre ha constituido un rumbo precario, a seguir nada más que mientras duraba la postergación, nada más que para aguantar el deber de la jornada durante ese período de preparación que al parecer yo consideraba imprescindible, antes de lanzarme definitivamente hacia el cobro de mi destino. Qué pavada, ¿no? Ahora resulta que no tengo vicios importantes (fumo poco, sólo de aburrido tomo una cañita de cuando en cuando), pero creo que ya no podría dejar de postergarme: éste es mi vicio, por otra parte incurable. Porque si ahora mismo me decidiera a asegurarme, en una especie de tardío juramento: Voy a ser exactamente lo que quise ser, resultaría que todo sería inútil. Primero, porque me siento con escasas fuerzas como para jugarlas a un cambio de vida, y luego, porque ¿qué validez tiene ahora para mí aquello que quise ser? Sería algo así como arrojarme conscientemente a una prematura senilidad. Lo que deseo ahora es mucho más modesto que lo que deseaba hace treinta años y, sobre todo, me importa mucho menos obtenerlo. Jubilarme, por ejemplo. Es una aspiración, naturalmente, pero es una aspiración en cuesta abajo. Sé que va a llegar, sé que vendrá sola, sé que no será preciso que yo proponga nada. Así es fácil, así vale la pena entregarse y tomar decisiones.</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-VirvMNSSrl4/V1wnks6V9wI/AAAAAAAAATs/zFVIWYVInDwKi8pKRzd8TlVw240rccEnQCLcB/s1600/mb3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><br /></a></div>
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Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-39020263564393619932016-05-28T21:11:00.003-07:002016-05-28T21:11:59.084-07:0041. Las Horas Distantes - Kate Morton. <div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
1. -Supongo que en la vida de todos los niños hay un momento en que las cortinas se descorren y entonces comprenden que sus padres no son inmunes a las peores debilidades humanas. Que no son invencibles. Que en ocasiones hacen cosas para su propia satisfacción, para alimentar sus propios monstruos. Somos una especie egoísta por naturaleza, señorita Burchill.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
2. La noche es diferente. Las cosas suceden de otra manera cuando el mundo está a oscuras. Las inseguridades y las heridas, las ansiedades y los miedos enseñan los colmillos por la noche.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
3. Desde entonces, siempre creyó que Juniper era como esa flor: misteriosa perfección en medio de un mundo destruido. No solo por su aspecto o por las cosas que decía. Era algo más, una esencia intangible, fuerza, seguridad. Parecía conectada con el mecanismo que impulsaba el planeta. Era la brisa de un día de verano, las primeras gotas de lluvia que caían en la tierra reseca, el resplandor del lucero.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
4. Juniper no podía dejar de mirarlo. Era locura, pasión, deseo, y por enc<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">ima de todo, era amor. Amaba su cuerpo, su voz, la manera en que esos dedos caían sobre su piel, el espacio debajo de la clavícula donde su mejilla se acomodaba a la perfección mientras dormían. Amaba ver en su cara todos los lugares donde había estado. Amaba no tener necesidad de preguntarle qué sentía, que las palabras fueran innecesarias. Había descubierto que estaba cansada de palabras.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
5. -Debemos ser cuidadosos. Una mente creativa necesita libertad. Debe ir a su ritmo, seguir sus propios patrones. Es difícil de explicar a una persona como tú, cuya mente funciona de una manera más formal, pero es imperativo que ningún asunto doméstico, ninguna distracción afecte a su talento.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
6. Ella dice que las historias están en todas partes y las personas que esperan el momento ideal para empezar a escribir acaban con las páginas vacías. Al parecer, escribir significa c<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">apturar en el papel imágenes e ideas. Tejer como una araña, aunque utilizando palabras para formar el dibujo.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
7. ...había creído que aquella sensación, aquel dolor sordo, imposible de aplacar, se aliviaría al llegar a su hogar, en el preciso instante en que su madre lo abrazara y, llorando sobre su hombro, le dijera que estaba en casa, que no tenía por qué preocuparse. No fue así, y Tom comprendía el motivo. Aquella ansiedad no era nostalgia. Tal vez había elegido esa palabra con cierta indolencia, incluso con esperanza, para referirse a la conciencia de haber perdido algo esencial. No era un lugar. Había perdido una parte de su ser.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-utCev-UUcDQ/V0pryxEH5LI/AAAAAAAAATU/SfZNDZ-_Oowr345PFBSl8tVNls2GjSxlQCLcB/s1600/9788466327565.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://2.bp.blogspot.com/-utCev-UUcDQ/V0pryxEH5LI/AAAAAAAAATU/SfZNDZ-_Oowr345PFBSl8tVNls2GjSxlQCLcB/s320/9788466327565.jpg" width="211" /></a><span style="line-height: 19.32px;">8. ...mientras Meredith hablaba sobre el progreso de su manuscrito.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">-Y bien -dijo, después de escuchar a su amiga-, ¿cuándo me lo enseñarás?</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">-No lo sé. Está casi listo. Casi, pero…</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">-¿Qué sucede?</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">-No lo sé, estoy tan…</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;"><br />Juniper se giró hacia Meredith. Con la palma de la mano hizo sombra para protegerse de la luz.<br />-Tan…<br />-Nerviosa.<br />-¿Nerviosa?<br />-Tal vez no te guste -dijo Meredith, y se incorporó.<br />Juniper hizo otro tanto y cruzó las piernas.<br />-Eso no sucederá.<br />-Pero si sucediera, nunca, jamás volvería a escribir.<br />-En ese caso, pequeña mía, puedes dejar de escribir ahora mismo -dijo Juniper, frunciendo el ceño y adoptando el tono severo de Percy.<br />-¡Entonces sabes que no te gustará! -exclamó Meredith desolada. Juniper solo había tenido intención de bromear, como de costumbre, y esperaba una respuesta en el mismo tono. Pero la sorpresa borró su fachada autoritaria.<br />-No quería decir eso, en absoluto -explicó, apoyando la mano en el corazón de su amiga-. Escribe lo que salga de aquí, porque es lo que necesitas, lo que deseas, nunca lo hagas para agradar a otra persona.<br />-¿Ni siquiera a ti?<br />-Y mucho menos a mí. Por Dios, Merry, ¿qué autoridad tiene mi opinión?<br />Meredith sonrió. La desolación se esfumó...</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
9. Las imágenes en blanco y negro producen una profunda nostalgia, la ausencia de color es una versión del embudo del tiempo.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
10. A pesar de todo, de una forma que no podía explicar con claridad, las cosas habían empezado a cambiar. Por las noches se despertaba con una inexplicable desazón, con un apetito semejante al hambre, aunque no imaginaba cómo saciarlo. Insatisfacción, añoranza. Una carencia profunda, abismal, que no sabía suplir. No sabía qué echaba de menos. Caminaba<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">, corría, escribía con furia, a toda velocidad. Las palabras, los sonidos, se agolpaban en su cabeza, exigían ser liberados. Era un alivio volcarlos en un papel. No se atormentaba, no meditaba, no volvía a leerlos. Era suficiente dejar que las palabras salieran para que en su interior las voces se silenciaran.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
11. Desde niño se había dejado llevar por la más tonta de las motivaciones: el deseo de poseer precisamente aquello que le estaba vedado.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
12. -El viaje será largo, Merry. ¿Has traído algo para entretenerte?<br />-Mi cuaderno.<br />El profesor rió, porque se trataba del cuaderno que él le había regalado como premio por haber hecho bien los exámenes.<br />-Por supuesto. Excelente. Escribe todo lo que veas, pienses y sientas. Tu voz es única, es importante -aconsejó</div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
13. El señor Cavill había intentado convencerla de que lo más importante no era el tema, sino la manera de escribirlo.<br />-No existen dos personas que comprendan o sientan las cosas de la misma manera. El desafío consiste en ser honesto al escribir. No copiar, no conformarse con la combinación de palabras más sencilla, sino buscar aquellas que explican con precisión lo que piensas, lo que sientes -dijo, y luego le preguntó si había entendido lo que trataba de expresar. En sus ojos había tal intensidad, tan sincero interés, que ella deseó ver las cosas como él las veía. Asintió y por un instante comprendió que se había abierto una puerta, el paso a un lugar muy distinto de aquel donde vivía.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
14. ¿En qué se transformaría ese lugar cuando él ya no estuviera? (...) Era un melodramático, un viejo sentimental. Tal vez a todos los hombres les agrada creer que su ausencia causará un colapso. Al menos a los hombres orgullosos como él. Debía andar con cautela. Tal como advertía la Biblia, la soberbia precede a la ruina.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
15. -¿Cuál es el terrible secreto (del libro)?<br />Lo miré desconcertada.<br />-No puedo decírtelo.<br />-Claro que puedes.<br />Mi padre se cruzó de brazos como un niño caprichoso. Yo traté de encontrar las palabras para explicar el pacto entre el lector y el escritor, el peligro de la avidez, el sacrilegio de revelar en un instante aquello que se construye a lo largo de muchos capítulos, secretos cuidadosamente ocultos por el autor detrás de incontables artificios.</div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-83Fs00Cqpyg/V0pry0EqN2I/AAAAAAAAATY/umQS2ZC1PcUToPiXAlkhYd9nLWe9BUmBwCLcB/s1600/13178870_10205502722562297_4614186745400773392_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="174" src="https://1.bp.blogspot.com/-83Fs00Cqpyg/V0pry0EqN2I/AAAAAAAAATY/umQS2ZC1PcUToPiXAlkhYd9nLWe9BUmBwCLcB/s320/13178870_10205502722562297_4614186745400773392_n.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="margin-bottom: 6px;">
16. Llegué al final de la página, pero no leí el reverso. Permanecí inmóvil, como si prestara suma atención a un sonido. Supongo que así era, porque la vocecita de la niña había salido de la caja y resonaba ahora en la penumbra de la habitación. «Ahora estoy en el campo…», «hay una torre y tres hermanas…». Los diálogos se evaporan tan pronto se dan por terminados. La palabra escrita perdura. Aquellas cartas habían viajado en el tiempo, durante cincuenta años habían esperado pacientemente en su caja el momento en que yo las encontrara.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
17. Debo decir que los hermanos me interesan en general. Su intimidad me intriga y me produce rechazo. El hecho de compartir los componentes genéticos, la distribución azarosa y a veces injusta de la herencia, la inexorabilidad del vínculo es algo que escasamente comprendo. (...) Un hilo invisible nos conecta con la misma fuerza que el día se une a la noche.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
18. Basta con echar un vistazo a la frágil barrera entre el pasado y el presente para conocer el dolor físico que supone <span class="text_exposed_show" style="display: inline;">darse cuenta de que uno es incapaz de volver.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
19. Una bandada de pájaros planeaba en la distancia, más allá de los campos de lúpulo, y los observó alejarse. «Libre como un pájaro», se solía decir, y sin embargo, en opinión de Saffy, los pájaros no eran en absoluto libres, estaban atados a sus costumbres, a las necesidades de cada estación, a la biología, a la naturaleza, a la descendencia. No eran más libres que los demás.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
20<span style="line-height: 19.32px;">. Había leído la definición, «profunda añoranza del pasado», y con la torpe seguridad de la juventud, Percy lo había considerado un concepto muy peculiar. No podía imaginar por qué alguien querría volver a vivir el pasado cuando le aguardaba el gran misterio del futuro.</span></div>
</div>
Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-55099679151930247872016-05-25T16:16:00.003-07:002016-05-25T16:16:19.628-07:0040. El Principito - Antoine de Saint Exupéry. <div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">1. Las personas mayores me aconsejaron abandonar el dibujo de serpientes boas, ya fueran abiertas o cerradas, y poner más interés en la geografía, la historia, el cálculo y la gramática. De esta manera a la edad de seis años abandoné una magnífica carrera de pintor. Había quedado desilusionado por el fracaso de mis dibujos número 1 y número 2. Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicac</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">iones.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
2. A lo largo de mi vida he tenido multitud de contactos con multitud de gente seria. Viví mucho con personas mayores y las he conocido muy de cerca; pero esto no ha mejorado demasiado mi opinión sobre ellas.<br />Cuando me he encontrado con alguien que me parecía un poco lúcido, lo he sometido a la experiencia de mi dibujo número 1 que he conservado siempre. Quería saber si verdaderamente era un ser comprensivo. E invariablemente me contestaban siempre: "Es un sombrero". Me abstenía de hablarles de la serpiente boa, de la selva virgen y de las estrellas. Poniéndome a su altura, les hablaba del bridge, del golf, de política y de corbatas. Y mi interlocutor se quedaba muy contento de conocer a un hombre tan razonable.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">3. Dibujé un cordero. Lo miró atentamente y dijo:</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—¡No! Este está ya muy enfermo. Haz otro. </span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">Volví a dibujar.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">Mi amigo sonrió dulcemente, con indulgencia. </span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—¿Ves? Esto no es un cordero, es un carnero. Tiene Cuernos… </span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;"><br />Rehice nuevamente mi dibujo: fue rechazado igual que los anteriores.<br />—Este es demasiado viejo. Quiero un cordero que viva mucho tiempo.<br />Falto ya de paciencia y deseoso de comenzar a desmontar el motor, garabateé rápidamente este dibujo, se lo enseñé, y le agregué:<br />—Esta es la caja. El cordero que quieres está adentro. Con gran sorpresa mía el rostro de mi joven juez se iluminó:<br />—¡Así es como yo lo quería!</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
4. —¿De dónde vienes, muchachito? ¿Dónde está "tu casa"? ¿Dónde quieres llevarte mi cordero?<br />Después de meditar silenciosamente me respondió:<br />—Lo bueno de la caja que me has dado es que por la noche le servirá de casa.<br />—Sin duda. Y si eres bueno te daré también una cuerda y una estaca para atarlo durante el día.<br />Esta proposición pareció chocar al principito. <span class="text_exposed_show" style="display: inline;"><br />—¿Atarlo? ¡Qué idea más rara!</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
5. Este astrónomo hizo una gran demostración de su descubrimiento en un congreso Internacional de Astronomía. Pero nadie le creyó a causa de su manera de vestir. Las personas mayores son así.Felizmente para la reputación del asteroide B 612, un dictador turco impuso a su pueblo, bajo pena de muerte, el vestido a la europea. Entonces el astrónomo volvió a dar cuenta de su descubrimiento en 1920 y como lucía un traje muy elegante, todo el mundo aceptó su demostración.<br />Si les he contado de todos estos detalles sobre el asteroide B 612 y hasta les he confiado su número, es por consideración a las personas mayores. A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: "¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?" Pero en cambio preguntan: "¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?" Solamente con estos detalles creen conocerle. Si les decimos a las personas mayores: "He visto una casa preciosa de ladrillo rosa, con geranios en las ventanas y palomas en el tejado", jamás llegarán a imaginarse cómo es esa casa. Es preciso decirles: "He visto una casa que vale cien mil pesos". Entonces exclaman entusiasmados: "¡Oh, qué preciosa es!"</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">6. —¿Para qué sirven las espinas?</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">El principito no permitía nunca que se dejara sin respuesta una pregunta formulada por él. Irritado por la resistencia que me oponía el perno, le respondí lo primero que se me ocurrió:</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—Las espinas no sirven para nada; son pura maldad de las flores.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—¡Oh!</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">Y después de un silencio, me dijo con una especie de rencor:</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—¡No te creo! Las flores son débiles. Son ingenuas. Se defienden como pueden. Se creen terribles con sus espinas… </span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">No le respondí nada; en aquel momento me estaba diciendo a mí mismo: "Si este perno me resiste un poco más, lo haré saltar de un martillazo". El principito me interrumpió de nuevo mis pensamientos:</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—¿Tú crees que las flores…?</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—¡No, no creo nada! Te he respondido cualquier cosa para que te calles. Tengo que ocuparme de cosas serias.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">Me miró estupefacto.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—¡De cosas serias!</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">Me miraba con mi martillo en la mano, los dedos llenos de grasa e inclinado sobre algo que le parecía muy feo.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—¡Hablas como las personas mayores!</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">Me avergonzó un poco. Pero él, implacable, añadió:</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—¡Lo confundes todo…todo lo mezclas…!</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">Estaba verdaderamente irritado; sacudía la cabeza, agitando al viento sus cabellos dorados.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—Conozco un planeta donde vive un señor muy colorado, que nunca ha olido una flor, ni ha mirado una estrella y que jamás ha querido a nadie. En toda su vida no ha hecho más que sumas. Y todo el día se lo pasa repitiendo como tú: "¡Yo soy un hombre serio, yo soy un hombre serio!"… Al parecer esto le llena de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo!</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—¿Un qué?</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—Un hongo.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">El principito estaba pálido de cólera.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—Hace millones de años que las flores tiene espinas y hace también millones de años que los corderos, a pesar de las espinas, se comen las flores. ¿Es que no es cosa seria averiguar por qué las flores pierden el tiempo fabricando unas espinas que no les sirven para nada? ¿Es que no es importante la guerra de los corderos y las flores? ¿No es esto más serio e importante que las sumas de un señor gordo y colorado? Y si yo sé de una flor única en el mundo y que no existe en ninguna parte más que en mi planeta; si yo sé que un buen día un corderillo puede aniquilarla sin darse cuenta de ello, ¿es que esto no es importante?</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">El principito enrojeció y después continuó:</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, basta que las mire para ser dichoso. Puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…" ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¡Y esto no es importante!</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">No pudo decir más y estalló bruscamente en sollozos.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">La noche había caído. Yo había soltado las herramientas y ya no importaban nada el martillo, el perno, la sed y la muerte. ¡Había en una estrella, en un planeta, el mío, la Tierra, un principito a quien consolar! Lo tomé en mis brazos y lo mecí diciéndole: "la flor que tú quieres no corre peligro… te dibujaré un bozal para tu cordero y una armadura para la flor…te…". No sabía qué decirle, cómo consolarle y hacer que tuviera nuevamente confianza en mí; me sentía torpe. ¡Es tan misterioso el país de las lágrimas!</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">7. Creía que no iba a volver nunca. Pero todos aquellos trabajos le parecieron aquella mañana extremadamente dulces. Y cuando regó por última vez la flor y se dispuso a ponerla al abrigo del fanal, sintió ganas de llorar.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—Adiós —le dijo a la flor. Esta no respondió.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—Adiós —repitió el principito.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">La flor tosió, pero no porque estuviera resfriada.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—He sido una tonta —le dijo al fin la flor—. Perdóname. Procura ser feliz.</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;"><br />Se sorprendió por la ausencia de reproches y quedó desconcertado, con el fanal en el aire, no comprendiendo esta tranquila mansedumbre.<br />—Sí, yo te quiero —le dijo la flor—, ha sido culpa mía que tú no lo sepas; pero eso no tiene importancia. Y tú has sido tan tonto como yo. Trata de ser feliz. . . Y suelta de una vez ese fanal; ya no lo quiero.<br />—Pero el viento...<br />—No estoy tan resfriada como para... El aire fresco de la noche me hará bien. Soy una flor.<br />—Y los animales...<br />—Será necesario que soporte dos o tres orugas, si quiero conocer las mariposas; creo que son muy hermosas. Si no ¿quién vendrá a visitarme? Tú estarás muy lejos. En cuanto a las fieras, no las temo: yo tengo mis garras.<br />Y le mostraba ingenuamente sus cuatro espinas. Luego añadió:<br />—Y no prolongues más tu despedida. Puesto que has decidido partir, vete de una vez.<br />La flor no quería que la viese llorar: era tan orgullosa..."</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
"Siento tanta pena al contar estos recuerdos. Hace ya seis años que mi amigo se fue con su cordero. Y si intento describirlo aquí es sólo con el fin de no olvidarlo. Es muy triste olvidar a un amigo. No todos han tenido un amigo. Y yo puedo llegar a ser como las personas mayores, que sólo se interesan por las cifras. Para evitar esto he comprado una caja de lápices de colores.<br /><br />8. Me creía sem<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">ejante a sí mismo y yo, desgraciadamente, no sé ver un cordero a través de una caja. Es posible que yo sea un poco como las personas mayores. He debido envejecer.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"><br />9. ¡Ah, principito, cómo he ido comprendiendo lentamente tu vida melancólica! Durante mucho tiempo tu única distracción fue la suavidad de las puestas de sol. Este nuevo detalle lo supe al cuarto día, cuando me dijiste:<br />—Me gustan mucho las puestas de sol; vamos a ver una puesta de sol…<br />—Tendremos que esperar…<br />—¿Esperar qué?<br />—Que el sol se ponga.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
10. —¿Sabes? Cuando uno está verdaderamente triste le gusta ver las puestas de sol.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
11. El principito se preguntó:<br />"¿Cómo es posible que me reconozca si nunca me ha visto?"<br />Ignoraba que para los reyes el mundo está muy simplificado. Todos los hombres son súbditos."</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
"Tartamudeaba un poco y parecía vejado, pues el rey daba gran importancia a que su autoridad fuese respetada. Era un monarca absoluto, pero como era muy bueno, daba siempre órdenes razonables.<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"><br />Si yo ordenara —decía frecuentemente—, si yo ordenara a un general que se transformara en ave marina y el general no me obedeciese, la culpa no sería del general, sino mía".</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
12. —Me gustaría ver una puesta de sol... Deme ese gusto... Ordénele al sol que se ponga...<br />—Si yo le diera a un general la orden de volar de flor en flor como una mariposa, o de escribir una tragedia, o de transformarse en ave marina y el general no ejecutase la orden recibida ¿de quién sería la culpa, mía o de él?<br />—La culpa sería de usted —le dijo el principito con firmeza.<br />—Exactamente. Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar —continuó el rey. La autoridad se apoya antes que nada en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, el pueblo hará la revolución. Yo tengo derecho a exigir obediencia, porque mis órdenes son razonables.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
13. —No partas —le respondió el rey que se sentía muy orgulloso de tener un súbdito—, no te vayas y te hago ministro.<br />—¿Ministro de qué?<br />—¡De... de justicia!<br />—¡Pero si aquí no hay nadie a quien juzgar!<br />—Eso no se sabe —le dijo el rey—. Nunca he recorrido todo mi reino. Estoy muy viejo y el caminar me cansa. Y como no hay sitio para una carroza...<br />—¡Oh! Pero yo ya he visto. . . —dijo el principito que se inclinó para echar una ojeada al otro lado del planeta—. Allá abajo no hay nadie tampoco. .<br />—Te juzgarás a ti mismo —le respondió el rey—. Es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo, que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un verdadero sabio.<br />—Yo puedo juzgarme a mí mismo en cualquier parte y no tengo necesidad de vivir aquí.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
14. —¡Buenos días! —le dijo éste—. Su cigarro se ha apagado.<br />—Tres y dos cinco. Cinco y siete doce. Doce y tres quince. ¡Buenos días! Quince y siete veintidós. Veintidós y seis veintiocho. No tengo tiempo de encenderlo. Veintiocho y tres treinta y uno. ¡Uf! Esto suma quinientos un millones seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno.<br />—¿Quinientos millones de qué?<br />—¿Eh? ¿Estás ahí todavía? Quinientos millones de... ya no sé... ¡He trabajado tanto! ¡Yo soy un hombre serio <span class="text_exposed_show" style="display: inline;">y no me entretengo en tonterías! Dos y cinco siete...</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
15. —¿Y qué haces tú con quinientos millones de estrellas?<br />—Quinientos un millones seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno. Yo soy un hombre serio y exacto.<br />—¿Y qué haces con esas estrellas? —¿Que qué hago con ellas?<br />—Sí.<br />—Nada. Las poseo.<br />—¿Que las estrellas son tuyas?<br />—Sí.<br />—Yo he visto un rey que...<br />—Los reyes no poseen nada... Reinan. Es muy diferente.<br />—¿Y de qué te sirve poseer las estrellas?<br />—Me sirve para ser rico.<br />—¿Y de qué te sirve ser rico?<br />—Me sirve para comprar más estrellas si alguien las descubre.<br />"Este, se dijo a sí mismo el principito, razona poco más o menos como mi borracho".<br />No obstante le siguió preguntando:<br />—¿Y cómo es posible poseer estrellas?<br />—¿De quién son las estrellas? —contestó punzante el hombre de negocios.<br />—No sé. . . De nadie.<br />—Entonces son mías, puesto que he sido el primero a quien se le ha ocurrido la idea.<br />—¿Y eso basta?"</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
"—Eso es verdad —dijo el principito— ¿y qué haces con ellas?<br />—Las administro. Las cuento y las recuento una y otra vez —contestó el hombre de negocios—. Es algo difícil. ¡Pero yo soy un hombre serio!<br />El principito no quedó del todo satisfecho.<br />—Si yo tengo una bufanda, puedo ponérmela al cuello y llevármela. Si soy dueño de una flor, puedo cortarla y llevármela también. ¡Pero tú no puedes llevarte las estrellas!<br />—Pero puedo colocarlas en un banco.<br />—¿Qué quiere decir eso?<br />—Quiere decir que escribo en un papel el número de estrellas que tengo y guardo bajo llave en un cajón ese papel.<br />—¿Y eso es todo?<br />—¡Es suficiente!</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-Uf7rDJMyPEE/V0YyHQscSbI/AAAAAAAAATA/rJOOUvShCNkaSRpqHZaWsN7J-A-DeeO7ACLcB/s1600/descarga%2B%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://2.bp.blogspot.com/-Uf7rDJMyPEE/V0YyHQscSbI/AAAAAAAAATA/rJOOUvShCNkaSRpqHZaWsN7J-A-DeeO7ACLcB/s1600/descarga%2B%25281%2529.jpg" /></a>16. —Yo —dijo aún— tengo una flor a la que riego todos los días; poseo tres volcanes a los que deshollino todas las semanas, pues también me ocupo del que está extinguido; nunca se sabe lo que puede ocurrir. Es útil, pues, para mis volcanes y para mi flor que yo las posea. Pero tú, tú no eres nada útil para las estrellas...<br />El hombre de negocios abrió la boca, pero no encontró respuesta.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
17. —No —dijo el principito—. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? —volvió a preguntar el principito.<br />—Es una cosa ya olvidada —dijo el zorro—, significa "crear vínculos..."<br />—¿Crear vínculos?<br />—Efectivamente, verás —dijo el zorro—. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas,<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"> entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
18. —Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sol. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
El zorro se calló y miró un buen rato al principito:<br />—Por favor... domestícame —le dijo.<br />—Bien quisiera —le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.<br />—Sólo se conocen bien las cosas que se domestican —dijo el zorro—. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!<br />—¿Qué debo hacer? —preguntó el principito.<br />—Debes tener mucha paciencia —respondió el zorro—. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...<br />El principito volvió al día siguiente.<br />—Hubiera sido mejor —dijo el zorro— que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.<br />—¿Qué es un rito? —inquirió el principito.<br />—Es también algo demasiado olvidado —dijo el zorro—. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-w7CGtP_lbMc/V0YyHUXypqI/AAAAAAAAATE/nkCzMt6nWdkstxnR8Fnr0K0zKAHWKDqMACLcB/s1600/descarga.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://2.bp.blogspot.com/-w7CGtP_lbMc/V0YyHUXypqI/AAAAAAAAATE/nkCzMt6nWdkstxnR8Fnr0K0zKAHWKDqMACLcB/s1600/descarga.jpg" /></a><span style="line-height: 19.32px;">19. —Formo con los viajeros paquetes de mil y despacho los trenes que los llevan, ya a la derecha, ya a la izquierda.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">Y un tren rápido iluminado, rugiendo como el trueno, hizo temblar la caseta del guardavía.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—Tienen mucha prisa —dijo el principito—. ¿Qué buscan?</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—Ni siquiera el conductor de la locomotora lo sabe —dijo el guardavía.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">Un segundo rápido iluminado rugió en sentido inverso.</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;"><br />—¿Ya vuelve? —preguntó el principito.<br />—No son los mismos —contestó el guardavía—. Es un cambio.<br />—¿No se sentían contentos donde estaban?<br />—Nunca se siente uno contento donde está —respondió el guardavía.<br />Y rugió el trueno de un tercer rápido iluminado.<br />—¿Van persiguiendo a los primeros viajeros? —preguntó el principito.<br />—No persiguen absolutamente nada —le dijo el guardavía—; duermen o bostezan allí dentro. Únicamente los niños aplastan su nariz contra los vidrios.<br />—Únicamente los niños saben lo que buscan —dijo el principito. Pierden el tiempo con una muñeca de trapo que viene a ser lo más importante para ellos y si se la quitan, lloran...<br />—¡Qué suerte tienen! —dijo el guardavía.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
20. —¿Dónde están los hombres? —prosiguió por fin el principito. Se está un poco solo en el desierto...<br />—También se está solo donde los hombres —afirmó la serpiente.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
21. —¿Dónde están los hombres? —preguntó cortésmente el principito.<br />La flor, un día, había visto pasar una caravana.<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"><br />—¿Los hombres? No existen más que seis o siete, me parece. Los he visto hace ya años y nunca se sabe dónde encontrarlos. El viento los pasea. Les faltan las raíces. Esto les molesta.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
22. —Los hombres de tu tierra —dijo el principito— cultivan cinco mil rosas en un jardín y no encuentran lo que buscan.<br />—No lo encuentran nunca —le respondí. —Y sin embargo, lo que buscan podrían encontrarlo en una sola rosa o en un poco de agua...<br />—Sin duda, respondí. Y el principito añadió:<br />—Pero los ojos son ciegos. Hay que buscar con el corazón.</div>
</div>
Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-1140648880464819692016-05-25T15:50:00.002-07:002016-05-25T15:50:36.876-07:0039. Tereza Batista, Cansada de Guerra - Jorge Amado.<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-aitZWBByUZE/V0YsIXtP78I/AAAAAAAAASw/EXRxgFuY0KU2juDHDcnthgQwvZIU2OJMQCLcB/s1600/descarga%2B%25285%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://4.bp.blogspot.com/-aitZWBByUZE/V0YsIXtP78I/AAAAAAAAASw/EXRxgFuY0KU2juDHDcnthgQwvZIU2OJMQCLcB/s1600/descarga%2B%25285%2529.jpg" /></a><span style="line-height: 19.32px;">1. Ya que me lo preguntas con tanta delicadeza, te digo, mozo, que cuando viene la desgracia no viene sola. Empieza y no hay quien la pare, crece como cosa barata, de amplio consumo. La alegría, en cambio, amigo mío, es planta mañosa, de cría difícil, de poca sombra, de duración breve, no se da bien ni con el sol ni con la lluvia ni con el viento, exige cuidados cotidianos y tierra abonada, ni seca ni húmeda, es un cultivo caro, de gente rica, con mucho dinero. La alegría se co</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">nserva en champaña; la cachaça sólo consuela las desgracias, si es que las consuela. La desgracia es planta resistente, se mantiene sin requerir cuidados, crece sola, se hace frondosa, se la encuentra en todos los caminos. En donde hay pobres, compadre, la desgracia se da en abundancia, no se ve otra planta. Si el tipo no tiene la piel curtida y la espalda endurecida, con callos por dentro y por fuera, no gana nada liándose con encantamientos, no hay ebó que dé resultado. Y te digo más, compañero, y no es por alabarme sino porque es la pura verdad: sólo los pobres tienen fuerza para cargar con tantas desgracias y seguir viviendo.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-YqMfJHEmOq4/V0YsIeQmPHI/AAAAAAAAASs/smDIH3v0NcUSkuwd9mxkorLj_7fdDxe2ACLcB/s1600/descarga%2B%25286%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://4.bp.blogspot.com/-YqMfJHEmOq4/V0YsIeQmPHI/AAAAAAAAASs/smDIH3v0NcUSkuwd9mxkorLj_7fdDxe2ACLcB/s1600/descarga%2B%25286%2529.jpg" /></a></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">2. -Tereza cargó con fardo tan penoso que pocos machos aguantarían semejante peso; ella lo soportó y salió adelante, nadie la vio quejarse ni pedir compasión; si alguna vez la ayudaron, rara vez, fue por amistad y no porque se quejara; donde ella andaba ahuyentaba la tristeza. A la desgrac</span><span style="line-height: 19.32px;">ia no le hacía caso, compadre; para Tereza solamente la alegría tenía valor. ¿Quiere saber si Tereza estaba hecha de hierro y con el corazón de acero? Por el color hermoso de la piel, era de co</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">bre, no de hierro; el corazón de manteca, mejor dicho, de miel.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="background-color: white; margin-bottom: 6px;">
-En la vida de Tereza la desgracia floreció temprano, hermano, y me gustaría saber cuántos valientes resistirían lo que ella resistió sin morirse en la casa del capitán.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="background-color: white;">-Te puedo garantizar, hermano, que en el comienzo, las penurias de Tereza Batista</span><span style="background-color: white;"> pocos las pasaron en el infierno. Huérfana de padre y madre, sola en el mundo, sola contra Dios y el Diablo, y ni el mismo Dios le tuvo lástima. Y ya lo ve, esa niña atravesó lo peor del camino, las cosas más ruines entre las ruines y llegó sana y salva a la otra orilla, con una sonrisa en los labios. Bueno, eso de la sonrisa en los labios, no lo digo porque yo lo sepa, sino porque así lo oí decir.</span></div>
<div style="background-color: white; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Para Tereza fue difícil aprender a llorar porque había nacido para reír y vivir alegremente.</div>
<div style="background-color: white; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<br /></div>
</div>
Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-90177522490474043222016-05-25T15:45:00.001-07:002016-05-25T15:45:24.616-07:0038. Desayuno en Tiffany's - Truman Capote. <div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-NTQGb2UjbBY/V0YquuhMW8I/AAAAAAAAASg/d735lUG2FJoj6yVHWlGGAAKZVAlqsseNACLcB/s1600/descarga%2B%25284%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://2.bp.blogspot.com/-NTQGb2UjbBY/V0YquuhMW8I/AAAAAAAAASg/d735lUG2FJoj6yVHWlGGAAKZVAlqsseNACLcB/s1600/descarga%2B%25284%2529.jpg" /></a><span style="line-height: 19.32px;">1. La gente comenzó a interesarse por ella, gente importante, y, para redondear la operación, Benny Polan, un tipo muy respetado, Benny quería casarse con ella. ¿Qué más podía pedir un agente? Y entonces, ¡pam! The Story of Dr. Wassell ¿Ha visto esa película? Cecil B. DeMille. Gary Cooper. La leche. Me mato a trabajar, todo está listo: van a hacerle una prueba para el papel de enfermera del doctor Wassell. Bueno, una de las enfermeras. Y en</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">tonces, ¡pam! Suena el teléfono. -Descolgó un teléfono que flotaba en el aire, y se lo llevó a la oreja-. Soy Holly, me dice, hola cariño, le digo yo, estoy en Nueva York, dice, ¿qué coño estás haciendo en Nueva York, le digo, si es domingo y mañana mismo tienes la prueba? Estoy en Nueva York, dice ella, porque nunca había estado en Nueva York. Ya puedes aposentar tu culo en un avión, le digo, y volver ahora mismo. No quiero, dice ella. ¿Qué te pasa, niña?, le digo yo. Y ella me dice, para que las cosas salgan bien tienes que querer hacerlas, y yo no quiero. Bien, le digo, qué diablos quieres, y ella me dice, serás el primero en saberlo en cuanto lo averigüe.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
2. Es un fastidio, pero la solución consiste en saber que sólo nos ocurren cosas buenas si somos buenos.<br />¿Buenos? Mas bien quería decir honestos. No me refiero a la honestidad en cuanto a las leyes (podría robar una tumba, hasta le arrancaría los ojos a un muerto si creyese que así me alegraría un día), sino a ser honesto con uno mismo. Me da igual ser cualquier cosa, menos cobarde, falsa, tramposa en cuestión de sentimientos, o puta: pre<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">fiero tener el cáncer que un corazón deshonesto. Y esto no significa que sea una beata. Soy simplemente una persona práctica. De cáncer se muere a veces; de lo otro, siempre.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-nmH0DA7R4oI/V0YqugHIQMI/AAAAAAAAASc/INPK_yT_EPAIutkBEDhWI3PrhzZtuD1pACLcB/s1600/descarga%2B%25283%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://1.bp.blogspot.com/-nmH0DA7R4oI/V0YqugHIQMI/AAAAAAAAASc/INPK_yT_EPAIutkBEDhWI3PrhzZtuD1pACLcB/s1600/descarga%2B%25283%2529.jpg" /></a>3. -Fred es soldado -dijo Holly-, pero dudo que alguna vez llegue a ser una estatua. Podría serlo. Dicen que la gente, cuanto más estúpida, más valiente. Y él es bastante estúpido.<br />-¿Fred es ese chico del piso de arriba? No me di cuenta de que fuese un soldado. Pero sí parece estúpido.<br />-Un soñador, no un estúpido. Lo que más le gusta es estar encerrado en donde sea, mirando afuera: cualquiera que tenga la nariz aplastada contra un cristal tiene que parecer estúpido a la fuerza. De todos modos, ése es otro Fred. Fred es mi hermano.<br />-¿Y llamas estúpido a alguien que lleva tu misma sangre?<br />-Si lo es, lo es.<br />-Quizá, pero es de mal gusto decirlo de un chico que está combatiendo por ti y por mí y por todos nosotros.<br />-¿Qué es esto? ¿Un discurso para vender bonos de guerra?</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
4. Pero no hay que entregarles el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen. Hasta que se sienten lo suficientemente fuertes como para huir al bosque. O subirse volando a un árbol. Y luego a otro árbol más alto. Y luego al cielo. Así terminará usted, Mr. Bell, si se entrega a alguna criatura salvaje. Terminará con la mirada fija en el cielo.</div>
</div>
Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-49830862552836762672016-05-25T15:37:00.004-07:002016-05-25T15:37:47.881-07:0037. Memorias de una Geisha - Arthur Golden. <a href="https://3.bp.blogspot.com/-bhwRLuufVYg/V0YpB0C7NSI/AAAAAAAAASM/K67z6frFdFQ93tAnNFB9FDSQpBVG1WyVwCLcB/s1600/geisha.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://3.bp.blogspot.com/-bhwRLuufVYg/V0YpB0C7NSI/AAAAAAAAASM/K67z6frFdFQ93tAnNFB9FDSQpBVG1WyVwCLcB/s320/geisha.jpg" width="214" /></a><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">Un día o dos después de ser separada de mi hermana, estaba lavando unos trapos como me habían mandado que hiciera, cuando una mariposa bajó revoloteando del cielo y se posó en mi brazo. La espanté de un manotazo, esperando que se fuera volando a otro lado, pero en lugar de esto, cayó como una piedrecita al suelo del patio. No sabía si había caído del cielo ya muerta o si yo la había matado, pero su muerte me conmovió. Admiré el bonito d</span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">ibujo de sus alas y luego la envolví en uno de los trapos que estaba lavando y la escondí debajo de la casa.<br />No había vuelto a pensar en aquella mariposa; pero en cuanto la recordé, me arrodillé y busqué junto a los pequeños pilotes que soportaban la casa hasta que la encontré. Muchas cosas en mi vida habían cambiado, incluso mí aspecto; pero cuando desenvolví la mariposa, despojándola de su sudario, seguía siendo la misma criatura sorprendentemente hermosa del día que la había enterrado. Parecía vestida en unos suaves tonos grises y marrones, semejantes a los que llevaba Mamita cuando salía por la noche a jugar al mah-jong. Todo en ella era hermoso y perfecto y estaba totalmente intacto. Con que sólo una cosa en mi vida hubiera seguido igual que estaba cuando llegué a Kioto... Cuando pensé esto, mi mente empezó a girar como un remolino. Me sorprendía que fuéramos —la mariposa y yo— dos extremos opuestos. Mi existencia era como un río, que cambiaba cada día. Mientras pensaba estas cosas, saqué un dedo para acariciar la superficie aterciopelada de la mariposa, pero en cuanto la rocé, se convirtió de inmediato en un montoncito de ceniza, sin hacer el más mínimo ruido, sin darme siquiera tiempo a verla desmoronarse. Me asombró tanto que dejé escapar un gritito. El torbellino de mi mente se detuvo; me sentí como si hubiera entrado en el ojo del huracán. Dejé caer el pequeño sudario y la pila de cenizas, que revolotearon y se posaron en el suelo; y entonces comprendí el enigma que me había tenido desconcertada toda la mañana. El aire ya no olía a cerrado. El pasado había desaparecido. Mi madre y mi padre habían muerto y yo no podía hacer nada para cambiarlo. Pero supongo que yo también había estado en cierto modo muerta aquel último año. Y mi hermana... pues sí, se había ido; pero yo no me había ido. No estoy segura de que lo entiendas, pero era como si me hubiera vuelto a mirar hacia otro lado, de modo que ya no tenía frente a mí el pasado, sino el futuro. Y ahora la cuestión a la que me enfrentaba era: ¿cómo sería aquel futuro?</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-eu0jB4TaBtI/V0Yo5qSTK6I/AAAAAAAAASI/gYt7OXEVBDwTcWvUNe2CQC4KVd8ddQ6-ACLcB/s1600/descarga%2B%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://2.bp.blogspot.com/-eu0jB4TaBtI/V0Yo5qSTK6I/AAAAAAAAASI/gYt7OXEVBDwTcWvUNe2CQC4KVd8ddQ6-ACLcB/s1600/descarga%2B%25282%2529.jpg" /></a></div>
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Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-81429595746042590712016-05-25T15:30:00.002-07:002016-05-25T15:30:54.887-07:0036. Los Hombres que No Amaban a las Mujeres - Stieg Larsson.<a href="https://2.bp.blogspot.com/-0tfqdwAfFp0/V0YnebwR61I/AAAAAAAAAR4/-M9ttYp5o04nRMEXLWUeOkZ_VWL_tiNxQCLcB/s1600/descarga.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://2.bp.blogspot.com/-0tfqdwAfFp0/V0YnebwR61I/AAAAAAAAAR4/-M9ttYp5o04nRMEXLWUeOkZ_VWL_tiNxQCLcB/s1600/descarga.jpg" /></a><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">1. —Lisbeth, ¿puedes definir la palabra amistad?</span><br style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;" /><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">—Es cuando quieres a alguien.</span><br style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;" /><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">—Vale, pero ¿qué es lo que te hace querer a alguien?</span><br style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;" /><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">Ella se encogió de hombros.</span><br style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;" /><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">—La amistad, o al menos mi definición de ella, se basa en dos cosas: respeto y confianza —continuó él—. Y deben ser mutuas. Además, se tienen que dar los dos factores; puedes respetar a alguien, pero si no hay confianza, la amistad se desmorona.</span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;"><br />Ella seguía callada.<br />—Ya sé que no quieres hablar de ti, aunque alguna vez habrás de decidir si confiar en mí o no. Quiero que seamos amigos, pero esto es cosa de dos.<br />—Me gusta acostarme contigo.<br />—El sexo no tiene nada que ver con la amistad. Claro que los amigos pueden acostarse, pero, Lisbeth, si me veo obligado a elegir entre el sexo y la amistad en lo que se refiere a ti, sé perfectamente lo que elegiría.</span><br />
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-W4zTb3SC7ug/V0YneXMat4I/AAAAAAAAAR8/_DvJI1jr3yUsovQRgje8s4kvOKDfjYzaQCLcB/s1600/descarga%2B%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://1.bp.blogspot.com/-W4zTb3SC7ug/V0YneXMat4I/AAAAAAAAAR8/_DvJI1jr3yUsovQRgje8s4kvOKDfjYzaQCLcB/s1600/descarga%2B%25281%2529.jpg" /></a><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;"><br /></span><br />
<span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;"><span style="line-height: 19.32px;">2. A lo largo de todos estos años he tenido muchos enemigos y hay una cosa que he aprendido: nunca entres en la batalla cuando tienes todas las de perder. Sin embargo, jamás dejes que una persona que te ha insultado se salga con la suya. Espera tu momento y, cuando estés en una posición fuerte, devuelve el golpe, aunque ya no sea necesario hacerlo.</span></span><br />
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Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-81893006825629112232016-05-25T15:18:00.002-07:002016-05-25T15:18:18.332-07:0035. La Montaña Mágica - Thomas Mann.<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">1. ¿Cómo era posible que Hans Castorp dejase de respetar el trabajo? Esto hubiera ido contra la Naturaleza. Las circunstancias debían hacérselo aparecer como una cosa eminentemente respetable. En el fondo no había nada respetable fuera del trabajo; era el principio ante el cual uno se afirmaba o se mostraba insuficiente, era el absoluto de la época. Su respeto hacia el trabajo era de naturaleza religiosa y, por lo que él podía darse cuenta, indiscutible. Pero se planteaba tambié</span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">n la cuestión de saber si lo amaba; eso no podía conseguirlo, por profundo que fuera su respeto, por la sencilla razón de que el trabajo le era difícil. Un trabajo sostenido irritaba sus nervios, lo agotaba rápidamente, y reconocía con franqueza que, en resumen, amaba más el tiempo de libertad, el tiempo sobre el que no pesaba el plúmbeo peso de una labor penosa, el tiempo que se extendía ante él libre y no jalonado con obstáculos que había que vencer rechinando los dientes. Esta contradicción en su actitud respecto al trabajo debía ser necesariamente resuelta. ¿Había que suponer que su cuerpo y su espíritu —primero el espíritu y luego el cuerpo— hubiesen estado más alegremente dispuestos y hubiesen sido más resistentes al trabajo si, en el fondo de su alma, donde él no veía muy claro, hubiese podido creer en el trabajo como en un valor absoluto, como en un principio que respondía por sí mismo, y tranquilizarse con este pensamiento? No planteamos aquí la cuestión de saber si era mediocre o algo más que mediocre, cuestión a la cual no queremos contestar brevemente. Pues no nos consideramos, en modo alguno, como apologistas de Hans Castorp y emitimos la suposición de que el trabajo le molestaba sencillamente para su tranquilo disfrute de los María Mancini.</span><br />
<span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;"><br /></span>
<span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;"><span style="line-height: 19.32px;">2. —Hablas como Settembrini. ¿Y mi fiebre? ¿De qué procede?</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—Vamos, es un incidente sin consecuencias que pasará pronto.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—No, Clawdia, sabes perfectamente que lo que dices no es verdad, lo dices sin convicción, estoy seguro. La fiebre de mi cuerpo y las palpitaciones de mi corazón enjaulado y el estremecimiento de mis nervios son lo contrario de un incidente, se trata —y su rostro pálido, de labios estremecidos, se inclinó hacia el rostro de la mujer—, se trata nada menos que de mi amor por ti, ese amor que se apoderó de mí en el instante en que mis ojos te vieron, o más bien, que reconocí cuando te reconocí a ti, y es él evidentemente el que me ha conducido a este lugar...</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—¡Qué locura!</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—¡Oh! El amor no es nada si no es la locura, una cosa insensata, prohibida y una aventura en el mal. Si no es así es una banalidad agradable, buena para servir de tema a cancioncitas tranquilas en las llanuras. Pero que yo te he reconocido y que he reconocido mi amor hacia ti, sí, eso es verdad; yo ya te conocí, antiguamente, a ti y a tus ojos maravillosos oblicuos, y tu boca y la voz con que me hablas; una vez ya, cuando era colegial, te pedí tu lápiz para entablar contigo una relación social, porque te amaba sin razonar, y es por eso, sin duda, por mi antiguo amor hacia ti, por lo que me quedan esas marcas que Behrens ha encontrado en mi cuerpo y que indican que en otro tiempo yo estaba ya enfermo...</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">Sus dientes rechinaron. Había sacado un pie de debajo del asiento de la silla, que crujía, mientras iba divagando y, al avanzar ese pie, con la otra rodilla tocaba casi el suelo, de manera que se arrodillaba delante de ella con la cabeza inclinada y temblando todo su cuerpo.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—Te amo —balbuceó—, te he amado siempre, pues tú eres el Tú de mi vida, mi sueño, mi destino, mi deseo, mi eterno deseo.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—¡Vamos, vamos! —dijo ella—. ¡Si tus preceptores te viesen!</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">Pero él meneó la cabeza con desesperación, inclinando el rostro hacia el suelo, y contestó:</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—Me tendría sin cuidado, me tienen sin cuidado todos esos Carducci, la República elocuente, el progreso humano en el tiempo, pues ¡te amo!</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">Ella acarició dulcemente con la mano los cabellos cortados al rape en la nuca.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—Pequeño burgués —dijo —. Lindo burgués de la pequeña mancha húmeda. ¿Es verdad que me amas tanto?</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">Y exaltado por este contacto, ya sobre las dos rodillas, la cabeza echada hacia atrás y los ojos cerrados, él continuó hablando:—Oh, el amor, ¿sabes...? El cuerpo, el amor, la muerte, esas tres cosas no hacen más que una. Pues el cuerpo es la enfermedad y la voluptuosidad, y es el que hace la muerte; sí, son carnales ambos, el amor y la muerte, ¡y ése es su terror y su enorme sortilegio! Pero la muerte, ¿comprendes?, es, por una parte, una cosa de mala fama, impúdica, que hace enrojecer de vergüenza; y por otra parte es una potencia muy solemne y majestuosa (mucho más alta que la vida risueña que gana dinero y se llena la panza; mucho más venerable que el progreso que fanfarronea por los tiempos) porque es la historia y la nobleza, la piedad y lo eterno, lo sagrado, que hace que nos quitemos el sombrero y marchemos sobre la punta de los pies... De la misma manera, el cuerpo también, y el amor del cuerpo, son un asunto indecente y desagradable, y el cuerpo enrojece y palidece en la superficie por espasmo y vergüenza de sí mismo. ¡Pero también es una gran gloria adorable, imagen milagrosa de la vida orgánica, santa maravilla de la forma y la belleza, y el amor por él, por el cuerpo humano, es también un interés extremadamente humanitario y una potencia más educadora que toda la pedagogía del mundo...! ¡Oh, encantadora belleza orgánica que no se compone ni de pintura al óleo, ni de piedra, sino de materia viva y corruptible, llena del secreto febril de la vida y de la podredumbre! ¡Mira la simetría maravillosa del edificio humano, los hombros y las caderas y los senos floridos a ambos lados del pecho, y las costillas alineadas por parejas y el ombligo en el centro, en la blandura del vientre, y el sexo oscuro entre los muslos! Mira los omóplatos cómo se mueven bajo la piel sedosa de la espalda, y la columna vertebral que desciende hacia la doble lujuria fresca de las nalgas, y las grandes ramas de los vasos y de los nervios que pasan del tronco a las extremidades por las axilas, y cómo la estructura de los brazos corresponde a la de las piernas. ¡Oh, las dulces regiones de la juntura interior del codo y del tobillo, con su abundancia de delicadezas orgánicas bajo sus almohadillas de carne! ¡Qué fiesta más inmensa al acariciar esos lugares deliciosos del cuerpo humano! ¡Fiesta para morir luego sin un solo lamento! ¡Sí, Dios mío, déjame sentir el olor de la piel de tu rótula, bajo la cual la ingeniosa cápsula articular segrega su aceite resbaladizo! ¡Déjame tocar devotamente con mi boca la «Arteria femoralis» que late en el fondo del muslo y que se divide, más abajo, en las dos arterias de la tibia! ¡Déjame sentir la exhalación de tus poros y palpar tu vello, imagen humana de agua y de albúmina, destinada a la anatomía de la tumba, y déjame morir con mis labios pegados a los tuyos!</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">No abrió los ojos después de haber hablado. Permaneció sin moverse, con la cabeza inclinada, las manos que sostenían el pequeño lapicero de plata separadas, temblando y vacilando sobre sus rodillas. Ella dijo:</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—Eres, en efecto, un adulador que sabe solicitar de una manera profunda, a la alemana.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">Y le puso el gorro de papel.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—¡Adiós, príncipe Carnaval! ¡Esta noche la linea de tu fiebre será muy mala, estoy segura!</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">Al decir esto se levantó de la silla, se dirigió a la puerta, dudó un momento en el umbral, dio media vuelta elevando uno de sus brazos desnudos, con la mano en el pestillo y, por encima del hombro, dijo en voz baja:</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—No olvides devolverme el lápiz.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">Y salió.</span></span><br />
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-_5JNjTIaVFw/V0YkltXdA5I/AAAAAAAAARs/ZqnaO2LMd7MbWpHxzTVJb_Rn-npv47tZgCLcB/s1600/lmm021.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://3.bp.blogspot.com/-_5JNjTIaVFw/V0YkltXdA5I/AAAAAAAAARs/ZqnaO2LMd7MbWpHxzTVJb_Rn-npv47tZgCLcB/s320/lmm021.jpg" width="195" /></a><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;"><span style="line-height: 19.32px;"><br /></span></span><br />
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-ZQKEMSoHFnE/V0YklTZ-FzI/AAAAAAAAARo/SKtp-QzWRFIiJtu5xIiN9MkJdy9adXiyACLcB/s1600/thomas-mann.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="192" src="https://3.bp.blogspot.com/-ZQKEMSoHFnE/V0YklTZ-FzI/AAAAAAAAARo/SKtp-QzWRFIiJtu5xIiN9MkJdy9adXiyACLcB/s320/thomas-mann.jpg" width="320" /></a><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;"><span style="line-height: 19.32px;">3. «¡Eso es encantador! —pensó Hans Castorp—. ¡Es completamente encantador y atrayente! ¡Qué lindos, qué llenos de salud, qué inteligentes y felices! No son solamente bellos, sino también inteligentes e interiormente amables. Eso es lo que me impresiona y me enamora de ellos. El espíritu y el sentido inmanente de su ser, eso es lo que quiero decir. El espíritu con que se hallan reunidos y viven juntos.» Entendía por eso aquella gran afabilidad y</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;"> las consideraciones iguales para todos que esos hombres del sol tenían en su comercio: un respeto ligero y velado con una sonrisa, que se demostraban los unos a los otros casi insensiblemente, y que, sin embargo, en virtud de una idea que se había hecho carne, era un lazo de espíritu que, manifiestamente, les unía a todos; una dignidad y una severidad que se resolvían en alegría y que les guiaban en sus actos y en sus abstenciones como una influencia espiritual e inexpresable, de una gravedad en modo alguno sombría y de una piedad razonable, a pesar de que no estuviese falta de una solemnidad ceremoniosa.</span></span><br />
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Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-62554464698830488802016-05-25T15:08:00.000-07:002016-05-25T15:08:09.138-07:0034. El Mundo de Sofía - Jostein Gaarder. <div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">1. -Veo que coleccionas muchos cachivaches -dijo por fin.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">-Bueno, bueno. Piensa que en esta sala se conservan muchos siglos</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">de</span><span style="line-height: 19.32px;">Historia. Yo no los llamaría cachivaches.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">-¿Coleccionas antigüedades o algo así?</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">La cara</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">de</span><span style="line-height: 19.32px;"> Alberto adquirió una expresión casi melancólica.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">-No todo</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">el mundo</span><span style="line-height: 19.32px;"> puede dejarse llevar por la corriente</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">de</span><span style="line-height: 19.32px;"> la Historia, Sofía. Algunos tienen que detenerse y recoger aquello que se queda en sus orillas.</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;"><br />-Qué manera tan extraña <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> hablar.<br />-Pero es verdad, hija mía. No vivimos únicamente en nuestro propio tiempo. También llevamos con nosotros nuestra historia. Recuerda que todas las cosas que ves en esta habitación fueron nuevas alguna vez. Esa pequeña muñeca <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> madera del siglo XVI a lo mejor fue hecha para una niña en su quinto cumpleaños. Quizás por un viejo abuelo... Luego se hizo adolescente, Sofía. Y luego adulta y a lo mejor se casó. Quizás tuvo una hija que heredó su muñeca. Luego envejeció y una día dejó <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span>existir. Había vivido una larga vida, pero luego desapareció del todo. Y no volverá nunca. En realidad sólo estuvo aquí en una breve visita. Pero su muñeca, su muñeca está aquí sobre el estante.<br />-Todo se vuelve tan triste y solemne cuando lo expresas asi.<br />-Pero la vida misma es triste y solemne. Entramos en un mundo maravilloso, nos conocemos, nos saludamos, y caminamos juntos un ratito. Luego nos perdemos y desaparecemos tan <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> repente y tan sin razón como llegamos.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
2. Pero ya en Shakespeare encontramos montones <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> fra¬ses sobre la vida como un teatro. ¿Quieres algunos ejemplos?<br />-Con mucho gusto.<br />-En la pieza Como gustéis dice:</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
"Todo <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el mundo</span> es una escena<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"><br />sobre la cual los hombres y mujeres son pequeños actores<br />que vienen y van. Un hombre<br />ha <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> hacer muchos papeles en la vida."</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
Y en Macbeth dice:</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
"Sombra ambulante es esta vida, mísero actor que en el escenario se afana y pavonea un momento y al cabo para siempre, calla su voz. Relato<span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> un idiota, lleno <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> ruido y furia, que nada significa."</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Muy pesimista, ¿no?<br />Se interesaba por la brevedad <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la vida. Puede que hayas oído la cita más famosa <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> todas las <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> Shakespeare.<br />-«Ser o no ser; ésa es la cuestión.”<br />-Sí, eso lo dijo Hamlet. Un día andamos por <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el mundo</span>, al día siguiente habremos desaparecido.<br />-Pues sí, empiezo a darme cuenta <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> eso.<br />-Cuando los poetas y escritores <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la época barroca no comparaban la vida con un teatro, la comparaban entonces con un sueño. Shakespeare, por ejemplo. dijo: «Somos del mismo material del que se tejen los sueños, nuestra pequeña vida está rodeada <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> sueño...”<br />-Qué poético.<br />-El escritor español Calderón,; que nació en 1600, escribió una obra <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span>teatro que se llamaba La vida a sueño. En esa obra dice: «¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.<br />-Tal vez tuviera razón. Hemos leído una obra en el instituto. Se llamaba Jeppe en La Montaña<br />-Sí, <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> Ludvig Holberg. Aquí en el norte <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> Europa fue una gran figura<span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la transición entre la época barroca y la Ilustración.<br />-Jeppe se durmió en una cuneta y luego se despertó en la cama del barón. Entonces pensó que simplemente había soñado que era un pobre campesino. Luego, cuando vuelve a dormirse le llevan <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> nuevo a la cuneta donde se vuelve a despertar. Entonces cree que ha soñado que ha dormido en la cama del barón.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">3. –Sí, Sofía. ¿Crees que serías capaz</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">de</span><span style="line-height: 19.32px;"> ver tu propia vida en un contexto cósmico? En ese caso tendrías que cerrar los ojos a ti misma y a tu vida aquí y ahora...</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">–Hmm... no es fácil.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">–Recuérdate a ti misma que sólo vives una minúscula parte</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">de</span><span style="line-height: 19.32px;"> la vida</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">de</span><span style="line-height: 19.32px;">toda la naturaleza. Tú formas parte</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">de</span><span style="line-height: 19.32px;"> un contexto inmenso.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">–Creo que entiendo lo que quieres decir.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">–¿Eres capaz</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">de</span><span style="line-height: 19.32px;"> captarlo? ¿Eres capaz</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">de</span><span style="line-height: 19.32px;"> captar toda la naturaleza </span><span style="line-height: 19.32px;"></span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">de</span><span style="line-height: 19.32px;">una vez... sí,</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">el</span><span style="line-height: 19.32px;"> universo entero con una sola mi</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">rada.<br />–Depende. Quizás me hicieran falta algunos vidrios ópticos.<br />–No estoy pensando sólo en <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el</span> inmenso espacio. También pienso en un inmenso espacio <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> tiempo. Hace treinta mil años vivió un niño en <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el</span>valle del Rhin. Formaba una minúscula parte <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la naturaleza, un exiguo rizo en un mar inmenso. <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">De</span> la misma manera vives tú Sofía, una minúscula parte <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la vida <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la<br />naturaleza. No hay ninguna diferencia entre tú v ese niño.<br />–Al menos yo vivo ahora.<br />–<span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">De</span> acuerdo, pero precisamente era a ese tipo <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> pensamiento al que deberías cerrar los ojos. ¿Quién serás tú dentro <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> treinta mil años?</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">4. –Vamos a centrarnos</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">de</span><span style="line-height: 19.32px;"> nuevo en aquel niño</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">de</span><span style="line-height: 19.32px;"> la Edad</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">de</span><span style="line-height: 19.32px;"> Piedra que vivió hace treinta mil años. Conforme iba creciendo tiraba jabalinas a los animales salvajes, amó a una mujer que se convirtió en la madre</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">de</span><span style="line-height: 19.32px;"> sus hijos, y además seguramente adoraba a los dioses</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">de</span><span style="line-height: 19.32px;"> la tribu. ¿Piensas que él decidía todo esto?</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">–No sé.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">–O piensa en un león en África. ¿Crees que es él</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">el</span><span style="line-height: 19.32px;"> que decide vivir como una fiera? ¿Por eso se lanza encima</span><span style="line-height: 19.32px;"> </span><span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; line-height: 19.32px; padding: 0px 1px;">de</span><span style="line-height: 19.32px;"> un antílope cojo? ¿No debería haber decidi</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">do vivir como vegetariano?<br />–No, <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el</span> león vive según su naturaleza.<br />–O, con otras palabras, según las leyes <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la naturaleza. Eso lo haces tú también, Sofía, porque tú también eres naturaleza. Ahora podrás objetar, con <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el</span> apoyo <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> Descartes, que <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el</span> león es un animal y no un ser humano con capacidad espiritual libre. Pero piensa en un niño recién nacido. Llora y grita, y si no se le da leche se chupa <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el</span> dedo. ¿Tiene este bebé una voluntad libre?<br />–No.<br />–¿Entonces cuándo obtiene <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el</span> niño la libre voluntad? A los dos años corretea por todas partes señalando lo que hay a su alrededor. A los tres da la lata a su mamá y a los cuatro <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> pronto le entra miedo <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la oscuridad. ¿Dónde está la libertad, Sofía?<br />–No lo sé.<br />–A los quince años se pone delante del espejo y hace pruebas con <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el</span>maquillaje. ¿Es ahora cuando toma sus propias decisiones personales y hace lo que quiere?<br />–Entiendo lo que quieres decir.<br />–Ella es Sofía Amundsen, ya lo creo. Pero también vive según las leyes<span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la naturaleza. Lo que pasa es que no se da cuenta <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> eso porque hay muchas y muy complejas causas detrás <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> cada cosa que hace.<br />–No creo que quiera oír ya más.<br />–<span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">De</span> todos modos has <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> contestar a una última pregunta. Dos árboles<span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la misma edad crecen en un gran jardín. Uno <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> ellos crece en un lugar con mucho sol y tiene fácil acceso a tierra nutritiva y al agua. <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">El</span> otro árbol crece en una tierra mala en un sitio <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> mucha sombra. ¿Cuál <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span>los dos árboles crees que se hará más grande? ¿Y cuál <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> los dos dará más frutos?<br />–Naturalmente, <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el</span> árbol que ha tenido las mejores condiciones <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span>crecimiento.<br />–Según Spinoza ese árbol es libre. Ha tenido una libertad total para desarrollar sus posibilidades inherentes. Pero si es un manzano no ha tenido posibilidad <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> dar peras o ciruelas. Lo mismo ocurre con los seres humanos. Se nos puede inhibir nuestra evolución y nuestro crecimiento personal por ejemplo mediante<br />determinadas condiciones políticas. <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">De</span> esa manera, una fuerza exterior nos puede poner impedimentos. Sólo vivimos como seres libres cuando podemos desarrollar «libremente» nuestras posibilidades inherentes. Pero estamos tan determinados por disposiciones internas y condiciones externas como aquel niño del valle del Rhin en la Edad <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> Piedra, <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el</span> león<span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> Africa o <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el</span> manzano<br />del jardín.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
5. –Voy cambiando constantemente. No soy la misma hoy que cuando tenía cuatro años. Tanto mi humor como mi juicio sobre mí misma cambian <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> minuto en minuto. <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">De</span> vez en cuando ocurre que me siento como una «nueva persona».<br />–<span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">De</span> modo que esa sensación <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> tener un núcleo inalterable <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span>personalidad es falsa. La idea del «yo» es en realidad una larga cadena<span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> impresiones simples que nunca has percibido simultáneamente. No es más que «un manojo o un montón <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> juicios diferentes qu<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">e se suceden<span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el</span> uno al otro con una rapidez<br />increíble, y que están constantemente en cambio y movimiento». dice Hume: La conciencia es «una especie <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> teatro donde aparecen los distintos juicios sucediéndose los unos a los otros; pasan, vuelven, se marchan y se mezclan en una infinidad <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> posturas, situaciones. Lo que quiere decir Hume es que no tenemos ninguna «personalidad» que esté detrás o debajo <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> tales juicios y estados <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> ánimo que van y vienen. Pasa como con las imágenes sobre la pantalla <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> cine. Como cambian tan deprisa, no notamos que la película está «compuesta por imágenes simples». Pero en realidad las «imágenes» no están conectadas la una con la otra. La película es realmente una suma <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> momentos.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
6. «Ser o no ser» no es, pues, toda la cuestión. Otra cuestión es qué somos ¿Somos personas reales? ¿Nuestro <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">mundo</span> está compuesto por cosas verdaderas, o estamos rodeados <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> conciencia?</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
7. –Tengo miedo <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> que nada sea real<br />–Se llama angustia existencial y suele ser simplemente una transición a un nuevo conocimiento.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
8. Digo que hay algo <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> misterio divino en todo lo que existe. Lo vemos brillar en un girasol o en una amapola. Y también intuimos algo del inescrutable misterio cuando vemos a una mariposa levantar <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el</span> vuelo desde una rama, o a un pez dorado que nada en su pecera. Pero donde más cerca <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> Dios podemos estar es en nuestra propia alma. Sólo allí podemos unirnos con <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el</span> gran misterio <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la vida. En muy raros momentos podemos incluso llegar a sentir que nosotros mismos somos<span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el</span> misterio divino.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
9. –Si quieres. Pero cuando nos preguntamos <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> dónde procede <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el mundo</span>y discutimos las posibles respuestas, entonces la razón está en cierta manera vacía, porque no tiene ningún material <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> los sentidos que «tratar», no tiene ninguna experiencia en la que apoyarse. Porque no hemos percibido jamás toda aquella inmensa realidad <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la que constituimos una pequeña parte.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
10. Tan sensato resulta decir que <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el mundo</span> tiene que tener un principio como decir que no tiene tal principio, por<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">que ambas posibilidades son igualmente imposibles <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> imaginar por la razón. Podemos afirmar que <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el mundo</span> ha existido siempre ¿pero puede algo haber existido desde siempre sin que nunca haya tenido un principio? Ahora estamos obligados a asumir el punto <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> vista contrario. Decimos que <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el mundo</span>tiene que haber surgido alguna vez y entonces tiene que haber surgido<span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la nada, si no, simplemente habríamos hablado <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> un cambio <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> un estado a otro. ¿Pero puede algo surgir <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la nada, Sofía?<br />–No, las dos posibilidades resultan igualmente inconcebibles. Al mismo tiempo una tiene que ser correcta y la otra equivocada.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
11. Querida Hilde. Si el cerebro del ser humano fuera tan sencillo que lo pudiéramos entender, entonces seríamos tan estúpidos que tampoco lo entenderíamos.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
12. Según Kant, el artista juega libremente con su capacidad <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span>conocimiento. El poeta alemán Schiller continuó desarrollando las ideas<span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> Kant. Escribe que la actividad del artista es como un juego, y que el hombre sólo es libre cuando juega, porque entonces hace sus propias leyes. Los románticos opinaban que solamente el arte podía llevarnos más cerca <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> «lo inefable». Algunos fueron hasta el final y co<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">mpararon al artista con Dios.<br />–Porque el artista crea su propia realidad exactamente <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la misma manera que Dios ha creado <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el mundo</span>.<br />–Se decía que el artista tiene una «fuerza imaginativa <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> creación del mundo». En su entusiasmo artístico podía llegar a sentir desaparecer la frontera entre sueño y realidad. Novalis, que era uno <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> los jóvenes genios, dijo que «<span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">el mundo</span> se convierte en sueño, el sueño en mundo».</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
13. –Esta añoranza <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> algo lejano e inaccesible era típica <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> los románticos. Algunos también añoraron los tiempos pasados, por ejemplo la Edad Media, que ahora se revalorizó frente a la evaluación tan negativa <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la Ilustración. Los románticos también añoraban culturas lejanas, por ejemplo Oriente y sus misterios. También se sentían atraídos por la noche, por el amanecer, por viejas ruinas y por lo sobrenatural. Se interesaban por lo que podríamos llamar los «aspectos oscuros» <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> la existencia, es decir, lo enigmático, lo tétrico y lo misterioso.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
14. –Sí, se ha dicho que «la ociosidad es el ideal del genio y la pereza la virtud romántica». Era la obligación del romántico vivir la vida o soñar para alejarse <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> ella. El comercio cotidiano y los quehaceres <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> todos los días eran cosa <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">de</span> los filisteos.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
15. –La razón aparece ante todo en el lenguaje, y el lenguaje es algo a lo que nacemos. El idioma noruego se arregla perfectamente sin el señor Hansen, pero el señor Hansen no se arregla sin el idioma noruego. El idioma no es creado por el individuo, sino que es el idioma el que crea al individuo.<br />–Pues sí, se puede expresar así.<br />–De la misma manera que el individuo nace a un lenguaje también nace a sus condiciones históricas. Nadie puede tener una relación «libre» con esas con<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">diciones. La persona que no encuentre su lugar en el Estado es, por tanto, una persona «no histórica».</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
16. –Para Hegel la Historia era como el curso de un río. Cada pequeño movimiento del agua en un punto dado del río está en realidad determinado por la caída del agua y por sus remolinos más arriba. Pero también está determinado por las piedras y los meandros del río justo en ese lugar donde tú lo estás mirando.<br />–Creo que lo entiendo.<br />–También la historia del pensamiento, o de la razón, se puede comparar al curso de un río. Todos los pensamientos que vienen «manando» de las tradiciones de Personas que han vivido antes que tú, y las condiciones materiales que rigen en tu propia época, contribuyen a determinar tu manera de pensar. Por lo tanto, no puedes afirmar que una determinada idea sea correcta para siempre. Pero puede ser correcta en la época y el lugar en que te encuentras.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
17. –Hegel señaló que el espíritu universal evoluciona hacia una conciencia de sí mismo cada vez mayor. Los ríos se hacen cada vez más anchos, conforme se acercan al mar. Según Hegel, la Historia trata de que el espíritu universal despierte lentamente para concienciarse de sí mismo. El mundo ha estado aquí siempre, pero, a través de la cultura y las actividades del hombre, el espíritu universal se hace cada vez más consciente de su particularidad.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
18. –Ésta es, muy resumida, la tesis de Marx. El cómo trabajamos marca nuestra conciencia, pero nuestra conciencia también marca nuestro modo de trabajar. Se puede decir que hay una relación recíproca entre la «mano» y el «espíritu». Así, la conciencia del hombre está en estrecha relación con su trabajo.<br />–Entonces tiene que resultar bastante terrible estar en el paro.<br />–Sí, porque el que no tiene trabajo está de alguna manera vacío. Hegel ya había pensado en esto. Tanto para Hege<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">l como para Marx, el trabajo es algo positivo, es algo íntimamente relacionado con el hecho de ser persona.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
19. –En el sistema capitalista el obrero trabaja para otro. Así el trabajo se convierte en algo fuera de él. El obrero es un extraño a su propio trabajo y por tanto también se convierte en un extraño a si mismo. Pierde su propia realidad humana. Marx dice con una expresión Hegeliana que el obrero se siente alienado.<br />–Yo tengo una tía que lleva veinte años en una fábrica empaquetando bombones, de modo que no me cuesta nada entender lo que dices. Dice que odia tener que ir al trabajo todas las mañanas.<br />–Pero si odia su trabajo, Sofía, entonces, en cierta manera, también debe de odiarse a sí misma.<br />–Desde luego, odia los bombones.<br />–En la sociedad capitalista el trabajo está organizado de manera que el obrero está realizando, en realidad, un trabajo de esclavo para otra clase social. Así, el obrero transfiere su propia fuerza laboral, y con ello toda su existencia humana, a la burguesía.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
20. Pero Marx y Darwin no sólo se cruzan en el tiempo y en el espacio. Marx intentó dedicar a Darwin la edición inglesa de su gran obra El capital, pero Darwin no accedió. Al morir Marx, al año siguiente de Darwin, su amigo Friedrich Engels dijo: «De la misma manera que Darwin descubrió las leyes del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió las leyes del desarrollo histórico de la humanidad».</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
21. Otro importante pensador que también deseaba relacionar su actividad con <span class="text_exposed_show" style="display: inline;">Darwin, fue el psicólogo Sigmund Freud. También él vivió el último año de su vida en Londres. Freud señaló que tanto la teoría de la evolución de Darwin, como su propio psicoanálisis habían supuesto un agravio al «ingenuo amor propio del ser humano».</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
22. Marx había señalado que la ideología de los seres humanos es un producto de la base material de la sociedad. Darwin demostró que el ser humano es el resultado de un largo desarrollo biológico, y el estudio de Freud del subconsciente mostró que los actos de los hombres se derivan, a menudo, de ciertos instintos animales.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
23. –Darwin señaló que la lucha por la existencia es a menudo más dura entre especies cercanas, porque tienen que luchar por los mismos alimentos. Es entonces cuando actúan las pequeñas ventajas, es decir, las pequeñas y positivas variaciones con respecto a la media. Cuanto más dura sea la lucha por la existencia, más rápida será la evolución de nuevas especies. En esos casos solamente sobrevivirán los que estén mejor adaptados, todos los demás morirán.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
24. Estamos sentados en un<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">a cabaña del bosque mirando hacia atrás a un proceso que ha durado unos tres o cuatro mil millones de años. Precisamente en nosotros el largo proceso ha llegado a tomar conciencia de si mismo.<br />–¿Pero tú crees, a pesar de todo, que todo esto ha sucedido por pura casualidad?<br />–No, yo no he dicho eso. La lámina muestra que la evolución puede tener una dirección. En el curso de millones de años se han ido formando animales con un sistema nervioso cada vez más complicado y poco a poco también con un cerebro cada vez más grande. Personalmente no creo que esto sea casual. ¿Tú qué crees?</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
25. –O de Mefisto, del Fausto de Goethe: «Was solí uns denn das ewge Schaffen! / Ceschaifenes zu nichts hinweg-zuraffen!”<br />–¿Pero qué significan exactamente esas palabras?<br />–Justo en el instante antes de morir, Fausto mira hacía atrás en su larga vida y exclama triunfante:</div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
"Deténte, eres tan hermosa.<br />La huella de mi vida<br />no puede quedar envuelta en la nada.<br />Basta el presentimiento de aquella<br />felicidad sublime<br />para hacerme gozar mi hora inefable."</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
–¡Qué palabras tan bonitas!<br />–Pero luego le toca al diablo. En cuanto Fausto expira, Mefisto exclama:</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
"¡Acabó!<br />¡Estúpida palabra!<br />¿Por qué acabó?<br />¿No equivale esto a decir que todo quedó<br />reducido a la nada?<br />¡Qué significa la eterna Creación,<br />si todo lo creado ha de desaparecer para siempre!<br />El mundo, al dejar de existir,<br />será como si no hubiese existido nunca,<br />y, sin embargo, lo vemos agitarse incesante<br />como si realmente fuese algo.<br />En verdad, prefiero aún mi eterno vacío.""</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
26. –¿No es también una consecuencia de la teoría de la evolución de Darwin que formamos parte de algo grande, y que cada minúscula forma de vida tiene importancia para el gran contexto? ¡Nosotros somos el planeta vivo, Sofía! Somos el gran barco que navega alrededor de un sol ardiente en el universo. Pero cada uno de nosotros también es un barco que navega por la vida cargado de genes. Si logramos llevar esta carga al próximo puerto, entonces no habremos vivido en vano. Bjornst<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">jerne Bjornson expresó la misma idea en el poema «Psalmo II»:</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
¡Honremos la primavera eterna de la vida<br />que todo lo creó!;<br />hasta lo minúsculo tiene su creación merecida,<br />sólo la forma se perdió.<br />De estirpes nacen estirpes<br />que alcanzan mayor perfección;<br />de especies nacen especies,<br />millones de años de resurrección.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
¡Alégrate tú que tuviste la suerte de participar<br />como flor en su primer abril<br />y, en honor a lo eterno, el día disfrutar<br />como ser humano<br />y de poner tu grano<br />en la tarea de la eternidad;<br />pequeño y débil inhalarás<br />un único soplo<br />del día que no acaba jamás!"</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">27. –Érase una vez un ciempiés que bailaba estupendamente con sus cien pies. Cuando bailaba, todos los animales del bosque se reunían para verlo. Y todos quedaban muy impresionados con el exquisito baile. Pero había un animal al que no le gustaba ver bailar al ciempiés. Era un sapo...</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">–Sería un envidioso...</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">- ¿Qué puedo hacer para que el ciempiés deje de bailar?, pensó el sapo. No podía decir simplemente que no le gustaba el baile. Tampoco podía decir que él mismo bailaba mejor;</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;"> decir algo así no tendría ni pies ni cabeza. Entonces concibió un plan diabólico.<br />–¡Cuéntame!<br />–Se sentó a escribir una carta al ciempiés. «Ah, inigualable ciempiés», escribió. «Soy un devoto admirador de tu maravillosa forma de bailar. Me encantaría aprender tu método. ¿Levantas primero el pie izquierdo n.º 78 y luego el pie derecho n.º 47? ¿O empiezas el baile levantando el pie izquierdo n.º 23 antes de levantar el pie derecho n.º 18? Espero tu contestación con mucha ilusión. Atentamente, el Sapo,”<br />- ¡Caray!<br />–Cuando el ciempiés recibió la carta se puso inmediatamente a pensar en qué era lo que realmente hacía cuando bailaba. ¿Cuál era el primer pie que movía? ¿Y cuál era el siguiente? ¿Qué crees que pasó?<br />–Creo que el ciempiés no volvió a bailar jamás.<br />Sí, así acabó el cuento. Eso pasa cuando la imaginación es ahogada por la reflexión de la razón.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
28. –Poetas y pintores intentaron usar las fuerzas subconscientes en su obra creativa. Particularmente ése es el caso de los llamados surrealistas.<br />–¿Y qué significa eso?<br />–«Surrealismo» es una palabra francesa que se puede traducir por «sobrerrealismo». En 1924 André Breton publicó su Manifiesto surrealista, en el que señaló que el arte debe brotar del subconsciente. Así, el artista recogería en una libre inspiración sus imágenes soñadas y llegaría a una «sobrerrealidad» en la <span class="text_exposed_show" style="display: inline;">que ya no existe distinción entre el sueño y la realidad. También puede ser importante para un artista derrumbar la censura de la consciencia con el fin de dejar correr libremente las palabras y las imágenes.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
29. –Para los artistas es muy importante dar rienda suelta a la imaginación. Los surrealistas intentaron colocarse a sí mismos en un estado en el que las cosas simplemente venían por su cuenta. En una hoja en blanco comenzaban a escribir sin pensar en qué escribían. Lo llamaban escritura automática, una expresión tomada prestada del espiritismo, en el que un «médium» pensaba que era el espíritu de un muerto el que dirigía la pluma. Pero de esas cosas hablaremos más mañana.<br />–Muy bien.<br />–También el artista surrealista es en cierta manera un «médium», es decir un medio o un intermediario de su propio subconsciente. Pero tal vez haya un elemento del subconsciente en todo proceso creativo, porque ¿qué es en realidad lo que llamamos «creatividad»?<br />–No tengo ni idea. ¿No significa que se crea algo nuevo?<br />–De acuerdo. Y eso ocurre precisamente mediante un delicado equilibrio de fuerzas entre la imaginación y la razón. Muy a menudo ocurre que la razón ahoga la imaginación, lo cual es muy grave, porque sin la imaginación no surge nunca nada realmente nuevo. Yo pienso que la imaginación es como un sistema darvinista.<br />–Lo lamento, pero no te entiendo.<br />–El darvinismo señala que en la naturaleza surge un mutante tras otro. Pero la naturaleza sólo puede utilizar algunos de ellos. Sólo unos pocos tienen derecho a la vida.<br />–¿Sí?<br />–Así es también cuando pensamos, cuando estamos inspirados y recibimos un montón de nuevas ideas. Si no nos imponemos a nosotros mismos una severa censura van surgiendo en nuestra consciencia «pensamientos mutantes» uno tras otro. Pero sólo se pueden emplear algunos de esos pensamientos. Aquí es donde entra en juego la razón, pues ella también desempeña una importante función. Cuando tenemos la cosecha del día sobre la mesa, no debemos olvidarnos de hacer la selección.</div>
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<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
30. De repente se acordó de Kierkegaard, que había di-cho que la característica más destacada de la multitud era esa palabrería sin compromiso». ¿Toda esa gente vivía en la fase estética, o qué? ¿O había, al fin y al cabo, algo que era existencialmente importante para ellos?</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
31. –A través de toda la historia de la filosofía, los filósofos han intentado dar una respuesta a qué es el hombre, o qué es la naturaleza humana. Pero Sartre pensaba que el hombre no tiene una tal «naturalez<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">a» eterna en que refugiarse. Por eso tampoco sirve preguntar por el «sentido» de la vida en general. Estamos, en otras palabras, condenados a improvisar. Somos como actores que entran en el escenario sin tener ningún papel estudiado de antemano, ningún cuaderno con el argumento, ningún apuntador que nos pueda susurrar al oído lo que debemos hacer. Tenemos que elegir por nuestra cuenta cómo queremos vivir.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
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32. Pero cuando el hombre se da cuenta de que existe y de que va a morir, y de que no tiene nada a lo que agarrarse, entonces esto crea angustia. Sartre dice además que el hombre se siente extranjero en un mundo sin sentido. Al describir la «alienación» del hombre, recoge al mismo tiempo pensamientos centrales de Hegel y Marx. La sensación del hombre de ser un extranjero en el mundo, crea un sentimiento de desesperación, aburrimiento, asco y absurdo.</div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-tPkrCnyu_MQ/V0YiC5Ra-mI/AAAAAAAAARc/aYLkRYgsRg4BG0rEyjQNm4X4WEn5UABwQCLcB/s1600/1009845_10200121813042922_1514694116_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://1.bp.blogspot.com/-tPkrCnyu_MQ/V0YiC5Ra-mI/AAAAAAAAARc/aYLkRYgsRg4BG0rEyjQNm4X4WEn5UABwQCLcB/s1600/1009845_10200121813042922_1514694116_n.jpg" /></a>33. Pero somos individuos libres, y debido a nuestra libertad estamos condenados a elegir durante toda la vida. No existen valores o normas eternas por las que nos podamos regir. Precisamente por eso resultan tan importantes las elecciones que hacemos. Porque somos completamente responsables de todos nuestros actos. Sartre destaca precisamente que el hombre jamás debe eludir la responsabilidad de sus propios actos. Por eso tampoco podemos librarnos de nuestra responsabilidad amparándonos en que «tenemos que ir al trabajo» o que «tenemos que» dejarnos dirigir por ciertas normas burguesas sobre cómo debemos vivir. La persona que, de esta forma, va entrando en la masa anónima, se convierte en un hombre impersonal de esa masa. Él o ella se ha refugiado en la mentira de la vida. Porque la libertad humana nos exige poner algo de nosotros mismos, existir «auténticamente».<br />Sartre había señalado que los seres humanos no tienen ninguna «natura-eza» eterna en la que refugiarse. Somos nosotros mismos quienes creamos lo que<br />somos. Opinaba que la vida debe tener algún sentido. Es un imperativo. Y somos nosotros los que tenemos que darle ese sentido a nuestra propia vida. Existir es crear tu propia existencia.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
34. –La distancia a Plutón, que es el planeta más lejano de nuestro sistema solar, es de más de cinco horas luz desde nuestro propio planeta. Cuando un astrónomo mira a Plutón en su telescopio en realidad ve cinco horas hacia atrás en el tiempo. También podríamos decir que la imagen de Plutón emplea cinco horas en llegar hasta aquí.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
35. –La distancia a nuestra estrella más próxima de la Vía Láctea es de cuatro años luz. Tal vez es la que vemos sobre el is-lote allí enfrente. Imagínate que en este momento hay alguien allí arriba que mira por un potente telescopio hacia Bjerkely; entonces vería Bjerkely tal como era hace cuatro años. Quizás viera a una niña de once años sentada en este balancín balanceando las piernas.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
36. –Pero ésa es sólo la estrella vecina más cercana. Toda la galaxia, o la «nebulosa», como también la llamamos, tiene una dimensión de 90. 000 años luz. Eso significa que la luz emplea ese número de años para llegar de un extremo de la galaxia a otro. Cuando dirigimos nuestra mirada a una estrella de la Vía Láctea que esté a 50. 000 años luz de nuestro propio planeta, entonces miramos 50.000 años hacia atrás en el tiempo.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
37. –La única manera que tenemos de mirar hacia el universo es mirando hacia atrás en el tiempo. No sabremos nunca cómo es aquello en el universo. Sólo sabemos cómo era. Cuando miramos una estrella que está a miles de años luz viajamos en realidad miles de años hacia atrás en la historia del universo.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
38. –Pero todo lo que vemos llega a nuestro ojo como ondas de luz. Y estas ondas emplean tiempo en viajar por el espacio. Podemos hacer una comparación con los truenos. Siempre escuchamos los truenos unos instantes después de ver el rayo. Eso se debe a que las ondas del sonido se mueven más lentamente que las ondas de luz. Cuando oigo un trueno, estoy oyendo el ruido de algo que ocurrió hace un rato. Lo mismo ocurre con las estrellas. Cuando miro una estrella que se encuentra a miles de años luz de nosotros, veo el «trueno» de un suceso que se encuentra miles de años hacia atrás en el tiempo.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
39. ...esto significa que la luz de esta galaxia necesita dos millones de años para llegar hasta nosotros, lo que a su vez significa que miramos dos millones de años hacia atrás en el tiempo cuando vemos la nebulosa de Andrómeda allí muy arriba en el firmamento. Si hubiera un astrónomo listo en esa nebulosa, y me imagino uno astuto que en este mismo momento está dirigiendo su telescopio hacia la Tierra, no nos vería a nosotros. En el mejor de los casos vería unos «prehombres» de frente plana.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
40. –Las galaxias más lejanas cuya existencia se conoce hoy; se encuentran a unos diez mil millones de años luz de nosotros. Cuando captamos señales de esas galaxias, miramos diez mil millones de años hacia atrás en la historia del universo. Eso es más o menos el doble del tiempo que ha existido nuestro propio sistema solar.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-top: 6px;">
41. –Cuando los radiotelescopios captan luz de galaxias lejanas que se encuentran a miles de millones de años luz de distancia, registran el aspecto que tenía el espacio en el tiempo primigenio, justo después de la gran explosión.. Todo lo que los seres humanos vemos en el cielo son fósiles cósmicos de hace miles y millones de años. Lo único que puede hacer un astrólogo es predecir el pasado.<br />–¿Porque las estrellas de las constelaciones se han distanciado las unas de las otras antes de que la luz de las estrellas llegue hasta nosotros?<br />–Hace sólo un par de miles de años las constelaciones tenían un aspecto bastante diferente al que tienen hoy.<br />–---No lo sabía.<br />–En una noche despejada vemos millones, por no decir miles de millones, de años hacia atrás en la historia del universo. De alguna manera emprendemos el viaje de vuelta a casa.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-WKWyhSsmUJM/V0YiDCrUYbI/AAAAAAAAARg/AVJ8Ebee5RsQuprMOpHdPIMfPXipffKJgCLcB/s1600/1170673_10200091265239246_1670962705_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://4.bp.blogspot.com/-WKWyhSsmUJM/V0YiDCrUYbI/AAAAAAAAARg/AVJ8Ebee5RsQuprMOpHdPIMfPXipffKJgCLcB/s1600/1170673_10200091265239246_1670962705_n.jpg" /></a>42. –Y eso se debe precisamente a aquella explosión que tuvo lugar hace miles de millones de años. Porque el universo no tiene una geografía eterna. El universo es UN ACONTECIMIENTO. El universo es una explosión. Las galaxias siguen alejándose las unas de las otras a una enorme velocidad.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
43. –Así es también la relación entre las galaxias. Porque aunque el universo sigue expandiéndose, la gravedad actúa en sentido contrario. Y un día, tal vez dentro de unos miles<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"> de millones de años, quizás la gravedad haga que los astros se vuelvan a reunir, conforme las fuerzas de la gran explosión empiecen a menguar. Entonces tendremos una explosión inversa, llamada «implosión». Pero las distancias son tan enormes que ocurrirá a cámara lenta.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
44. ...o bien el universo continuará expandiéndose para siempre, de modo que gradualmente habrá cada vez más distancia entre las galaxias, o bien el universo comenzará a encogerse de nuevo. Lo que es decisivo para lo que va a ocurrir es cuánto es el peso o la masa del universo. Y sobre este punto los astrónomos no tienen todavía conocimientos muy seguros.</div>
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Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-34110138773988437472016-05-25T14:14:00.004-07:002016-05-25T14:14:39.982-07:0033. Kafka en la Orilla - Haruki Murakami. <div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">1. - A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la Muerte antes del amanecer. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contig</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">o. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir atravesándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo. Allí sólo hay una arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo. Imagínate una tormenta como ésta.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-0dRuL5z508Y/V0YVBOoWY2I/AAAAAAAAARI/5bEmRE2d1fQbNld2HCQyQ9l-CptPPM1ewCLcB/s1600/11750618_10203963045311328_7669895900696793020_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="148" src="https://4.bp.blogspot.com/-0dRuL5z508Y/V0YVBOoWY2I/AAAAAAAAARI/5bEmRE2d1fQbNld2HCQyQ9l-CptPPM1ewCLcB/s320/11750618_10203963045311328_7669895900696793020_n.jpg" width="320" /></a><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">Me imagino una tormenta como ésa. Un blanco remolino que apunta al cielo, irguiéndose vertical como una gruesa maroma. Mantengo los ojos y las orejas fuertemente tapados con ambas manos. Para que la fina arena no se me meta en el cuerpo. La tormenta se acerca deprisa. Desde lejos puedo sentir la fuerza del viento en la piel. Va a engullirme de un momento a otro.<br />- Y tú en verdad la atravesarás, claro está. La violenta tormenta de arena. La tormenta de arena metafísica y simbólica. Pero por más metafísica y simbólica que sea, te rasgará cruelmente la carne como si de mil cuchillas se tratase. Muchas personas han derramado allí su sangre y tú, asimismo, derramarás allí la tuya. Sangre caliente y roja. Y esa sangre se verterá en tus manos. Tu sangre y, también, la sangre de los demás. Y cuando la tormenta de arena haya pasado, tú no comprenderás cómo has logrado cruzarla con vida. ¡No! Ni siquiera estarás seguro de que la tormenta haya cesado de verdad. Pero una cosa sí quedará clara. Y es que la persona que surja de la tormenta no será la misma persona que penetró en ella. Y ahí estriba el significado de la tormenta de arena.</span></div>
<br />
<br />
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-A3EiWYUcjpo/V0YVBH4nVNI/AAAAAAAAARM/6MYD9CiqG4cJPyDXVu7Hik_GTA113GiZQCLcB/s1600/11666196_10203923465681862_3800290156724288563_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://2.bp.blogspot.com/-A3EiWYUcjpo/V0YVBH4nVNI/AAAAAAAAARM/6MYD9CiqG4cJPyDXVu7Hik_GTA113GiZQCLcB/s1600/11666196_10203923465681862_3800290156724288563_n.jpg" /></a><span style="line-height: 19.32px;">2. —Según la historia de Aristófanes que sale en El banquete de abtón, en el mundo mítico de la Antigüedad había tres clases de seres humanos- dice Oshima —. ¿Lo sabías?</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—No —respondo.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">—El mundo antiguo no estaba compuesto por hombres y mujeres sino por hombres-hombres, hombres-mujeres y mujeres-mujeres. Es decir, que un ser humano comprendía dos personas de ahora. Y así vivían todos satisfechos y felices. Sin embargo, los dioses los partieron a todos con un cuchillo por la mita</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">d. De un corte limpio. Como resultado, el mundo se dividió en hombres y mujeres, y desde entonces los seres humanos van corriendo desesperados de un lado para otro buscando la mitad que les falta.<br />—¿Y por qué hicieron los dioses eso?<br />—¿Partir los seres humanos en dos? Pues vete a saber. Los actos de los dioses nunca son fáciles de comprender. Los dioses son irascibles y tienden a ser, ¿cómo te diría?, excesivamente idealistas. Puestos a suponer, tal vez se tratase de algún castigo. Como la expulsión de Adán y Eva del Paraíso que sale en la Biblia.<br />—El pecado original —digo.<br />—Exacto. El pecado original —dice Oshima. Y hace oscilar el largo lápiz entre los dedos índice y corazón como si fuera una balanza. En definitiva, lo que quería decirte es lo siguiente: para un ser humano es muy duro vivir solo.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
3. El recinto de la estación está atestado de gente que va y viene. Todos visten a su aire, acarrean su equipaje, van de aquí para allá con pasos precipitados; todos deben de encarrilarse a alguna parte con un propósito determinado. Me los quedo mirando fijamente. Y de repente se me ocurre pensar cómo serán dentro de cien años. Dentro de cien años es muy posible que todos los que estamos aquí (incluido yo) hayamos desaparecido de la faz de la Tierra y nos hayamos convertido e<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">n polvo o ceniza. Al pensarlo me asalta una extraña sensación. Y todo lo que se encuentra ante mis ojos acaba pareciéndome una ilusión. Como si de un momento a otro un soplo de viento fuera a barrerlo todo. Extiendo los dedos de ambas manos y clavo la mirada en ellos. ¿Para qué diablos lucho de esta manera? ¿Por qué tengo que vivir dejándome en ello la piel tal como estoy haciendo?</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
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4. Allí está todo. Pero no hay partes. Y como no hay partes no hay ninguna necesidad de reemplazar una cosa por otra. Tampoco es preciso quitar o añadir nada. Basta con que el cuerpo se sumerja en el todo. Sin necesidad de razonamientos complicados. Y para Nakata no podía haber nada mejor.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
5. Pero a lo largo de mi carrera docente me he encontrado con varios casos semejantes. Con niños que tienen talento y, justamente porque lo tienen, los adultos que los rodean les van poniendo el listón cada vez más alto. Y suele pasar que esos niños, agobiados por los problemas reales que les plantean, vayan perdiendo gradualmente el entusiasmo y la alegría lógicos ante la meta superada. Los niños que se encuentran en esos ámbitos pronto acaban encerrándose en sí mismos, esco<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">ndiendo sus emociones genuinas. Y hace falta mucho tiempo y esfuerzo para lograr abrir de nuevo sus corazones. La mente de los niños es muy maleable y se puede moldear de muchas maneras. Pero una vez que se ha moldeado y endurecido cuesta mucho volver atrás. En la mayoría de los casos es imposible.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
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6. Le miro el pecho. Sus senos redondos suben y bajan al compás de la respiración como el vaivén de las olas. Me recuerdan una vasta superficie del mar azotada por una lluvia incesante. Yo soy un navegante solitario, de pie en cubierta; ella es el mar. El cielo presenta un color gris uniforme que, mucho más allá, se funde con el color, asimismo gris, del mar. Y entonces es muy difícil distinguir el mar del cielo. También es difícil separar al navegante del mar. También es difícil distinguir la realidad de los sentimientos.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
7. Nakata cerró los ojos y se apartó la cabeza con ambas manos. Sentía cómo le temblaban las manos.<br />-No puedes cerrar los ojos -dijo Johnnie Walken con voz resuelta-. Otra vez las reglas. Los ojos no pueden cerrarse. Cerrarlos no soluciona nada. Por más que los cierres, no desaparecerá el problema. Al contrario, cuando vuelvas a abrirlos, las cosas habrán empeorado aún más. Así es el mundo en el que vivimos, Nakata. Tú mantén los ojos bien abiertos. Cerrarlos es de pusilánime<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">s. Sólo los cobardes apartan la vista de la realidad. Y mientras tú cierras los ojos y te tapas los oídos el tiempo va transcurriendo. ¡Tic! ¡Tac! ¡Tic! ¡Tac!</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
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8. -Kafka Tamura, en la vida de los hombres hay un punto a partir del cual ya no podemos retroceder. Y, en algunos casos, existe otro a partir del cual ya no podemos seguir avanzando. Y, cuando llegamos a ese punto, para bien o para mal, lo único que podemos hacer es callarnos y aceptarlo. Y así es como sobrevivimos.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">9. …Tal como puedes ver, también soy un ser humano y también me he sentido discriminado en d</span><span style="line-height: 19.32px;">iversas ocasiones —explica Óshima—. Y sólo una persona que haya sido discriminada sabe lo que eso representa y lo profundamente que hiere. La herida es diferente en cada persona y en cada persona deja una huella distinta. Así que a mí nadie me gana en lo que se refiere a pedir justicia o equidad. Sólo que ya estoy más que harto de la gente sin imaginación. De ese tipo de gente que T.S. El</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">iot llama «hombres y mujeres huecos». Personas que suplen su falta de imaginación, esa parte vacía, con patraña insensible y que van por el mundo sin percatarse de ello. Personas que intentan imponer a la fuerza a los demás esa insensibilidad soltando, una tras otra, palabras huecas. Sean gays, lesbianas, heterosexuales, feministas, cerdos fascistas, comunistas, Hare Krishnas. A mí tanto me da. A mí no me importa la bandera que enarbolen. Lo que yo no puedo soportar es a esa gente hueca, a esos sujetos estrechos de miras, intolerantes y sin imaginación, con tesis desconectadas de la realidad, terminología vacía, ideales usurpados, sistemas inflexibles. Precisamente, son estas cosas las que a mí, realmente, me dan miedo. Son estas cosas las que yo temo y odio con todo mi corazón. Es importante saber qué es correcto y qué no lo es, por supuesto. Sin embargo, los errores de juicio personales pueden corregirse en la mayoría de los casos. Si uno tiene la valentía de reconocer su error, las cosas, generalmente, se pueden arreglar. Pero la estrechez de miras y la intolerancia de la gente sin imaginación son igual que parásitos. Provocan cambios en el cuerpo que les acoge y, mudando de forma, se reproducen hasta el infinito. Y eso no hay manera de detenerlo. Y cuando se me pone una delante no me puedo aguantar. Acabo soltando más cosas de la cuenta. Acabo diciendo cosas que no debería decir, haciendo cosas que no debería hacer. No puedo controlarme. Ése es mi punto débil. ¿Y sabes por qué? </span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">—¿Porque si te tomaras en serio a cada una de las personas sin . imaginación que se te pusieran delante no darías abasto? —pregunto.<br />-Exacto.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">10. -¿Sabes, Kafka Tamura? Lo que tú estás sintiendo ahora no es otra cosa que el conflicto central de la tragedia griega. No es la persona la que elige su destino, sino el destino el que elige a la persona. Ésta es la concepción del mundo en la que se fundamenta la tragedia griega. Y la tragedia, según la define Aristóteles, irónicamente, no surge de los defectos del protagonista, sino de sus virtudes. ¿Entiendes a qué me refiero? Son las cualidades, no los defectos, las que arr</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">astran al hombre a la tragedia. Edipo rey, de Sófocles, es un ejemplo remarcable de ello. En el caso de Edipo, no son la indolencia y la estupidez las que originan la tragedia, sino su valentía y su honestidad. Y de ahí nace, inevitablemente, la ironía.<br />-Pero no se puede hacer nada.<br />-Depende -dice Óshima-. Hay casos en los que no puede hacerse nada. Pero, a pesar de ello, la ironía hace más profundo al hombre, lo obliga a crecer. Y se convierte en una puerta de acceso a una solución de una dimensión mayor. Y en ella puedes encontrar una esperanza universal. Ésta es la razón por la que hoy en día tanta gente sigue leyendo la, tragedia griega; por la que la tragedia se ha constituido en uno de los prototipos del arte. Y antes ya he comentado esto, pero, en la vida, todo es una metáfora. En realidad, nadie va matando a su padre ni acostándose con su madre. ¿No te parece? En resumen, nosotros aceptamos la ironía a través de un mecanismo que se llama metáfora. Y esto nos convierte, a nosotros, en hombres más sabios.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">11. -Y te has escapado de casa, ¿verdad?</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">-Sí, así es.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">−¿Y tenías alguna razón concreta para hacerlo? </span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">Sacudo la cabeza. ¿Qué diablos debería decirle?</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">−Es que tenía la sensación de que, si me quedaba, acabaría perdiéndome sin posibilidad de retroceder -digo.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">−Me resulta extraño oír la palabra «perdido» en boca de un chico de tu edad. Podríamos decir que me intriga... ¿A qué te refieres concretamente con ese «perdido»?</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;"><br />-Pues que algo haría que fuera como no debo ser.<br />La señora Saeki me mira con interés.<br />−Pero, en la medida en que el tiempo exista, todo el mundo irá perdiéndose al fin, pasando a ser algo distinto. Antes o después.<br />−Sin embargo, aunque acabes perdiéndote alguna vez, necesitas un lugar al que poder retroceder.<br />-¿Un lugar al que poder retroceder?<br />−Un lugar al que valga la pena volver.<br />-Para tener quince años recién cumplidos, hablas con mucha sensatez. Yo también, cuando tenía quince años, quería irme a un mundo distinto dice la señora Saeki sonriendo-. A un lugar donde nadie pudiera encontrarme. A un lugar donde no transcurriera el tiempo.<br />-Pero, en este mundo, no existe ningún lugar así.<br />-Exacto. Por eso vivo aquí. En un mundo donde las cosas no dejan de perderse, los sentimientos no dejan de cambiar, donde el tiempo transcurre sin pausa. -Y, como si quisiera aludir al paso del tiempo, permanece unos instantes en silencio-. Pero, a los quince años, yo estaba segura de que en este mundo existía un lugar así. De que la entrada a un mundo distinto estaba escondida en alguna parte y de que yo podría encontrarla.<br />-¿Estaba usted sola a los quince años?<br />−En cierto sentido sí. Lo estaba. No es que no tuviera a nadie a mi lado, pero me encontraba terriblemente sola. Y era porque sabía que jamás volvería a ser tan feliz como lo estaba siendo entonces. Era lo único que sabía con certeza. Por eso quería encontrar un lugar donde aquellos momentos se hicieran eternos, donde el tiempo no transcurriese.<br />−Lo que yo quiero es crecer lo más rápido posible.<br />−Tú eres más fuerte de lo que yo era entonces, y eres independiente. Yo, a tu edad, tenía la cabeza llena de fantasías, quería evadirme de la realidad, y tú, en cambio, miras la realidad de frente y luchas. Hay una gran diferencia.<br />-Yo no soy fuerte, ni tampoco independiente. Sólo que la realidad me ha empujado, a la fuerza, hacia delante.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
12. -En todo, Nakata, hay que seguir un orden -explicó Johnnie Walken-. No se puede mirar demasiado lejos. Porque si miras demasiado lejos pierdes de vista el suelo y corres el riesgo de tropezar. Pero tampoco debes distraerte con los pequeños detalles que están a tus pies. Porque si no miras al frente, acabarás topando con algo. Total, que hay que mirar un poco hacia delante, seguir un orden determinado e ir despachando las cosas. Eso es fundamental. En cualquier cosa que hag<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">as.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
13. El escritor ruso Anton Chejov decía algo interesante: «Si en un relato sale una pistola, eventualmente hay que dispararla». Chejov quiere decir lo siguiente. La necesidad es un concepto independiente. Su mecanismo es distinto al de la lógica, al de la moral o al del significado. Su función está comprendida en el papel que desempeña. Aquello cuya función no es estrictamente necesaria no debe existir. Y lo que la necesidad requiere debe existir. Eso es dramaturgia. La lógica, la moral o el significado no existen por si mismos, sino que nacen dentro de una relación. Chejov entendió muy bien qué es la dramaturgia.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">14. -Estoy enamorado de usted, y esto es muy importante. Usted debe</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">entenderlo.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">-Habéis lanzado una piedra a una diana que está muy lejos. ¿Eres consciente de ello? Asiento.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">−Lo sé. Pero, gracias a las metáforas, la distancia se hará mucho más corta.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">-Pero ni tú ni yo somos una metáfora.</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;"><br />−Por supuesto que no -digo-. Pero las metáforas pueden eliminar en gran medida lo que nos separa a ambos.<br />−Son las palabras de seducción más estrafalarias que he oído en toda mi vida.<br />-¡Hay tantas cosas a mi alrededor que se han ido haciendo tan estrambóticas! Pero creo que me estoy acercando poco a poco a la verdad.<br />-¿Acercándote realmente a una verdad metafórica? ¿O acercándote de manera metafórica a una verdad real? ¿O, tal vez, se van aproximando la una a la otra para complementarse?<br />-En cualquier caso, no creo que pueda soportar la tristeza que, en estos momentos, hay aquí.<br />−Ni yo tampoco.<br />-Entonces, ¿volvió usted a esta ciudad con la intención de morir?<br />−En realidad, no es que esté intentando morir. Sólo me limito a esperar la muerte. Como quien se sienta en un banco de la estación a esperar el tren.<br />−¿Y sabe cuándo llegará ese tren?<br />Ella separa su mano de la mía, se toca los párpados con las yemas de los dedos.<br />−Tamura, la vida, hasta ahora, me ha desgastado mucho. Mi propio cuerpo está agotado. Cuando tenía que haber dejado de vivir, no pude hacerlo. No fui capaz de renunciar a la vida pese a saber que vivir no tenía ningún sentido para mi. En consecuencia, he estado haciendo una cosa absurda tras otra durante toda mi vida, únicamente para ir pasando los días. Y, de este modo, me he herido a mí, e, hiriéndome a mí, he herido a los demás. Y ahora estoy recibiendo el castigo. Llámalo maldición, si quieres. Hubo una época en que alcancé algo demasiado perfecto. Y luego no me quedó otra cosa más que despreciarme a mí misma. Esa es mi maldición. Una maldición de la que no podré escapar mientras viva. Por eso no le temo a la muerte. Y, si esto responde a tu pregunta, sé más o menos cuándo llegará.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
15. -Nakata no sólo no es inteligente. Nakata está vacío. Acabo de comprenderlo. Nakata es como una biblioteca sin libros. Hace tiempo no era así. Yo tenía libros dentro. Lo había olvidado durante años, pero ahora sí me acuerdo. Antes, Nakata era como todo el mundo. Pero un día ocurrió algo y Nakata se convirtió en un recipiente vacío.<br />-Pero oye, Nakata, si te lo miras así, todos estamos más o menos vacíos, ¿no? ¡Ya me dirás! Comemos, cagamos, cobramos un sueldo de mierda por <span class="text_exposed_show" style="display: inline;">un trabajo estúpido, follamos de vez en cuando y ¡se acabó! ¿Qué más hay aparte de eso? Pero, con todo, vivir tiene su gracia, ¿no? Como nosotros, ahora. No sé por qué, pero la tiene. Mi abuelo lo decía siempre: «Las cosas de este mundo siempre te salen por donde menos te esperas. Precisamente por eso es interesante vivir».</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
16. −Oshima ¿Te has puesto triste alguna vez pensando en quien amas cuando estás solo?<br />−Pues claro -dice Oshima-. A menudo. Especialmente en la estación en que la luna aparece azulada. O en la estación en que los pájaros emigran hacia el sur. O...<br />−¿Y por qué dices claro? -pregunto.<br />-Porque, cuando nos enamoramos, todos buscamos en la persona amada una parte de nosotros que nos falta. Por eso, al pensar en esa persona, siempre nos ponemos en mayor o menor medida tristes. Nos sentimos como si volviéramos a pisar una habitación añorada que habíamos perdido hace muchísimo tiempo. Es natural. Esa sensación no la has descubierto tú. Así que mejor que no intentes patentarla.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">17. −Esta mochila, para ti, simboliza la libertad, seguro -dice Ôshima.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">-Tal vez, -digo.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">-Quizá se experimente una felicidad mayor al poseer algo que simbolice la libertad que poseyendo la libertad en sí misma. </span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">-A veces -digo.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">−Oye, Kafka Tamura. Puede que la mayoría de personas de este mundo no deseen, en realidad, el ser libres. Sólo están convencidos de que lo desean. Todo es una fantasía. Si realmente consiguieran la libertad, la mayoría de la gente se encontraría con graves</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;"> problemas. No lo olvides. A la gente, lo que en realidad le gusta es la falta de libertad.<br />−¿A ti también?<br />−Sí. A mí también. Hasta cierto punto, claro -dice Oshima Jean-Jacques Rousseau afirmaba que la civilización nació cuando la especie humana empezó a levantar barreras. Es una observación muy perspicaz. En efecto. Todas las civilizaciones son producto de la falta de libertad. Sólo hay una excepción: los aborígen australianos. Ellos preservaron hasta el siglo XVII una civilización sin barreras. Eran libres en un sentido pleno. Podían ir a donde les apeteciese cuando quisieran, hacer lo que se les antojara. Su vida era, literalmente, un constante ir de aquí para allá. Y andar de un lado para otro era, para ellos, una profunda metáfora de la vida. Cuando llegaron los Ingleses y construyeron cercas para encerrar a los animales domésticos, los aborígenes no podían entender de ninguna manera qué significaba aquello. Y, como eran incapaces de comprender aquel principio, los Ingleses les tacharon de seres peligrosos, antisociales, los expulsaron al desierto. Así que también te recomiendo a ti, Kafka Tamura, que tengas cuidado. Al fin y al cabo, los que mejor sobreviven en este mundo son los que levantan barreras altas y fuertes. Y si te opones a ellos, te expulsarán al desierto.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">18. -Debes de querer ser más fuerte, imagino.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">−Si no eres fuerte, no puedes sobrevivir. Particularmente en mi caso.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">−Es porque estás solo...</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">−Nadie va a ayudarme. Al menos hasta ahora nadie me ha ayudado. He tenido siempre que apañármelas por mí mismo. Así que debo ser fuerte. Como un cuervo abandonado. Es por eso que mi nombre es Kafka, significa cuervo en Checo.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">-Pero esa forma de vida tiene sus límites. No puedes utilizar esa fuerza para levantar una muralla a tu alrededor. Si</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">empre puede venir algo más fuerte que llegue a derribarla. Es lo que suele ocurrir.<br />-Es que la fuerza acaba convirtiéndose en fortaleza moral. La señora Saeki sonríe.<br />-Eres muy rápido en captar las cosas. Entonces yo digo:<br />-Lo que yo deseo, la fuerza que yo busco, no es aquella que lleva a ganar o a perder. Tampoco quiero una muralla para repeler fuerzas que lleguen del exterior. Lo que yo deseo es una fuerza que me permita ser capaz de absorber todo cuanto proceda del exterior... resistirlo. Fortaleza para soportar en silencio cosas como la injusticia, infortunio, la tristeza, los equívocos, las incomprensiones.<br />-Posiblemente sea ésa la fuerza más difícil de alcanzar.<br />-Ya lo sé.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">19. —Tengo la impresión de que, a mi alrededor, las cosas han empezado a transformarse —dice la señora Saeki. —No sabría decirte. Pero lo sé. La presión del aire, la reverberación del sonido, el reflejo de la luz, el movimiento de los cuerpos el flujo del tiempo. Todo ello está cambiando poco a poco. Es como si una acumulación de incesantes cambios diminutos fuera formando una gran corriente-. Luego me mira de frente -Lo que pasó anoche entre nosotros, en tu habitación, creo que </span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">también es uno de esos cambios. No sé si lo que hicimos está bien o no. Pero yo, en aquel momento, decidí no obligarme a mí misma a juzgar. Pensé que, si fluía la corriente, dejaría que me arrastrara también a mí.<br />— ¿Puedo decirle lo que pienso de usted?<br />—Pues, claro.<br />—Lo que está haciendo es, tal vez, recuperar el tiempo perdido. La señora Saeki reflexiona unos instantes sobre ello.<br />—Quizá sí —dice—. Pero ¿cómo lo sabes?<br />—Porque yo tal vez esté haciendo lo mismo.<br />—¿Recuperar el tiempo perdido?<br />—Sí —digo—. A mí, desde que era pequeño, me han ido robando muchas cosas. Muchas cosas valiosas. Y ahora tengo que recuperarlas, aunque sólo sea una parte de ellas.<br />—Para seguir viviendo.<br />Asiento.<br />—Debo hacerlo. Para una persona es importante tener algo así como<br />un lugar al que poder volver. Ahora tal vez esté todavía a tiempo. Posiblemente. Usted, y también yo.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.32px;">20. El joven se acordó de su niñez. De cuando iba todos los días a un río cercano a pescar peces, especialmente lochas. «En aquella época, yo no tenía por qué pensar en nada», se dijo el joven. «Había bastante con ir viviendo. Sólo por el simple hecho de vivir, yo ya era alguna cosa. Era algo espontáneo. Pero, en un momento dado, dejó de ser así. Vivir me fue convirtiendo en nada. ¡Qué va! cosa tan extraña! La gente nacemos para vivir, ¿verdad? ¿Cómo es que yo, conforme he ido vi</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">viendo, he ido perdiendo contenido hasta convertirme en una persona vacía? Y además, de aquí en adelante, a medida que vaya viviendo posiblemente siga convirtiéndome en una persona más vacía aún, que, valga menos todavía. Aquí hay un error. No puede pasar una cosa tan extraña. En alguna parte debe de poder cambiarse la dirección de la corriente.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
21. -Tú no tienes la culpa de todo. Tampoco la tengo yo. Tampoco es culpa de la profecía, ni de la maldición. No es culpa del ADN, ni del absurdo. No es culpa del estructuralismo, ni de la tercera revolución industrial. Que nosotros vayamos decayendo y perdiéndonos se debe a que el mecanismo del mundo, en sí mismo, se basa en la decadencia y en la pérdida. Y nuestra existencia no es más que la silueta de este principio. El viento sopla. Podrá ser un viento violento que asole l<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">os campos o una brisa agradable. Pero ambos irán perdiéndose, desapareciendo. El viento no tiene cuerpo. No es más que el término genérico del desplazamiento del aire. Tú aguzarás el oído. Entenderás la metáfora.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
22. -Según los conocimientos actuales, los primeros que imaginaron el concepto de laberinto fueron los antiguos mesopotámicos. Éstos les arrancaban las tripas a los animales, o, a veces, los intestinos a los seres humanos, y, según la forma que tuvieran, predecían el futuro. Sentían admiración por lo complejos que eran. Así que la forma del laberinto remite a las entrañas. Es decir, que el principio del laberinto reside en tu propio interior. Y éste se corresponde con el laberinto exterior.<br />−Una metáfora -digo.<br />−Exacto. Una metáfora recíproca. Lo que existe fuera de ti es una proyección de lo que existe en tu interior, lo que hay dentro de ti es una proyección de lo que existe fuera de ti. Por eso, a veces, puedes hollar el laberinto interior pisando el laberinto exterior.<br />Aunque eso, en la mayoría de los casos, es muy peligroso.</div>
</div>
Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-63033575766319516572016-05-25T13:49:00.000-07:002016-05-25T13:49:06.053-07:0032. Mi Planta Naranja Lima - Jose Mauro de Vasconcelos.<a href="https://2.bp.blogspot.com/-9RNOzhfIFyU/V0YPo3y2blI/AAAAAAAAAQ4/cNdSDP4y7ZE_bHSxOOkQZlZaETf9E32vgCLcB/s1600/1928771_10204695566463899_4975415054389169434_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://2.bp.blogspot.com/-9RNOzhfIFyU/V0YPo3y2blI/AAAAAAAAAQ4/cNdSDP4y7ZE_bHSxOOkQZlZaETf9E32vgCLcB/s320/1928771_10204695566463899_4975415054389169434_n.jpg" width="223" /></a><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 18px;">...Sí, voy a matarlo. Ya comencé. Matar no quiere decir que uno tome el revólver de Buck Jones y haga ¡Bum! No es eso. Uno lo mata en el corazón. Va dejando de querer. Y un buen día la persona muere. </span><br style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 18px;">- ¿Pero no me dijiste también a mi que me matabas?</span><br style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 18px;">- Lo dije al comienzo. Después te maté al contrario. Te hice morir naciendo en mi corazón. Eres la única persona a la que quiero Portuga. El único amigo que tengo.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 18px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 18px;"><br /></span>Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-71500449024575228902016-05-25T13:38:00.002-07:002016-05-25T13:38:22.224-07:0031. Del Amor y Otros Demonios - Gabriel García Márquez. <div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
1. El marqués se demoró en el recuento de otras mentiras sorprendentes de la hija, no con disgusto sino con un cierto orgullo de padre. "Quizás vaya a ser poeta", dijo. Abrenuncio no admitió que la mentira fuera una condición de las artes.<br />"Cuanto más transparente es la escritura más se ve la poesía", dijo.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-KYpsGTHSVp0/V0YMoxIF-SI/AAAAAAAAAQs/nyKNWncmHKUFJ5rz0rh58B13pLovvW4pACLcB/s1600/9788497592420.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://4.bp.blogspot.com/-KYpsGTHSVp0/V0YMoxIF-SI/AAAAAAAAAQs/nyKNWncmHKUFJ5rz0rh58B13pLovvW4pACLcB/s320/9788497592420.jpg" width="210" /></a>2. Lo más probable era que Sierva María no contrajera la rabia.<br />"¿Y mientras tanto?", preguntó el marqués.<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"><br />"Mientras tanto", dijo Abrenuncio, "tóquenle música, llenen la casa de flores, hagan cantar los pájaros, llévenla a ver los atardeceres en el mar, denle todo lo que pueda hacerla feliz". Se despidió con un voleo del sombrero en el aire y la sentencia latina de rigor. Pero esta vez la tradujo en honor al marqués: "No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad".</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<br /><span class="text_exposed_show" style="display: inline;"></span></div>
3<span style="line-height: 19.32px;">. Ella, cocotóloga insigne, le mandaba mensajes en palomitas de papel. Él aprendió a leer y escribir para corresponder con ella, y ese fue el principio de una pasión legítima que nadie quiso entender. Escandalizado, el primer marqués conminó al hijo a que hiciera un desmentido público. «No sólo es cierto», le replicó Ygnacio, «sino que tengo la licencia de ella para pedir su mano».Y ante el argumento de la locura, contestó con el suyo: «Ningún loco está loco si uno se confor</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">ma con sus razones».</span><br />
<br />
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
4. Ella le preguntó por esos días si era verdad, como decían las canciones, que el amor lo podía todo. «Es verdad», le contestó él, «pero harás bien en no creerlo».</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
5. La frase sorprendió al marqués, pues era lo mismo que él había pensado cuando dieron las cuatro. Al obispo le pareció una coincidencia natural. «Las ideas no son de nadie», dijo. Dibujó en el aire con el índice una serie de círculos continuos, y concluyó: «Andan volando por ahí, como los ángeles».</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
6. «Su Señoría Ilustrísima debe saber que arrastro la más grande desgracia que puede sufrir un ser humano», dijo, con una humildad desarmante. «He dejado de creer».</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
7. Sintió el apremio de rezar por primera vez desde que perdió la fe. Fue al oratorio, tratando con todas sus fuerzas de recuperar el dios que lo había abandonado, pero era inútil: la incredulidad resiste más que la fe, porque se sustenta de los sentidos.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
8. «Quiere decir que ha recuperado la fe», dijo Abrenuncio.<br />«Nunca se deja de creer por completo», dijo el marqués. «La duda persiste».<br />Abrenuncio lo entendió. Siempre había pensado que dejar de creer causaba una cicatriz imborrable en el lugar en que estuvo la fe, y que impedía olvidarla.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
9. Ante todo, dijo, quería saber cómo era la hija antes de entrar en el convento.<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"><br />«No lo sé», dijo el marqués. «Siento que la conozco menos cuanto más la conozco».</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
10. «Usted lo dice por ser español»,dijo Abrenuncio.<br />«A mi edad, y con tantas sangres cruzadas, ya no sé a ciencia cierta de dónde soy», dijo Delaura. «Ni quién soy».<br />«Nadie lo sabe por estos reinos», dijo Abrenuncio. «Y creo que necesitarán siglos para saberlo».</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-fnb3MxgebHU/V0YMo_YEf0I/AAAAAAAAAQo/JOJ3m2TjkGkA7onv03Iy9NYk6TGi47yGwCLcB/s1600/descarga.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://1.bp.blogspot.com/-fnb3MxgebHU/V0YMo_YEf0I/AAAAAAAAAQo/JOJ3m2TjkGkA7onv03Iy9NYk6TGi47yGwCLcB/s1600/descarga.jpg" /></a><span style="line-height: 19.32px;">11. Cuando terminó, Cayetano tomó la mano de Sierva María y la puso sobre su corazón. Ella sintió dentro el fragor de su tormenta.</span><br style="line-height: 19.32px;" /><span style="line-height: 19.32px;">«Siempre estoy así», dijo él, y sin darle tiempo al pánico se liberó de la materia turbia que le impedía vivir. Le confesó que no tenía un instante sin pensar en ella, que cuanto comía y bebía tenía el sabor de ella, que la vida era ella a toda hora y en todas partes, como sólo Dios tenía el derecho y el poder de serIo, y que el gozo supremo de su cor</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;">azón sería morirse con ella. Siguió hablándole sin mirarla, con la misma fluidez y el calor con que recitaba, hasta que tuvo la impresión de que Sierva María se había dormido. Pero estaba despierta, fijos en él sus ojos de cierva azorada. Apenas se atrevió a preguntar:<br />«¿ Y ahora?»<br />«Ahora nada», dijo él. «Me basta con que lo sepas».</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
<span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.32px;"><br />12. No pudo seguir. Llorando en silencio pasó su brazo por debajo de la cabeza de ella para que le sirviera de almohada, y ella se enroscó en su costado.<br />Permanecieron así, sin dormir, sin hablar, hasta que empezaron a cantar los gallos, y él tuvo que apurarse para llegar a tiempo a la misa de cinco. Antes que se fuera, Sierva María le regaló el precioso collar de Oddúa: dieciocho pulgadas de cuentas de nacar y coral.<br />El pánico había sido reemplazado por la zozobra del corazón. Delaura no tenía sosiego, hacía las cosas de cualquier modo, flotaba, hasta la hora feliz en que huía del hospital para ver a Sierva María. Llegaba jadeando a la celda ensopado por las lluvias perpetuas, y ella lo esperaba con tal ansiedad que la sola sonrisa de él le devolvía el aliento.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
13. Oh dulces prendas por mi mal halladas. 2. Cuando me paro a contemplar mi estado y a ver los pasos por do me has traído... yo acabaré, que me entregué sin arte a quien sabrá perderme y acabarme. 3. En fin a vuestras manos he venido, do sé que he de morir, para que sólo en mís fuese probado cuánto corta una espada en un rendido. 4. No más lágrimas, bastan las que por vos tengo lloradas.</div>
<div style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
14. «¿Nunca ha pasado por esto?»<br />«Nunca, hijo mío», dijo Abrehuncio. «El sexo es un talent<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">o y yo no lo tengo».<br />Trató de disuadirlo. Le dijo que el amor era un sentimiento contra natura, que condenaba a dos desconocidos a una dependencia mezquina e insalubre, tanto más efímera cuanto más intensa.</span></div>
Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-69396508045087457112015-07-12T17:38:00.001-07:002015-07-12T17:38:26.503-07:0030. María - Jorge Isaacs. <div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
1. Cerré las puertas. Allí estaban las flores recogidas por ella para mí; las ajé con mis besos; quise aspirar de una vez todos sus aromas, buscando en ellos los de los vestidos de María; bañélas con mis lágrimas... ¡Ah, los que no habéis llorado de felicidad así, llorad de desesperación, si ha pasado vuestra adolescencia, porque así tampoco volveréis a amar ya!</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
2. ¡Primer amor!... Noble orgullo de sentirnos amados: sacrificio dulce de todo lo que antes nos era caro a favor de la m<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">ujer querida; felicidad que comprada para un día con las lágrimas de toda una existencia, recibiríamos como un don de Dios; perfume para todas las horas del porvenir; luz inextinguible del pasado; flor guardada en el alma y que no es dado marchitar a los desengaños; único tesoro que no puede arrebatarnos la envidia de los hombres; delirio delicioso... inspiración del Cielo... ¡María! ¡María! ¡Cuánto te amé! ¡Cuánto te amara!</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-409wXZumCAE/VaMIV9QskCI/AAAAAAAAAPU/yfqHlX6tklE/s1600/10996926_10203918210670490_4713290703792300187_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://4.bp.blogspot.com/-409wXZumCAE/VaMIV9QskCI/AAAAAAAAAPU/yfqHlX6tklE/s320/10996926_10203918210670490_4713290703792300187_n.jpg" width="240" /></a><span class="text_exposed_show" style="display: inline;"><span style="line-height: 19.3199996948242px;">3. -¡Pobre de mí! Jamás habías sido sordo a mi voz. Nunca mis ojos te buscaron sin que los tuyos se mostrasen prestos al instante y halagüeños; por eso lloro. </span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">-Perdóname Nay, sólo pensaba en ti... </span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">Calló Nay largo rato, y Sinar, despertando súbitamente del éxtasis en que se encontraba, tomó de la mano a Nay, subió con ella a la cima de un peñasco y, mirando al río y al desierto, le dijo:</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">-¿Sabes tú quién hizo las montañas? </span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">-No.</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;"><br />-Un Dios las hizo. ¿Has visto al río Tando retroceder en su carrera?<br />-No.<br />-El río Tando, como una lágrima, va a perderse en el inmenso mar, ante cuyo bramido el rumor de un río es como tu voz comparada con la del huracán que sacude los bosques gigantescos cual si fuesen débiles juncos. ¿Sabes tú quién hizo el mar?<br />-No.<br />-¿Y el rayo que rasga las nubes y despedaza la copa del Baobab, como tu planta deshace una de sus hojas secas? ¿Y las estrellas, que, como el oro y las perlas que bordan tus mantos de calín, tachonan el cielo? ¿Y la luna, que te place contemplar en la soledad dejándote llevar por tus sueños más atesorados? ¿Y el sol, que bruñó tu tez de azabache y da luz a tus ojos? ¡Todo es obra de un solo Dios! Él no quiere que yo ame a otra mujer; Él manda que te ame como a mi mismo; Él quiere que yo ria si ries, que llore si lloras, que en cambio de tus caricias te defienda siempre con mi propia vida, y que, si mueres, rieguen mis lágrimas tu tumba hasta que vaya a reunirme contigo más allá de las estrellas, donde me esperarás.</span></span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span></span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">4. </span></span><span style="line-height: 19.3199996948242px;">Pocos pasos me había adelantado en la estancia cuando oí un grito y me sentí abrazado.</span></div>
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">-¡María! ¡Mi María!- exclamé, estrechando contra mi corazón aquella cabecita entregada a mis caricias... </span><br />
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">-¡Ay! ¡No, no, Dios mío!- me dijo sollozante. </span><br />
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Y, desprendiéndose de mi cuello, cayó sobre un sofá inmediato: ¡Era Emma! Vestía de negro, y la luna acababa de bañar su rostro lívido y regado de lágrimas. </span><br />
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Abrióse en aquel punto la puerta del aposento de mi madre. Ella, balbuciente y </span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">colmándome de besos, me arrastró al sofá en que Emma seguía muda e inmóvil.<br />-¿Dónde está, pues? ¿Dónde está? -grité, poniéndome en pie sin que fuerza alguna pudiera retenerme.<br />-¡Hijo de mi alma! -Exclamó mi madre con el más hondo acento de ternura, y volviendo a estrecharme contra sus seno-. ¡En el cielo!<br />Algo como la fina hoja de un puñal acababa de clavárseme en el cerebro; faltó la luz a mis ojos y el aire a mi pecho.</span><br />
<div>
<span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span></div>
<div>
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-87Ll0iqQ5-M/VaMIVmnuDQI/AAAAAAAAAPY/3-LnKy8iy1c/s1600/10981702_10203931278557179_1893891296089101068_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="231" src="http://3.bp.blogspot.com/-87Ll0iqQ5-M/VaMIVmnuDQI/AAAAAAAAAPY/3-LnKy8iy1c/s320/10981702_10203931278557179_1893891296089101068_n.jpg" width="320" /></a><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">5. </span><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Aún cuando nuestra infancia quede lejos, no por eso una tierna madre nos niega sus mimos; acaso nuestra frente no descanse ya en su regazo, ni su voz nos aduerma, pero nuestra alma recibe siempre las amorosas caricias de la suya.</span></div>
<div>
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span></div>
<div>
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">6. </span><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Cuando la enfermedad ha hecho temer la pérdida de un ser querido, aquel recelo activa nuestros más dulces afectos, y, alejado del peligro, hay, en los cuidados que le prodigamos, una ternura capaz de desarmar a la muerte.</span></div>
<div>
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span></div>
<div>
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">7. </span><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Al dar la vuelta a un grupo de corpulentos tamarindos, quedé enfrente de un pedestal blanco y manchado por las lluvias, sobre el cual se elevaba una cruz de hierro: acerquéme. En una plancha negra que las adormideras medio ocultaban ya, empecé a leer: </span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">María ...</span></div>
<span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">A aquel monólogo terrible del alma ante la muerte, del alma que la interroga, que la maldice ... que le ruega, que la llama ... demasiado elocuente respuesta dio esa tumba fría y sorda, que mis brazos oprimían y mis lágrimas bañaban.</span><br />
<br />
Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-70194817849515889172015-07-06T12:24:00.001-07:002015-07-06T12:24:29.929-07:0029. El Fin del Mundo y un Despiadado País de las Maravillas - Haruki Murakami. <div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">1. —Y yo encontraré esa salida. Y huiré de aquí contigo. No quiero morir en un lugar tan miserable. —Tras pronunciar estas palabras, enmudeció y volvió a escarbar el suelo—. Creo que ya te había dicho que esta ciudad era un lugar antinatural y fundado en un error —dijo la sombra—. Pues sigo pensando lo mismo. Es antinatural y, encima, errónea. El problema está en que la ciudad se levanta sobre lo antinatural y lo erróneo. Y como todo es antinatural y distorsionado, todas las pi</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">ezas encajan a la perfección. Y forman un todo redondo. Como esto. —En el suelo dibujó un círculo con el tacón—. Es un círculo cerrado. Por eso, cuando llevas mucho tiempo aquí dándole vueltas a las cosas, empiezas a convencerte de que ellos están en lo cierto y de que tú estás equivocado. Porque ellos parecen demasiado coherentes. ¿Entiendes?<br />—Perfectamente. A veces tengo la misma sensación. La de que, comparado con la ciudad, no soy más que un ser insignificante, lleno de contradicciones.<br />—Sin embargo, eso es falso —insistió la sombra trazando unos dibujos indescifrables al lado del círculo—. Nosotros tenemos razón y ellos están equivocados. Nosotros somos naturales y ellos no. Debes creerlo, creerlo mientras te queden fuerzas. Si no lo crees, la ciudad te acabará absorbiendo antes de que te des cuenta, y entonces ya será demasiado tarde.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">2. Primero, hablemos del corazón. Me has dicho que en esta ciudad no hay luchas, odio ni deseos. Eso, en sí mismo, es maravilloso. Tanto que, si tuviera fuerzas, aplaudiría. Pero piensa que el hecho de que no existan luchas, odio ni deseos significa que tampoco existen las cosas opuestas. Es decir, la alegría, la paz de espíritu, el amor. Porque es de la desesperanza, del desengaño y de la tristeza de donde nace la alegría y, sin ellas, ésta no podría existir. Es imposible encon</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">trar una paz de espíritu sin desesperación. Ésta es la «naturalidad» a la que me refería. Y luego está el amor, por supuesto. Lo mismo sucede con la chica de la biblioteca de la que hablas. Tú tal vez la quieras, pero tus sentimientos no conducen a ninguna parte. Porque ella no tiene corazón. Y un ser humano sin corazón no es más que un fantasma andante. Dime, ¿qué sentido tiene conseguir algo así? ¿Deseas para ti esta vida eterna? ¿Quieres convertirte, también tú, en un fantasma similar? Si yo muero aquí, tú pasarás a ser uno de ellos y ya jamás podrás abandonar la ciudad.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">3. —Porque ella jamás podrá corresponder a tus sentimientos. Nadie tiene la culpa. Ni la tienes tú, ni la tiene ella. Me atrevería a decir que la culpa es del mundo, por estar hecho de esta manera. Pero el mundo no se puede cambiar. Sería lo mismo que tratar de invertir el curso de un río.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">Me incorporé sobre la cama y me froté las mejillas con ambas manos. Me pareció notar la cara un poco más flaca.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—Se refiere al corazón, ¿verdad?</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">El anciano asintió.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—¿Me está diciendo que, co</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">mo yo tengo corazón y ella no, por más que la ame jamás podré recibir nada a cambio?<br />—Exacto. Lo único que conseguirás será ir destruyéndote. Porque ella, como muy bien dices, no tiene corazón. Tampoco yo lo tengo. Nadie lo tiene.<br />—Pero usted es muy amable conmigo. Se preocupa por mí, me está cuidando robándole horas al sueño. ¿No le parece que ésa es una de las formas en que se manifiesta el corazón?<br />—No, es distinto. La amabilidad es una función independiente. Para ser exactos, es una función superficial. Sólo una costumbre. El corazón es otra cosa, es algo más profundo, y más fuerte. Y también más contradictorio.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-x91B12l9Y2A/VZrVzqb_HkI/AAAAAAAAAO4/mBqWZSmGvaM/s1600/download%2B%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-x91B12l9Y2A/VZrVzqb_HkI/AAAAAAAAAO4/mBqWZSmGvaM/s1600/download%2B%25281%2529.jpg" /></a><span style="line-height: 19.3199996948242px;">4. Aunque nadie lamentara mi pérdida, aunque no dejase un vacío en el corazón de nadie, aunque casi nadie se diera cuenta de que yo había desaparecido, no quería: mi existencia era asunto mío. Ciertamente, había perdido muchas cosas en el curso de mi vida. Tantas que, aparte de mí mismo, ya casi no me quedaba nada por perder. Sin embargo, en mi interior permanecía vivo el reflejo de lo que había perdido, y aquello era lo que había conformado mi ser a lo largo de mi vida.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">No quer</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">ía abandonar este mundo. Al cerrar los ojos, pude percibir claramente cómo se tambaleaba mi corazón. Fue una sacudida tan grande y profunda, más allá de la tristeza y de la soledad, que removió mi ser desde los cimientos. Aquel vaivén no cesaba. Hinqué los codos en el respaldo del banco para soportar su sacudida. Nadie me ayudó. Nadie podía socorrerme. Del mismo modo que yo no podía ayudar a nadie.<br />Hubiese querido deshacerme en lágrimas, pero no podía llorar. Era demasiado mayor para hacerlo, había tenido demasiadas experiencias en mi vida. En este mundo existe un tipo de tristeza que no te permite verter lágrimas. Es una de esas cosas que no puedes explicar a nadie y, aunque pudieras, nadie te comprendería. Y esa tristeza, sin cambiar de forma, va acumulándose en silencio en tu corazón como la nieve durante una noche sin viento.<br />Cuando era más joven, había intentado alguna vez traducirla en palabras. Pero por más que me había esforzado en buscar las palabras adecuadas, no había conseguido comunicársela a nadie, ni siquiera a mí mismo, y había dejado de intentarlo. De modo que había bloqueado las palabras, había bloqueado mi corazón. La tristeza, cuando es tan profunda, ni siquiera permite metamorfosearse en lágrimas.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-roSRM_PI_RY/VZrVzvJyodI/AAAAAAAAAO8/Nx4bjhiM1KU/s1600/2560_3000.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="234" src="http://3.bp.blogspot.com/-roSRM_PI_RY/VZrVzvJyodI/AAAAAAAAAO8/Nx4bjhiM1KU/s320/2560_3000.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
5. Había ido perdiendo diversas cosas, diversas personas, diversos sentimientos. En el bolsillo de un abrigo que simbolizara mi existencia, se habría abierto un agujero fatal que ningún hilo ni aguja podrían coser. En este sentido, si alguien hubiera abierto la ventana de mi piso, se hubiese asomado dentro y me hubiese gritado: «¡Tu vida es un completo cero!», yo no habría tenido ningún argumento en contra que esgrimir.</div>
<br />
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">Sin embargo, si hubiera podido volver atrás, me daba la sen</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">sación de que habría reproducido una vida idéntica a la que había llevado. Porque ésta —esta vida llena de pérdidas— era yo. Era el único camino que tenía yo de ser yo mismo. Por más personas que me hubiesen abandonado a mí, por más personas a las que hubiese abandonado yo, por más bellos sentimientos, magníficas cualidades y sueños que hubiese perdido, yo únicamente podía ser yo.</span></div>
Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-49600516082693775942015-07-04T13:24:00.001-07:002015-07-04T13:24:21.638-07:0028. Juan Salvador Gaviota - Richard Bach. <a href="http://2.bp.blogspot.com/-94Opx2LIlnU/VZhAzZt06sI/AAAAAAAAAOc/6r8w9vBrIco/s1600/download.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-94Opx2LIlnU/VZhAzZt06sI/AAAAAAAAAOc/6r8w9vBrIco/s1600/download.png" /></a><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">1. -Puedes ir al lugar y al tiempo que desees- Dijo el Mayor-. Yo he ido donde y cuando he querido. (...) Para volar tan rápido como el pensamiento y a cualquier sitio que exista- dijo- debes empezar por saber que ya has llegado...</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">El secreto, según Chiang, consistía en que Juan dejase de verse así mismo como prisionero de un cuerpo limitado (...) El secreto era saber que su naturaleza vivía, con la perfección de un número no escrito, simultáneamente en cualquier lugar del espacio y el tiempo. (...)</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Si quieres podemos empezar a trabajar con el tiempo - dijo Chiang-, hasta que logres volar por el pasado y el futuro. Y entonces, estarás preparado para empezar lo más difícil, lo más colosal, lo más divertido de todo. Estarás preparado para subir y comprender el significado de la bondad y el amor.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span>
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-ripO4AojjLI/VZhAzTNjvqI/AAAAAAAAAOg/Kpe07PfWPFc/s1600/images.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-ripO4AojjLI/VZhAzTNjvqI/AAAAAAAAAOg/Kpe07PfWPFc/s1600/images.jpg" /></a><span style="color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="background-color: white; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">2. </span><span style="font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">... Pero ninguno de ellos, ni siquiera Pedro Pablo Gaviota, había llegado a creer que el vuelo de las ideas podía ser tan real como el vuelo del viento y las plumas.</span></span><br />
<span style="color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">-Tu cuerpo entero, de extremo a extremo- diría Juan en otras ocasiones-, no es más que tu propio pensamiento, en una forma que puedes ver. Rompe las cadenas de tu pensamiento, y romperás también las cadenas de tu cuerpo.</span></span><br />
<span style="color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span></span>
<span style="color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">3. </span></span><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Rafael suspiró, pero prefirió no discutir. -Creo que te echaré de menos, Juan- fue todo lo que dijo.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">-¡Rafa, qué vergüenza! -dijo Juan reprochándole-. ¡No seas necio! ¿Qué intentamos practicar todos los días? ¡Si nuestra amistad depende de cosas como el espacio y el tiempo, entonces, cuando por fin superemos el espacio y el tiempo, habremos destruido nuestra propia hermanadad! Pero supera el espacio, y nos quedará sólo un Aquí. Supera el tiempo, y nos quedará sólo un Ahora. Y entre el Aquí y el Ahora, ¿No crees que podremos volver a vernos un par de veces?</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Rafael Gaviota tuvo que soltar una carcajada. </span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">-Estás hecho un pájaro loco -dijo tiernamente-.</span>Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-2839870896277580012015-07-02T13:41:00.001-07:002015-07-02T13:41:07.370-07:0027. El Gran Gatsby - F. Scott Fitzgerald. <div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">1. En mis años mozos y más vulnerables mi padre me dio un consejo que desde aquella época no ha dejado de darme vueltas en la cabeza.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
“Cuando sientas deseos de criticar a alguien” -fueron sus palabras- “recuerda que no todo el mundo ha tenido las mismas oportunidades que tú tuviste.”<br />No dijo nada más, pero como siempre nos hemos comunicado excepcionalmente bien, a pesar de ser muy reservados, comprendí que quería decir mucho más que eso. En consecuencia, soy una persona dada a reservarme todo juicio, hábito que me ha facilitado el conocimiento de gran número de personas singulares, pero que también me ha hecho víctima de más de un latoso inveterado. La mente anormal es rápida en detectar esta cualidad y apegarse a las personas normales que la poseen. Por haber sido partícipe de las penas secretas de aventureros desconocidos, en la universidad fui acusado injustamente de ser político. No busqué la mayor parte de estas confidencias; a menudo fingía tener sueño o estar preocupado; o cuando gracias a algún signo inconfundible me daba cuenta de que se avecinaba por el horizonte la revelación de alguna confidencia, mostraba una indiferencia hostil. Y es que las revelaciones íntimas de los jóvenes, o al menos la manera como las formulan, son por regla general plagios o están deformadas por supresiones obvias. Reservarse el juicio es asunto de esperanza ilimite. Todavía hoy temo un poco perderme de algo si olvido que como lo insinuó mi padre en forma por demás pretencioso, y yo de la misma manera lo repito-, el sentido fundamental de la buena educación es inequitativamente repartido al nacer.<br />Y tras vanagloriarme de este modo de mi tolerancia, he de admitir que tiene un límite. La conducta puede estar cimentada en la dura piedra o en el pantano húmedo, pero pasado cierto punto me tiene sin cuidado en qué se funde. Cuando regresé del Este en el otoño sentí deseos de que el mundo estuviera de uniforme y con una especie de eterna vigilancia moral; no quería mas excursiones desenfrenadas con atisbos privilegiados al corazón humano. </div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
2. Sólo Gatsby, el hombre que presta su nombre a este libro, Gatsby, el hombre que representaba cuanto he desdeñado desde siempre, estuvo eximido de mi reacción. Si por personalidad - se entiende una serie ininterrumpida de gestos exitosos, entonces había algo fabuloso en él, una sensibilidad a flor de piel hacia las promesas de la vida, como si estuviera vinculado a uno de aquellos intrincados aparatos que registran terremotos a diez mil millas de distancia. Esta sensibilidad nada tiene que ver con la amorfa capacidad de impresionarse que adquiere categoría bajo el nombre de “temperamento creativo era, más bien, una extraordinaria disponibilidad para la esperanza, una presteza para el romance que jamás he encontrado en nadie y que probablemente no vuelva a hallar jamás. No.... Gatsby resultó bien al final; fue más bien aquello que lo devoró, esa basura hedionda que flotaba en la estela de sus sueños, lo que mató por un tiempo mi interés por las congojas intempestivas y las efímeras dichas de los hombres.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
3. Esbozó una sonrisa comprensiva; mucho más que sólo comprensiva. Era una de aquellas sonrisas excepcionales, que tenía la cualidad de dejarte tranquilo. Sonrisas como esa se las topa uno sólo cuatro ó cinco veces en toda la vida, y comprenden, o parecen hacerlo, todo el mundo exterior en un instante, para después concentrarse en ti, con un prejuicio irresistible a tu favor. Te mostraba que te entendía hasta el punto en que quedas ser comprendido, creía en ti como a ti te <span class="text_exposed_show" style="display: inline;">gustaría creer en ti mismo y te aseguraba que se llevaba de ti la impresión precisa que tú, en tu mejor momento, querrías comunicar."</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
4. -Fue en uno de aquellos asientos pequeños que dan cara a cara y que son los últimos que quedan en el tren. Yo me dirigía a Nueva York a ver a mi hermana y a pasar la noche allí. Él iba vestido de etiqueta con zapatos de charol, y yo no podía apartar mis ojos de él; cada vez que me miraba, tenía que aparentar que estaba mirando la propaganda que habla encima de su cabeza. Cuando entramos a la estación se paró junto a mí, y la blanca pechera de su camisa hizo presión sobre mi brazo; entonces le dije que tendría que llamar a un guarda, pero él sabia que yo no lo iba a hacer. Estaba tan excitada que cuando me subí a un taxi con él, casi no sabía que no me estaba metiendo al metro. Todo cuanto pensaba, una y otra vez, era: “Uno no vive eternamente, uno no vive eternamente.”</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
5. Con una especie de emoción vehemente comenzó a sonar en mis oídos una frase: “Existen tan sólo los perseguidos y los perseguidores, los ocupados y los ociosos”.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
6. Era evidente que había experimentado dos estados y que entraba al tercero. Pasados su turbación y la irracional felicidad, lo consumía ahora el asombro por la presencia de Daisy: había estado lleno de la idea por mucho tiempo, la había soñado hasta el final, la había esperado con los dientes apretados, por así decirlo, hasta alcanzar este inconcebible nivel de intensidad. Ahora, en la reacción, se estaba desenvolviendo tan rápido como un reloj con exceso de cuerda.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
7. ¡Casi <span class="text_exposed_show" style="display: inline;">cinco años! Debió haber momentos, aún en aquella tarde, cuando Daisy se quedara corta con relación a sus sueños; no por culpa de ella, empero, sino por la colosal vitalidad de la ilusión de <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">Gatsby</span>, que la había superado a ella, que lo había superado todo. Se había dedicado a su quimera con una pasión creadora, agrandándola todo el tiempo, adornándola con cada una de las plumas brillantes que pasaban nadando junto a sí. Ninguna cantidad de fuego o frescura puede ser mayor que aquello que un hombre es capaz de atesorar en su insondable corazón.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
8. Cuando lo miré se compuso un poco. Su mano asió la de Daisy, y cuando la joven con voz queda le dijo algo al oído, se volvió hacia ella, pleno de emoción. Creo que aquella voz era lo que más lo capturaba, con su calidez fluctuante y febril, porque la soñada no podía ser mayor... aquella voz era una canción inmortal.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
9. Se habían olvidado de mí, pero Daisy alzó los ojos y me estiró la mano;<span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">Gatsby</span> ni me conocía. Los miré una vez más y ellos me devolvieron la mirada, remotamente, poseídos por una vida intensa. Entonces salí del cuarto, y bajé por las escalinatas de mármol para adentrarme en la lluvia, dejándolos a los dos solos en él.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
10. Pero su corazón se mantenía en constante turbulencia. Los caprichos más grotescos y fantásticos lo perseguían en su lecho por la noche. Un universo de inefable vistosidad giraba como un remolino en su cerebro mientras el reloj hacía tic-tac en el lavamanos y la luna empapaba de húmeda luz su ropa desordenada, tirada sobre el piso. Cada noche le agregaba <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">Gatsby</span> más y más detalles al modelo de sus fantasías, hasta que, borracho de sueño, le llegaba el descanso reparador con al<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">guna vivida escena en la mente. Durante un tiempo estos sueños fueron un escape para su imaginación; le daban una idea satisfactoria de la irrealidad de la realidad, una promesa de que el peñón del mundo estaba asentado de manera firme en el ala de un hada.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
11. No dejaba nunca de entristecerme mirar a través de ojos nuevos las cosas en las cuales uno ha gastado la capacidad de adaptación. </div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
12. -Pero ella no entiende -dijo él- . Antes ella era capaz de entender. Nos sentábamos horas y horas...</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
13. Se derrumbó y comenzó a caminar por el desolado sendero lleno de cáscaras de frutas y favores descartados y de flores aplastadas.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Yo no le pedirla tanto -aventuré yo-. Uno no puede repetir el pasado.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-¿No se puede repetir el pasado? -exclamó él, no muy convencido de ello. ¡Pero claro que se puede!</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Miró a su alrededor con desesperación, como si el pasado acechara aquí, en la sombra de su casa, lejos de su alcance por muy poco.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Voy a organizar las cosas para que todo sea igual que antes, hasta el último detalle -dijo, moviendo la cabeza con determinación-. Ella verá.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Habló largo sobre el pasado y colegí que deseaba recuperar algo, alguna imagen de sí mismo quizás, que se había ido en amar a Daisy. Había llevado una vida desordenada y confusa desde aquella época, pero si alguna vez pudiera regresar a un punto de partida y volver a vivirla con lentitud, podría encontrar qué era la cosa...</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-sZ9r-Tu4jtI/VZWhdZ_1kBI/AAAAAAAAAOA/wo-Dj6zJJ1A/s1600/download.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-sZ9r-Tu4jtI/VZWhdZ_1kBI/AAAAAAAAAOA/wo-Dj6zJJ1A/s1600/download.jpg" /></a><span style="line-height: 19.3199996948242px;">14. ... Una noche de otoño, cinco años atrás, habían estado caminando por la calle mientras caían las hojas, cuando llegaron a un lugar donde no había árboles y el andén estaba iluminado de luz de luna. Allí se detuvieron y se miraron cara a cara. La noche estaba fría ya, llena de aquella misteriosa emoción que se da dos veces al año, con el cambio de estación. Las inmóviles luces de las casas susurraban en la oscuridad y las estrellas titilaban agitadas. Por el rabillo del ojo </span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">vio <span class="highlightNode" style="background-color: rgba(88, 144, 255, 0.14902); border-bottom-color: rgba(88, 144, 255, 0.298039); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; padding: 0px 1px;">Gatsby</span> que los bloques del andén formaban en realidad una escalera que llevaba a un lugar secreto entre los árboles; él podría trepar, si lo hacía solo y una vez allí, podría succionar la savia de la vida, tragar el inefable néctar del asombro.<br />Su corazón comenzó a latir con más y más fuerza a medida que Daisy acercaba el rostro al suyo. Sabía que cuando besara a esta chica y esposara por siempre sus inexpresibles visiones con el perecedero aliento de ella, su mente dejaría de vagar inquieta como la mente de Dios. Esperó un instante, escuchando, por un momento más, el diapasón que había sido golpeado contra una estrella. Y la besó. Al tocarla con sus labios, ella se al)rió para él como una flor, y la encarnación se completó.<br />En medio de todo lo que dijo, aun en medio de su apabullante sentimentalismo, yo recordaba algo, un ritmo esquivo, el fragmento de palabras perdidas que había escuchado hacía largo tiempo. Durante un instante una frase trató de formarse en mi boca y mis labios se separaron como los de un mudo, como si hubiera más batallas en ellos que el mero jirón de aire asombrado. Pero no emitieron sonido alguno, y aquello que estuve a punto de recordar quedó incomunicado por siempre jamás.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
15. <span style="background-color: transparent;">-Tengo algo que decirle a usted, viejo amigo...-comenzó Gatsby-. Pero Daisy adivinó sus intenciones.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-¡No, por favor! lo interrumpió impotente-. ¿Por qué más bien no nos vamos a casa todos?</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Es una buena idea -me levanté-. Ven Tom, nadie quiere un trago.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Quiero saber qué es lo que el señor Gatsby tiene que decirme.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Su esposa no lo ama -dijo Gatsby-; jamás lo ha hecho. A quien quiere es a mi.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-¡Debe usted estar loco! exclamó Tom sin vacilación.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Gatsby se levantó, encendido de la emoción.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Jamás lo amó, ¿me oye? -exclamó-. Sólo se casó con usted porque yo era pobre y estaba cansada de esperarme. Fue un error terrible, pero en el fondo de su corazón ¡jamás amó a nadie más que a mi!</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Siéntate, Daisy -Tom buscó sin éxito darle un tono paternal a su voz-. ¿Qué ha estado pasando aquí? Quiero saberlo todo.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Ya le conté qué estaba sucediendo -dijo Gatsby-. Venía sucediendo durante cinco años, y usted sin darse cuenta.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Tom se volvió hacia Daisy con brusquedad.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-¿Has estado viéndote con este tipo durante cinco años?"</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
"Gatsby atravesó la habitación y se paró al lado de ella.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-c9UkTst8Kno/VZWhdiT1eXI/AAAAAAAAAOE/IRDaTCdrruw/s1600/El-gran-Gatsby.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://2.bp.blogspot.com/-c9UkTst8Kno/VZWhdiT1eXI/AAAAAAAAAOE/IRDaTCdrruw/s320/El-gran-Gatsby.jpg" width="197" /></a>Daisy, ya todo se acabó dijo con seriedad ya no importa. Dile sólo la verdad, que nunca lo amaste, y con eso todo queda borrado.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Lo miró como sin verlo.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Pues... ¿cómo podía yo amarlo ... cómo podía?</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Jamás lo amaste.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Ella vaciló. Sus ojos cayeron sobre Jordan y sobre con una especie de apelación, como dándose cuenta al fin de lo que hacia, y como si nunca, durante todo este tiempo, hubiera tenido intenciones de hacer nada. Pero ya estaba hecho. Era demasiado tarde.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Nunca lo amé -dijo, con visible reticencia.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-¿Ni en Kapiolani? -preguntó Tom de repente.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-No.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
- ¿Ni aquel día en que te cargué desde el Punch Bowl para que no se te mojaran los zapatos? -había una brusca ternura en su tono de voz...-.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Por favor, no sigas -su voz era fría, pero todo rencor la había abandonado. Miró a Gatsby-.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Oh, Jay -dijo, pero su mano temblaba al prender un cigarrillo. De pronto arrojó el cigarrillo y el fósforo prendido al tapete-.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
¡Oh, tú pides demasiado! -le gritó a Gatsby-. Te amo ahora. ¿No es suficiente? No puedo evitar lo del pasado -comenzó a sollozar impotente-. Sí, lo amé una vez, pero a ti también te amé -los ojos de Gatsby se abrieron y se cerraron.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-¿Me amaste a mí también? -repitió.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Hasta eso es una mentira -dijo Tom con furia. Ni sabía que estabas vivo. Es que... hay cosas entre Daisy y yo que jamás vas a conocer, cosas que ninguno de los dos podremos olvidar jamás.<br />Las palabras parecieron horadar físicamente a Gatsby.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Quiero hablar con Daisy a solas -insistió-. Ella está muy excitada ahora.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Aun a solas no puedo decir que nunca haya amado a Tom -admitió con voz lastimera-. No sería cierto.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Claro que no lo sería -asintió Tom.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Ella se volvió hacia su esposo.<br />-Como si te importara -dijo.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Claro que me importa. De ahora en adelante voy a cuidarte mejor.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Usted no entiende -dijo Gatsby, con un toque de pánico-. Ya no va a cuidarla más.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Ah, ¿no? -Tom abrió sus ojos rió. Ahora podía darse el lujo de controlarse-. ¿Y eso por qué?</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-Daisy lo va a dejar a usted.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
-¡Qué ridiculez!</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
-Sí- dijo ella, haciendo un esfuerzo visible.</div>
Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-21869713544634317352015-07-01T14:39:00.002-07:002015-07-01T14:39:33.296-07:0026. El Psicoanalista - John Katzenbach. <div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
1. Feliz 53' cumpleaños, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Pertenezco a algún momento de su pasado.<br />Usted arruinó mi vida. Quizá no sepa cómo, por qué o cuándo, pero lo hizo. Llenó todos mis instantes de desastre y tristeza. Arruinó mi vida. Y ahora estoy decidido a arruinar la suya.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Al principio pensé que debería matarlo para ajustarle las cuentas, sencillamente. Pero me di cuenta de que eso era demasiado sencillo. Es un objetivo patéticamente fácil, doctor. De día, no cierra las puertas con llave. Da siempre el mismo paseo por la misma ruta de lunes a viernes. Los fines de semana sigue siendo de lo más predecible, hasta la salida del domingo por la mañana para comprar el "Times" y tomar un bollo y un café con dos terrones de azúcar y sin leche en el moderno bar situado dos calles más abajo de su casa.<br />Demasiado fácil. Acecharlo y matarlo no habría supuesto ningún desafío. Y, dada la facilidad de ese asesinato, no estaba seguro de que me proporcionara la satisfacción necesaria. He decidido que prefiero que se suicide.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Ricky Starks se movió incómodo en el asiento. Podía notar el calor que desprendían las palabras, como el fuego de una estufa de leña que le acariciara la frente y las mejillas. Tenía los labios secos y se los humedeció en vano con la lengua.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Suicídese, doctor.<br />Tírese desde un puente. Vuélese la tapa de los sesos con una pistola. Arrójese bajo un autobús. Láncese a las vías del metro. Abra el gas de la estufa. Encuentre una buena viga y ahórquese. Puede elegir el método que quiera.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Pero es su mejor oportunidad.<br />Su suicidio será mucho más adecuado, dadas las circunstancias de nuestra relación. Y, sin duda, una manera más satisfactoria de que pague lo que me debe.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Verá, vamos a jugar a lo siguiente: tiene exactamente quince días, a partir de mañana a las seis de la mañana, para descubrir quién soy. Si lo consigue, tendrá que poner uno de esos pequeños anuncios a una columna que salen en la parre inferior de la portada del New York Times y publicar en él mi nombre. Eso es todo: publique mi nombre.<br />Si no lo hace... Bueno, ahora viene lo divertido. Observará que en la segunda hoja de esta carta aparecen los nombres de cincuenta y dos parientes suyos. Su edad comprende desde un bebé de seis meses, hijo de su sobrino, hasta su primo, el inversor de Wall Street y extraordinario capitalista, que es tan soso y aburrido como usted. Si no logra poner el anuncio según lo descrito, tiene una opción: suicidarse de inmediato o me encargaré de destruir a una de estas personas inocentes.<br />Destruir.<br />Una palabra muy interesante. Podría significar la bancarrota financiera. Podría significar la ruina social. Podría significar la violación psicológica.<br />También podría significar el asesinato. Es algo que deberá preguntarse. Podría ser alguien joven o alguien viejo. Hombre o mujer. Rico o pobre. Lo único que le prometo es que será la clase de hecho que ellos —sus seres queridos- no superarán nunca, por muchos años que hagan psicoanálisis.<br />Y usted vivirá hasta el último segundo del último minuto que le quede en este mundo sabiendo que fue el único responsable.<br />Salvo, por supuesto, que adopte la postura más honorable y se suicide para salvar así de su destino al objetivo que he elegido.<br />Tiene que decidir entre mi nombre o su necrológica. En el mismo periódico, por supuesto.<br />Como prueba de mi alcance y del extremo de mi planificación, me he puesto en contacto hoy con uno de los nombres de la lista con un mensaje muy modesto. Le insto a pasar el resto de esta tarde averiguando quién ha sido el destinatario y cómo. Así por la mañana podrá empezar, sin demora, la tarea que le espera.<br />Lo cierto es que no espero que sea capaz de adivinar mi identidad, por supuesto.<br />Así pues, para demostrarle mi deportividad, he decidido que a lo largo de los próximos quince días voy a proporcionarle una pista o dos de vez en cuando. Sólo para que las cosas sean más interesantes, aunque alguien intuitivo e inteligente como usted debería suponer que esta carta está llena de pistas. Aun así, ahí va un anticipo, y gratis.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
La vida era alegre en el pasado:<br />un retoño y sus padres a su lado.<br />El padre soltó amarras, se largó,<br />y entonces todo eso se acabó.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
La poesía no es mi fuerte.<br />El odio sí.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Puede hacer tres preguntas que se contesten con si o no.<br />Use el mismo método, los pequeños anuncios de la portada del New York Times.<br />Contestaré a mi propia manera en veinticuatro horas.<br />Buena suerte. Tal vez desee también dedicar tiempo a los preparativos de su funeral. La incineración es probablemente mejor que un entierro tradicional. Sé cuánto le desagradan las iglesias.<br />No creo que sea buena idea llamar a la policía. Lo más seguro es que se burlen de usted, y sospecho que su altanería no lo encajará demasiado bien. Además, podría enfurecerme más; no se imagina usted lo inestable que soy en realidad. Podría reaccionar de modo imprevisible, de muchas formas malvadas. Pero puede estar seguro de algo: mi cólera no conoce límites.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
La carta estaba firmada en mayúsculas: RUMPLESTILTSKIN.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">2. Virgil sonrió de nuevo y se desabrochó despacio los botones delanteros y el cinturón. Después, con un movimiento brusco, dejó caer la prenda al suelo.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">No llevaba nada debajo.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">Se puso una mano en la cadera y ladeó el cuerpo provocativamente en su dirección. Se volvió y le dio la espalda un momento, para girar de nuevo y mirarlo de frente. Ricky asimiló la totalidad de su figura con una sola mirada. Sus ojos actuaron como una cámara fotográfica para captar los senos, el sexo y</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;"> las largas piernas, y regresar, por fin, a los ojos de Virgil, que brillaban expectantes.<br />—¿Lo ves, Ricky? —musitó ella—. No eres tan viejo. ¿Notas cómo te hierve la sangre? Una ligera animación en la entrepierna, ¿no?<br />Tengo una buena figura, ¿verdad? —Soltó una risita—. No hace falta que contestes. Conozco bien la reacción. La he visto antes, en muchos hombres.<br />Siguió mirándolo, como segura de que podía adivinar la dirección que seguiría la mirada de él.<br />—Siempre existe ese momento maravilloso, Ricky —comentó Virgil con una ancha sonrisa—, en que un hombre ve por primera vez el cuerpo de una mujer. Sobre todo el cuerpo de una mujer que no conoce. Una visión que es toda aventura. Su mirada cae en cascada, como el agua por un precipicio. Entonces, como pasa ahora contigo, que preferirías contemplar mi entrepierna, el contacto visual provoca algo de culpa. Es como si el hombre quisiera decir que todavía me ve como una persona mirándome a la cara pero, en realidad, está pensando como una bestia, por muy educado y sofisticado que finja ser. ¿No es acaso lo que está pasando ahora?<br />Él no contestó. Hacía años que no estaba en presencia de una mujer desnuda, y eso parecía generar una convulsión en su interior. Le retumbaban ¡os oídos con cada palabra de Virgil, y era consciente de que se sentía acalorado, como si la elevada temperatura exterior hubiese irrumpido en la consulta.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">3. A veces, frente a las playas de Cape Cod, en Wellfleet, cerca de su casa de veraneo, se forman unas fuertes corrientes de retorno superficial que pueden ser peligrosas y, en ocasiones, mortales. Se crean debido a la fuerza del océano al golpear la costa, que acaba por excavar una especie de surco bajo las olas en la restinga que protege la playa. Cuando el espacio se abre, el agua entrante encuentra de repente un nuevo lugar para regresar al mar y circula por este canal suba</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">cuático. Entonces en la superficie se produce la corriente de retorno. Cuando alguien queda atrapado en esta corriente hay un par de cosas que debe hacer y que convierten la experiencia en algo perturbador, quizás aterrador y sin duda agotador, pero más que nada molesto. Si no las hace, lo más probable es que muera. Como la corriente de retorno superficial es estrecha, no hay que luchar nunca contra ella. Hay que limitarse a nadar paralelo a la costa, y en unos segundos el tirón violento de la corriente se suaviza y lo deja a uno a poca distancia de la playa. De hecho, las corrientes de retorno superficial suelen ser también cortas, de modo que uno se puede dejar llevar por ellas y cuando el tirón disminuye situarse en el lugar adecuado y nadar de vuelta a la playa. Ricky sabía que se trataba de unas instrucciones sencillísimas que, comentadas en un cóctel en tierra firme, o incluso en la arena caliente a la orilla del mar, hacen que salir de una corriente de retorno superficial no parezca más difícil que sacudirse una pulga de mar de la piel.<br />La realidad, por supuesto, es mucho más complicada. Ser arrastrado inexorablemente hacia el océano, lejos de la seguridad de la playa, provoca pánico al instante. Estar atrapado por una fuerza muy superior es aterrador. El miedo y el mar son una combinación letal. El terror y el agotamiento ganan al bañista. Ricky recordaba haber leído en el Cape Cod Times por lo menos un caso cada verano de alguien ahogado, a escasos metros de la costa y la seguridad.<br />Intentó controlar sus emociones, porque se sentía atrapado en una corriente de retorno superficial.<br />Inspiró hondo y luchó contra la sensación de que lo arrastraban hacia un lugar oscuro y peligroso.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
4. El psicoanálisis tiene un principio que está en la base de toda terapia: todo el mundo lo recuerda todo. Puede que no se recuerde con precisión fotográfica, que las percepciones y las reacciones estén enturbiadas o sesgadas por todo tipo de fuerzas emocionales, que los hechos recordados con claridad sean en realidad turbios pero, cuando por fin se revisa, todo el mundo lo recuerda todo. Las heridas y los temores pueden ac<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">echar escondidos bajo capas de estrés, pero están ahí y pueden encontrarse, por muy potentes que sean las energías psicológicas de la negación. Ricky era partidario de este proceso de eliminación de capas para llegar al meollo de los recuerdos y descubrir la capa dura de debajo.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
5. Se había pasado la vida intentando ayudar a la gente a conocer las fuerzas emocionales que motivaban su comportamiento. Lo que hace un analista es aislar la culpa e intentar traducirla en algo manejable, porque la necesidad de venganza es tan incapacitante como cualquier neurosis. El analista busca que el paciente encuentre un modo de superar esa necesidad y esa cólera. No es inusual que un paciente empiece una terapia manifestando una furia que parece exigir una actuación.<br />Se elabora un tratamiento destinado a eliminar ese impulso, de modo que pueda seguir con su vida sin la necesidad compulsiva de vengarse.<br />Vengarse, en su mundo, era una debilidad. Quizás hasta una enfermedad.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">6. —Me odias. Tanto como ese señor R, sólo que no sé por qué.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—El odio es una emoción imprecisa, Ricky. ¿Crees que la conoces?</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—Es algo de lo que se habla todos los días en mi consulta.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—No, no, no. —Virgil sacudió la cabeza—. Oyes hablar de cólera y frustración, que son elementos secundarios del odio. Oyes hablar de abuso y crueldad, que también tienen papeles destacados en ese escenario, pero que son sólo comparsas. Y, sobre todo, oyes hablar de inconveniencias. Las aburridas</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;"> y monótonas inconveniencias de siempre. Y eso guarda tan poca relación con el puro odio como una aislada nube negra con una tormenta. Esa nube tiene que unirse a otras y crecer vertiginosamente antes de descargar.<br />—Pero tú...<br />—No te odio, Ricky. Aunque quizá podría llegar a hacerlo.<br />Prueba con otra cosa.<br />No se lo creyó en absoluto, pero en ese momento se sentía perdido al intentar dar con una respuesta. Inspiró con fuerza.<br />—Amor, entonces —soltó Ricky de repente.<br />—¿Amor?<br />Virgil sonrió de nuevo.<br />—Intervienes porque estás enamorada de ese hombre, Rumplestiltskin.<br />—Es una idea curiosa. Sobre todo porque te dije que no sé quién es. Nunca lo he visto.<br />—Si, ya me lo dijiste. Pero no me lo creo.<br />—Amor. Odio. Dinero. ¿Esos son los únicos motivos que se te ocurren?<br />—Acaso miedo —aventuró Ricky tras dudar.<br />—Eso está bien pensado, Ricky —asintió ella—. El miedo puede provocar todo tipo de comportamiento inusual, ¿verdad?<br />—Si.<br />—¿Sugiere tu análisis que tal vez el señor R me amenace de algún modo? ¿Como un secuestrador que obliga a sus víctimas a dar dinero con la patética esperanza de que les devuelva al perro, al hijo o a quien sea que se haya llevado? ¿Me comporto como una persona a la que piden que actúe en contra de su voluntad?<br />—No —admitió Ricky.<br />—Muy bien. ¿Sabes, Ricky?, eres un hombre que no aprovecha las oportunidades que se le presentan. Es la segunda vez que me he sentado frente a ti, y en lugar de intentar ayudarte a ti mismo, me has suplicado que te ayude, cuando no tienes nada que te haga merecedor de mi colaboración. Debería haberlo previsto, pero tenía esperanzas. De verdad.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
7. El año en que creyó que iba a morir se pasó la mayor parte de su quincuagésimo tercer cumpleaños como la mayoría de los demás días, oyendo a la gente quejarse de su madre. Madres desconsideradas, madres crueles, madres sexualmente provocativas. Madres fallecidas que seguían vivas en la mente de sus hijos. Madres vivas a las que sus hijos querían matar.<br />Escuchó en silencio terribles impulsos de odio asesino, a los que sólo de vez en cuando agregaba algún breve comentario ben<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">évolo, evitando interrumpir la cólera que fluía a borbotones del diván. Ojalá alguno de sus pacientes inspirara hondo, se olvidara por un instante de la ira que sentía y comprendiera lo que en realidad era ira hacia sí mismo. sabía por experiencia y formación que, con el tiempo, tras años de hablar con amargura en el ambiente peculiarmente distante de la consulta del analista, todos ellos, hasta el pobre, desesperado e incapacitado Roger Zimmerman, llegarían a esa conclusión por sí solos.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
8. —No me gusta la idea de que venga alguien después de mi —espetó Zimmerman—. Quiero ser el último.<br />—¿Por qué cree que lo prefiere así? —le preguntó por fin.<br />—A su manera, el último es igual que el primero —contestó Zimmerman con una dureza que implicaba que cualquier idiota se daría cuenta de eso.<br />Asintió. Zimmerman acababa de hacer una observación fascinante y acertada.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
9. Toda su formación y experiencia sugerían que lo más razonable era no hacer nada. Después de todo, el analista suele encontrarse con que guardar silencio y no contestar al comportamiento provocador y escandaloso de un paciente es la forma más inteligente de llegar a la verdad psicológica de esos actos.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
10. La voz interior insistía en restarle importancia, hacer caso omiso de todo el mensaje y considerarlo una exageración y una fantasía sin ninguna base real, pero era incapaz de<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"> hacerlo.<br />«Que algo te incomode no significa que debas ignorarlo», se reprendió.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
11. Se preguntó si su sobrino percibiría la mentira en su voz. Lo dudaba. Estaba furioso, nervioso e indignado, y no era probable que fuera capaz de discernir con claridad durante cierto tiempo.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
12. «Tememos que nos maten. Pero es mucho peor que nos destruyan.»</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
13. Su oponente era alguien que sabía que, a menudo, lo que nos amenaza de verdad y cuesta más de combatir es algo que procede de nuestro interior. El impacto y el dolor de una pesadilla puede ser mucho mayor que el de un puñetazo. Asimismo, a veces lo que duele no es tanto ese puñetazo como la emoción tras él.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
14. Zimmerman había sido un hombre que se deleitaba con lo espantosa que era su vida, y prefería quejarse a cambiarla. Para Ricky, era esa cualidad la que hacia casi imposible que se hubiese suicidado. sabía que lo que la policía y sus compañeros de trabajo habían considerado desesperación era la verdadera y única dicha de Zimmerman. Vivía para sus odios. La tarea de Ricky como analista era darle la capacidad de cambiar.<br />Había esperado que, a la larga, llegaría el momento en que<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"> Zimmerman se daría cuenta de cómo limitaba su vida el estar eternamente enfadado. El momento en que el cambio fuera posible habría sido peligroso porque probablemente la idea de que no necesitaba dirigir su vida del modo en que lo hacia habría sumido a Zimmerman en una depresión importante. Habría sido vulnerable entonces, cuando por fin se hubiera dado cuenta de la cantidad de días desperdiciados. Comprender eso podría haberle provocado una desesperación real y acaso mortal.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
15. Pensó un instante en un condenado en el corredor de la muerte al que comunican que finalmente el gobernador ha firmado su sentencia con la fecha, la hora y el lugar de la ejecución. Era una imagen demoledora y la apartó diciéndose que, hasta en la cárcel, los hombres luchaban por sobrevivir. Inspiró con fuerza.<br />«El mayor lujo de nuestra existencia, por miserable que sea, es que no sabemos los días que nos han tocado en suerte»</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
16. —No sé —dijo la mujer—. Tenemos un procedimiento.<br />—Todo el mundo tiene un procedimiento —le espetó Ricky—. Los procedimientos existen para impedir el contacto, no para favorecerlo. La gente sin imaginación y sin ideas llena su cabeza con programas y procedimientos. La gente con carácter sabe cuándo prescindir de los procedimientos. ¿Es usted esa clase de persona, señorita?</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
17. —En tiempos del rey Arturo —prosiguió el abogado, sonriente y nada desagradable, con la confianza de <span class="text_exposed_show" style="display: inline;">un hombre que ha medido al adversario y lo ha visto claramente inferior- el infierno era muy real para toda clase de personas, incluso las educadas y refinadas. Creían de verdad en demonios, diablos, posesiones de espíritus malignos, lo que usted quiera. Podían oler el fuego y el azufre que esperaban a los impíos y creían que los abismos en llamas y las torturas eternas eran consecuencias razonables de una mala vida. En la actualidad, las cosas son más complicadas, ¿verdad, doctor? No creemos que vayamos a sufrir la maldición del fuego eterno, Y ¿qué tenemos en su lugar? Los abogados. Y le aseguro, doctor, que puedo convertirle fácilmente la vida en algo que recuerde una imagen medieval plasmada por uno de esos artistas de pesadilla. Tendría que elegir el camino fácil, doctor. El camino fácil.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
18. El tiempo pareció entonces perder control sobre el mundo circundante. Los segundos, que normalmente se habrían agrupado en minutos en una progresión ordenada parecieron esparcirse como pétalos arrastrados por el viento. </div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
19. —¿No le gusta la psiquiatría?<br />—No. Tuve un hermano clínicamente deprimido y esquizofrénico. Entró y salió de todas las instituciones mentales de la ciudad y todos los médicos hablaron y hablaron pero no lo ayudaron en absoluto. Esta experiencia me predispu<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">so en contra. Dejémoslo así.<br />Ricky esperó un momento y dijo:<br />—Mi mujer murió hace unos años de cáncer de ovarios, pero yo no detesté a los<br />oncólogos que no lograron salvarla. Detesté la enfermedad.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
20. Pista del señor R. Para Ricky:</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
"La vida era alegre en el pasado:<br />un retoño y sus padres a su lado.<br />El padre soltó amarras, se largó,<br />y entonces todo eso se acabó."</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
De Ricky al señor R:</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
"Me dediqué a buscar a destajo<br />en veinte años de mi trabajo.<br />¿Es ese número acertado?<br />El tiempo casi se ha terminado<br />y no puedo dejar de preguntar:<br />¿A la madre de R debo encontrar?"</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Del señor R. Para Ricky:</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
"Siguiendo la pista estás<br />al volver la vista atrás.<br />Veinte años sitúa cuándo,<br />y a mi madre estás buscando.<br />Saber su nombre es otro cantar,<br />así que una pista te voy a dar.<br />Te diré que, cuando la atendiste,<br />como señorita la conociste.<br />Y los días que se sucedieron,<br />sus labios jamás sonrieron.<br />Dejaste tus promesas sin cumplir.<br />Y la venganza de su hijo vas a sufrir.<br />El padre lejos, la madre fallecida:<br />por eso quiero acabar con tu vida.<br />Y será mejor que termine esta rima,<br />o el tiempo se te echará encima."</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
De Ricky al señor R:</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
"Hace veinte años, como profesional,<br />traté a gente pobre en un hospital.<br />Me marché para mejorar de posición.<br />¿Fue eso lo que motivó esta situación?<br />¿Que, al irme, en el olvido la dejara<br />provocó que esa mujer se suicidara?"</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
De R. Para Ricky:</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
"Ricky se acerca cada vez más,<br />en su búsqueda hacia atrás.<br />La ambición la mente le nubló,<br />y lo que decía la mujer ignoró.<br />La dejó confusa, a la deriva,<br />tan perdida que le costó la vida.<br />El hijo, que vio la equivocación,<br />quiere vengarse sin dilación.<br />Antes era pobre y rico ahora;<br />cumplirá su deseo sin demora.<br />¿Visitar los archivos del hospital<br />bastará para lograr el triunfo final?<br />Hay algo que Ricky no puede olvidar:<br />tiene setenta y dos horas para jugar."</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
De Ricky para R:</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
"¿Es quien busco uno de tres?<br />¿Huérfano de niño, rico después,<br />busca a quienes fueron crueles?"</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
De R. Para Ricky Stark (Mensaje con doble sentido):</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
"Apreciado doctor Starks:<br />Con relación a su reciente consulta a esta oficina, nos satisface informarle de que nuestros agentes han confirmado que sus suposiciones son correctas. Sin embargo, en este momento no podemos facilitarle más detalles sobre los individuos en cuestión. Sabemos que cuenta con limitaciones importantes de tiempo. Por lo tanto, a menos que recibamos una petición suya, en el futuro no podremos proporcionarle más información. Si sus circunstancias cambiaran, le rogamos se ponga en contacto con nuestra oficina para cualquier consulta adicional.<br />Será facturado por nuestros servicios en veinticuatro horas.<br />Muy atentamente, R.S. SKIN, presidente Investigaciones Privadas R.S. SKIN"</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
_________________________</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
SE INVIERTEN LOS PAPELES:</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
De Ricky para el señor R:</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
"—«Señor R, empieza el juego. Una nueva Voz».</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Sabe quién era, no quién soy.<br />Por fin está en un lío hoy.<br />Ricky se fue; murió en el mar.<br />Y yo su sitio vine a ocupar.<br />Como Lázaro me he levantado,<br />y ahora le toca morir a otro pringado.<br />Otro juego, señor R, en un viejo lugar,<br />y cara a cara nos vamos a enfrentar.<br />Veremos a favor de quién está la suerte,<br />porque hasta los malos poetas aman la muerte."</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Del señor R. Para Ricky:</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
"Ricky es listo, Ricky es muy astuto,<br />pero ha cometido un error absoluto.<br />Cree que está a salvo y quiere jugar,<br />pero escondido se debería quedar.<br />Que escapara una vez es impresionante<br />pero no por ello debería estar exultante.<br />Otro juego, en una segunda ocasión<br />volverá a llegar a la misma conclusión.<br />Sólo que ahora lo que me debe pagar,<br />por fin completo me lo voy a cobrar."</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
De Ricky/Lázarus Para El señor R:</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
"Lázaro el cerco ha estrechado.<br />Ahora ya no está desorientado.<br />¿Está aquí? ¿Está allá? Vete a saber.<br />En cualquier parte puede aparecer.<br />El juego despacio va avanzando<br />y Lázaro cree que lo está ganando.<br />Quizás el señor R ya no pueda elegir<br />y las instrucciones del Voice deba seguir."</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
De Ricky para el señor R:</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
"—¿Está aquí? ¿Está allá? Vete a saber.<br />En cualquier parte puede aparecer.<br />Puede que a Ricky le guste vagar,<br />puede que haya vuelto a su hogar.<br />O quizá Ricky se quiera ocultar<br />para que no lo puedan encontrar.<br />Un viejo lugar o un nuevo lugar,<br />Ricky siempre logrará escapar.<br />Y aunque lo busque con apuro,<br />el señor R nunca sabrá seguro<br />cuándo Ricky pueda estar presente,<br />no como amigo sino como oponente,<br />para sembrar la muerte y el mal,<br />y provocar de alguien el final."</div>
<div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
<br /></div>
</div>
<div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
21. </div>
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Bueno, he roto con mi novio y mis clases son todas terribles, y cuando regrese a casa mis padres me van a matar porque ya no estoy en el cuadro de honor. Puede que no apruebe el curso de literatura comparada y todo parece haber llegado a un punto crítico y...</span></div>
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Y algo te hizo llamar a este teléfono, ¿verdad?</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Quería hablar. No es que quisiera hacerme algo...</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Eso es muy razonable. Al parecer no has tenido un semestre muy bueno.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Ni que lo digas.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">La muchacha rió con amargura.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Pero habrá otros semestres, ¿verdad?</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Pues sí.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Y tu novio, ¿por qué te dejó?</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Dijo que no quería estar atado...</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—¿Y cómo te sentó esta respuesta? ¿Te deprimió?</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Sí. Fue como una bofetada. Me sentí como si me hubiera estado usando sólo por el sexo, ¿sabes? Y ahora que se acerca el verano habrá imaginado que ya no valía la pena. He sido como una especie de caramelo. Pruébame y tírame.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Una buena forma de decirlo —aseguró Ricky—. Un insulto, entonces. Un golpe a tu dignidad.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">La joven volvió a guardar silencio un momento.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Supongo, pero no lo había visto de ese modo.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Bueno —prosiguió Ricky con voz firme y suave—. En lugar de estar deprimida y de pensar que te pasa algo, deberías estar enfadada con ese cabrón, porque es evidente que el problema lo tiene él. Y el problema es el egoísmo, ¿no?</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Pudo percibir cómo la muchacha asentía con la cabeza. Pensó que era una llamada de lo más típica. Había llamado desesperada por lo del novio y los estudios pero, al examinarla más de cerca, en realidad no lo estaba.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Creo que eso es cierto —corroboró—. Es un cabronazo.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Entonces puede que estés mejor sin él. No es el único chico del mundo.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Creía que lo quería —dijo la muchacha.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Duele un poco, lo sé. Pero el dolor no es porque te haya roto el corazón. Es más bien porque comprendes que te engañó. Y ahora tu confianza se resiente.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Tienes razón —dijo. Ricky notaba cómo se secaba las lágrimas al otro lado de la línea. Pasado un momento, la muchacha añadió-: Debes de recibir muchas llamadas como ésta. Todo parecía tan importante y tan terrible hace dos minutos. Lloraba sin parar y ahora...</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Todavía están las notas. ¿Qué pasará cuando llegues a casa?</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Se cabrearán. Mi padre dirá: «No me estoy gastando el dinero que tanto me cuesta ganar para que apruebes por los pelos».</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">La joven había emitido un carraspeo e imitado la voz grave de su padre. Ricky rió, y ella hizo lo mismo.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Lo superará —comentó él—. Sé sincera. Cuéntale las tensiones que has sufrido y lo de tu novio, y dile que intentarás mejorar. Lo comprenderá.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—tienes razón.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Mira, te daré una receta para esta noche y mañana —dijo Ricky—. Ahora acuéstate y duerme bien. Por la mañana, levántate y coge uno de esos cafés tan ricos, con mucha espuma y todas las calorías habidas y por haber. Luego sal fuera, siéntate en un banco, toma el café despacio y admira el tiempo. Y si por casualidad ves al chico en cuestión, ignóralo. Y si él quiere hablar, aléjate.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">Busca otro banco. Piensa en lo que el verano te depara. Siempre hay posibilidades de que las cosas mejoren. Sólo tienes que encontrarlas.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—De acuerdo —contestó la joven—. Gracias por hablar conmigo.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Si en los próximos días te sientes estresada hasta el punto de que la situación te resulte insoportable, deberías pedir hora a un consejero de los servicios médicos. Él te ayudará a superar tus problemas.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Sabes mucho sobre la depresión —comentó la muchacha.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Oh, sí. Es cierto. Suele ser transitoria, aunque a veces no. La primera es una situación corriente de la vida. La segunda es una auténtica enfermedad, y terrible. Creo que tú has tenido la primera.</span><br style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">—Me siento mejor —aseguró—. Puede que me compre una pasta con esa taza de café. Al infierno con las calorías.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-ehRWcMJF2uk/VZRd9q8feeI/AAAAAAAAANo/DG1SKvHBqm4/s1600/maxresdefault.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="180" src="http://1.bp.blogspot.com/-ehRWcMJF2uk/VZRd9q8feeI/AAAAAAAAANo/DG1SKvHBqm4/s320/maxresdefault.jpg" width="320" /></a><a href="http://1.bp.blogspot.com/-rPBcqmORS9s/VZRd9VtkBPI/AAAAAAAAANk/-QyyMBy2zEg/s1600/images%2B%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-rPBcqmORS9s/VZRd9VtkBPI/AAAAAAAAANk/-QyyMBy2zEg/s1600/images%2B%25282%2529.jpg" /></a></div>
</span>Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-50670348365627296502015-06-28T18:53:00.000-07:002015-06-28T18:53:02.354-07:0025. La Peste - Albert Camus.<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
1. ¿Ha visto usted fusilar a un hombre alguna vez? No, seguramente, eso se hace en general por invitación y el público tiene que ser antes elegido. El caso es que usted no ha pasado de las estampas de los libros. Una venta en los ojos, un poste y a lo lejos unos cuantos soldados. Pues bien, ¡no es eso! ¿Sabe usted que el pelotón se sitúa a metro y medio del condenado? ¿Sabe usted que si diera un paso hacia adelante se daría con los fusiles en el pecho? ¿Sabe usted que a esta <span class="text_exposed_show" style="display: inline;">distancia los fusileros concentran su tiro en la región del corazón y que entre todos, con sus balas hacen un agujero donde se podría meter el puño? No, usted no lo sabe porque son detalles de los que no se habla. El sueño de los hombres es más sagrado que la vida para los apestados. No se debe impedir que duerman las buenas gentes. Sería de mal gusto: el buen gusto consiste en no insistir, todo el mundo lo sabe. Pero yo no he vuelto a dormir bien desde entonces. El mal gusto se me ha quedado en la boca y no he dejado de insistir, es decir, de pensar en ello.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
2. Sé únicamente que hay en este mundo plagas y víctimas y que hay que negarse tanto como le sea a uno posible a estar con las plagas. Esto puede que le parezca un poco simple y yo no sé si es simple verdaderamente, pero sé que es cierto. He oído tantos razonamientos que han estado a punto de hacerme perder la cabeza y que se la han hecho perder a tantos otros, para obligarle a uno a consentir en el asesinato, que he llegado a comprender que todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro. Entonces he tomado el partido de hablar y obrar claramente, para ponerme en buen camino. Así que afirmo que hay plagas y víctimas, y nada más. Si diciendo esto me convierto yo también en plaga, por lo menos será contra mi voluntad. Trato de ser un asesino inocente. Ya ve usted que no es una gran ambición.</div>
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<a href="http://1.bp.blogspot.com/-3lhnsRpPa94/VZCkcO-zR2I/AAAAAAAAANI/WJCrk9i1voo/s1600/download%2B%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-3lhnsRpPa94/VZCkcO-zR2I/AAAAAAAAANI/WJCrk9i1voo/s1600/download%2B%25282%2529.jpg" /></a><span style="line-height: 19.3199996948242px;">3. -Pero lo peor -escribía Tarrou- es que están olvidados y lo saben. Los que los conocen los han olvidado porque están pensando en otra cosa y esto es comprensible. Los que los quieren los han olvidado también porque tienen que ocuparse de gestiones y proyectos para hacerlos salir. Esto también es normal. Y en fin de cuentas, uno ve que nadie es capaz de pensar realmente en nadie, ni siquiera durante la mayor de las desgracias. Pues pensar realmente en alguien es pensar minut</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">o tras minuto, sin distraerse con nada, ni con los cuidados de la casa, ni con la mosca que vuela, ni con las comidas, ni con las picazones. Pero siempre hay moscas y picazones. Por esto la vida es tan difícil de vivir, y ellos lo saben bien.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
4. Cuando yo era joven vivía con la idea de mi inocencia, es decir, sin ninguna idea. No soy del género de los atormentados, yo empecé bien. Todo me salía como es debido, estaba a mi gusto en el terreno de la inteligencia y mucho más en el de las mujeres. Si tenía alguna inquietud se iba como había venido. Un día empecé a reflexionar.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
5. No había sitio en el corazón de nadie más que para una vieja y tibia esperanza, esa esperanza que impide a los hombres abandonarse a la muerte y que no es más que obstinación de vivir.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
6. Rieux sabía lo que estaba pensando en aquel momento el pobre viejo que lloraba, y también como él pensaba que este mundo sin amor es un mundo muerto, y que al fin llega un momento en que se cansa uno de la prisión, del trabajo y del valor, y no exige más que el rostro de un ser y el hechizo de la ternura en el corazón.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">7. Y habiéndose quejado durante las primeras semanas de que su amor tenía que entenderse únicamente con sombras, se dieron cuenta, poco a poco, de que esas mismas sombras podían llegar a descarnarse más, perdiendo hasta los ínfimos colores que les daba el recuerdo. Al final de aquel largo tiempo de separación, ya no podían imaginar la intimidad que había habido entre ellos ni el hecho de que hubiese podido vivir a su lado un ser sobre quien podían en todo momento poner la man</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">o.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">
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8. Lo dejaban todo al azar y el azar no tiene miramientos con nadie.</div>
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9. -Nada en el mundo merece que se aparte uno de los que ama. Y sin embargo, yo también me aparto sin saber por qué.<br />Rieux se dejó caer sobre el respaldo.<br />-Es un hecho, eso es todo -dijo con cansancio-. Registrémoslo y saquemos las consecuencias.<br />-¿Qué consecuencias? -preguntó Rambert.<br />-¡Ah! -dijo Rieux-, no puede uno al mismo tiempo curar y saber. Así que curemos lo más a prisa posible, es lo que urge.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
10. -Lo comprendo -murmuró Paneloux-, esto subleva porque sobrepasa nuestra medida. Pero es posible que debamos amar lo que no podemos comprender.<br />Rieux se enderezó de pronto. Miró a Paneloux con toda la fuerza y la pasión de que era capaz y movió la cabeza.<br />-No, padre -dijo-. Yo tengo otra idea del amor y estoy dispuesto a negarme hasta la muerte a amar esta creación donde los niños son torturados.</div>
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<span style="line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span></div>
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<span style="line-height: 19.3199996948242px;">11. -Sobre el valor. Bien sé que el hombre es capaz de acciones grandes, pero si no es capaz de un gran sentimiento no me interesa.</span></div>
<div style="line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
-Parece ser que es capaz de todo.<br />-No, es incapaz de sufrir o de ser feliz largo tiempo. Por lo tanto no es capaz de nada que valga la pena.<br />Rambert miró a los dos.<br />-Dígame, Tarrou, ¿usted es capaz de morir por un amor?<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"><br />-No sé, pero me parece que no, por el momento.<br />-Ya lo ve. Y es usted capaz de morir por una idea, esto está claro. Bueno: estoy harto de la gente que muere por una idea. Yo no creo en el heroísmo: sé que eso es muy fácil, y he llegado a convencerme de que en el fondo es criminal. Lo que me interesa es que uno viva y muera por lo que ama.<br />Rieux había escuchado a Rambert con atención. Sin dejar de mirarle, le dijo con dulzura:<br />-El hombre no es una idea, Rambert.<br />Rambert saltó de la cama con la cara ardiendo de pasión.<br />-Es una idea y una idea pequeña, a partir del momento en que se desvía del amor, y justamente ya nadie es capaz de amar. Resignémonos, doctor.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">
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12. -¡Ah! -dijo Rambert, con furia-, yo no sé cuál es mi oficio. Es posible que esté equivocado eligiendo el amor.<br />Rieux le salió al paso:<br />-No, no está usted equivocado.</div>
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<span style="line-height: 19.3199996948242px;">13. Pero el cronista está más bien tentado de creer que dando demasiada importancia a las bellas acciones, se tributa un homenaje indirecto y poderoso al mal. Pues se da a entender de ese modo que las bellas acciones sólo tienen tanto valor porque son escasas y que la maldad y la indiferencia son motores mucho más frecuentes en los actos de los hombres. Esta es una idea que el cronista no comparte. El mal que existe en el mundo proviene casi siempre de la ignorancia, y la buen</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">a voluntad sin clarividencia puede ocasionar tantos desastres como la maldad. Los hombres son más bien buenos que malos, y, a decir verdad, no es esta la cuestión. Sólo que ignoran, más o menos, y a esto se le llama virtud o vicio, ya que el vicio más desesperado es el vicio de la ignorancia que cree saberlo todo y se autoriza entonces a matar. El alma del que mata es ciega y no hay verdadera bondad ni verdadero amor sin toda la clarividencia posible.</span></div>
<div style="line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">...Nadie felicita a un maestro por enseñar que dos y dos son cuatro. Se le felicita, acaso, por haber elegido tan bella profesión.</span></div>
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14. Sí, se duerme a esa hora y esto tranquiliza, puesto que el gran deseo de un corazón inquieto es el de poseer interminablemente al ser que ama o hundir a este ser, cuando llega el momento de la ausencia, en un sueño sin orillas que sólo pueda terminar el día del encuentro.</div>
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<br /></div>
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15. Grand seguía hablando y Rieux no captaba todo lo que decía el buen hombre. Comprendía solamente que la obra en cuestión tenía ya muchas páginas, pero que el trabajo que su autor se tomaba en llevarla a la perfección le era muy penoso. "Noches, semanas enteras sobre una palabra..., a veces una simple conjunción." Aquí Grand se detuvo. Sujetó al doctor por un botón del abrigo. Las palabras salían a tropezones de su boca desmantelada.<br />- Compréndame bien, doctor. En rigor, es <span class="text_exposed_show" style="display: inline;">fácil escoger entre el mas y el pero. Ya es más difícil optar entre el mas y el y. La dificultad aumenta con el pues y el porque. Pero seguramente lo más difícil que existe es emplear bien el cuyo.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">
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16. "En una hermosa mañana del mes de mayo, una elegante amazona recorría, en una soberbia jaca alazana, las avenidas floridas del Bosque de Bolonia." Se hizo el silencio y con él volvió el rumor de la ciudad atormentada. Grand había dejado la hoja y seguía contemplándola. Después de un momento levantó los ojos.<br />-¿Qué le parece?<br />Rieux respondió que aquel comienzo le inspiraba la curiosidad de conocer el resto. Pero Grand dijo con animación que ese punto de vista no era acertado. Daba sobre sus papeles con la palma de la mano, y decía:<br />-Esto no es más que una aproximación. Cuando haya llegado a transcribir el cuadro que tengo en la imaginación, cuando mi frase tenga el movimiento mismo de este paseo al trote, un, dos, tres, un, dos, tres, entonces el resto será más fácil y sobre todo la ilusión será tal desde el principio que hará posible que digan: "Hay que quitarse el sombrero."</div>
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17. Pero para esto tenía aun mucho que roer. Nunca consentiría en entregar esta frase tal como estaba al impresor. Pues a pesar de la satisfacción que a veces le causaba, se daba cuenta de que no se ajustaba enteramente a la realidad y de que, en cierto modo, tenía una ligereza de tono que le daba un carácter, vago, por supuesto, pero con todo perceptible, de clisé.</div>
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<br /></div>
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18. Pregunta: ¿qué hacer para no perder el tiempo? Respuesta: sentirlo en toda su lentitud.</div>
<div style="line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
19. El prefecto, agitado, declaró que en todo caso esa no era una manera de razonar.<br />-Lo importante -dijo Castel- no es que esta manera de razonar sea o no buena, lo importante es que obligue a reflexionar.</div>
<div class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">
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20. -No -dijo Rambert con amargura-, usted no puede comprender. Habla usted en el lenguaje de la razón, usted vive en la abstracción.<br />El doctor levantó los ojos hacia la República y dijo que él no sabía si estaba hablando el lenguaje de la razón, pero que lo que hablaba era el lenguaje de la evidencia y que no era forzosamente lo mismo.</div>
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21. En el momento más grave de la epidemia no se vio más que un caso en que los sentimientos humanos fueron más fuertes que el miedo a la muerte entre torturas. Y no fue, como se podría esperar, dos amantes que la pasión arrojase uno hacia el otro por encima del sufrimiento. Se trataba del viejo Castel y de su mujer, casados hacía muchos años. La señora Castel, unos días antes de la epidemia, había ido a una ciudad próxima. No eran una de esas parejas que ofrecen al mundo la imagen de una felicidad ejemplar, y el narrador está a punto de decir que lo más probable era que esos esposos, hasta aquel momento, no tuvieran una gran seguridad de estar satisfechos de su unión. Pero esta separación brutal y prolongada los había llevado a comprender que no podían vivir alejados el uno del otro y, una vez que esta verdad era sacada a la luz, la peste les resultaba poca cosa.</div>
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22. Lamentaban entonces la ignorancia en que estaban de su modo de emplear el tiempo; se acusaban de la frivolidad con que habían descuidado el informarse de ello y no haber comprendido que para el que ama, el modo de emplear el tiempo del amado es manantial de todas sus alegrías. Desde ese momento empezaban a remontar la corriente de su amor, examinando sus imperfecciones. En tiempos normales todos sabemos, conscientemente o no, que no hay amor que no pueda ser superado, y por lo tanto, aceptamos con más o menos tranquilidad que el nuestro sea mediocre. Pero el recuerdo es más exigente.</div>
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<br /></div>
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23. Durante semanas estuvimos reducidos a recomenzar la misma carta, a copiar los mismos informes y las mismas llamadas, hasta que al fin las palabras que habían salido sangrantes de nuestro corazón quedaban vacías de sentido. Entonces, escribíamos maquinalmente haciendo por dar, mediante frases muertas, signos de nuestra difícil vida. Y para terminar, a este monólogo estéril y obstinado, a esta conversación árida con un muro, nos parecía preferible la llamada convencional del<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"> telégrafo.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">
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24. Pues era ciertamente un sentimiento de exilio aquel vacío que llevábamos dentro de nosotros, aquella emoción precisa; el deseo irrazonado de volver hacia atrás o, al contrario, de apresurar la marcha del tiempo, eran dos flechas abrasadoras en la memoria. Algunas veces nos abandonábamos a la imaginación y nos poníamos a esperar que sonara el timbre o que se oyera un paso familiar en la escalera...</div>
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25. Entonces comprendíamos que nuestra separación tenía que durar y que no nos quedaba más remedio que reconciliarnos con el tiempo. Entonces aceptábamos nuestra condición de prisioneros, quedábamos reducidos a nuestro pasado, y si algunos tenían la tentación de vivir en el futuro, tenían que renunciar muy pronto, al menos, en la medida de lo posible, sufriendo finalmente las heridas que la imaginación inflige a los que se confían a ella.</div>
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26. El modo más cómodo de conocer una ciudad es averiguar cómo se trabaja en ella, cómo se ama y cómo se muere.</div>
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<br /></div>
<div style="line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/--BnB2MGwgo8/VZCkb0NDoGI/AAAAAAAAANM/P9aVVktmNpU/s1600/images%2B%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/--BnB2MGwgo8/VZCkb0NDoGI/AAAAAAAAANM/P9aVVktmNpU/s1600/images%2B%25281%2529.jpg" /></a>27. Las plagas, en efecto, son una cosa común pero es difícil creer en las plagas cuando las ve uno caer sobre su cabeza. Ha habido en el mundo tantas pestes como guerras y sin embargo, pestes y guerras cogen a las gentes siempre desprevenidas. El doctor Rieux estaba desprevenido como lo estaban nuestros ciudadanos y por esto hay que comprender sus dudas. Por esto hay que comprender también que se callara, indeciso entre la inquietud y la confianza. Cuando estalla una guerra l<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">as gentes se dicen: "Esto no puede durar, es demasiado estúpido." Y sin duda una guerra es evidentemente demasiado estúpida, pero eso no impide que dure. La estupidez insiste siempre, uno se daría cuenta de ello si uno no pensara siempre en sí mismo. Nuestros conciudadanos, a este respecto, eran como todo el mundo; pensaban en ellos mismos; dicho de otro modo, eran humanidad: no creían en las plagas. La plaga no está hecha a la medida del hombre, por lo tanto el hombre se dice que la plaga es irreal, es un mal sueño que tiene que pasar. Pero no siempre pasa, y de mal sueño en mal sueño son los hombres los que pasan, y los humanistas en primer lugar, porque no han tomado precauciones.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">
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28<span style="line-height: 19.3199996948242px;">. Y además un hombre muerto solamente tiene peso cuando le ha visto uno muerto; cien millones de cadáveres, sembrados a través de la historia, no son más que humo en la imaginación.</span></div>
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</div>
Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-36877825913241199672015-06-28T18:02:00.003-07:002015-06-28T18:02:28.939-07:0024. Lolita - Vladimir Nabokov. 1. Muchas veces he advertido que tendemos a atribuir a nuestros amigos la estabilidad de tipo que adquieren en la mente del lector los caracteres literarios. Aunque abramos el Rey Lear montones de veces nunca encontraremos al buen rey arrojando su escudilla en violenta rebeldía, olvidados todos los pesares, en una alegre reunión con sus tres hijas y sus perros falderos. Nunca revivirá Emma, reanimada por las sales simpáticas en las oportunas lágrimas del padre de Flaubert. Sean cuales fueren las evoluciones por las que tal o cual personaje popular ha pasado entre las tapas de un libro, su destino está fijado en nuestra mente y de manera similar esperamos que nuestros amigos se ajusten a tal o cual molde convencional que hemos acuñado para ellos. Así, X nunca compondrá la música inmortal que no armonizaría con las sinfonías de segundo orden a que nos ha habituado. Y nunca cometerá un asesinato. En ninguna circunstancia Z nos traicionará. Lo hemos dispuesto todo en nuestra mente, y cuanto menos vemos a una persona determinada, es tanto más satisfactorio comprobar la obediencia con que se ajusta a nuestra noción de él cada vez que nos llegan sus noticias. Cualquier desviación del destino que hemos ordenado nos impresionaría no sólo por anómala, sino también por su falta de ética. Preferiríamos no haber conocido a nuestro vecino, el vendedor jubilado de salchichas calientes, si un día publica el libro de poesías más importante de su tiempo.<br />
<br />
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
2. Wanted, wanted: Dolores Haze.<br />Hair: brown. Lips: scarlet.<br />Age: five thousand three hundred days.<br />Profession: none, or «starlet».</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Where are you hiding, Dolores Haze?<br />Why are you hiding, darling?<br />(I talk a daze, I walk in a maze,<br />I cannot get out, said the starling).</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Where are you riding, Dolores Haze?<br />What make is the magic carpet?<br />Is a Cream Cougar the present craze?<br />And where are you parked, my car pet?</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Who is your hero, Dolores Haze?<br />Still one of those blue-caped star-men?<br />Oh the balmy days and the palmy bays,<br />And the cars, and the bars, my Carmen!</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Oh Dolores, that juke-box-hurts!<br />Are you still dancin', darling?<br />(Both in worn levis, both in torn T-shirts,<br />And I, in my corner, snarlin')</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Happy, happy is gnarled McFate<br />Touring the States with a child wife,<br />Plowing his Molly in every State.<br />Among the protected wild life.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
My Dolly, my folly! Her eyes were vair,<br />And never closed when I kissed her.<br />Know an old perfume called Soleil Vert?<br />Are you from Paris, mister?</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
L'autre soir un air froid d'opéra m'alita:<br />Son felé – bien fol est qui s'y fie!<br />Il neige, le décor s'écroule, Lolita!<br />Lolita, qu'ai-je fait de ta vie?</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Dying, dying, Lolita Haze<br />Of hate and remorse, l'm dying.<br />And again my hairy fist I rise.<br />And again I hear you crying.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Officer, officer, there they go...<br />In the rain, where that lighted sotre is!<br />And her socks are white and I love her so,<br />And her name is Haze, Dolores.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Officer, officer, there they are<br />Dolores Haze and her lover!<br />Whip out your gun and follow that car.<br />Now tumble out, and take cover.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Wanted, wanted, Dolores Haze.<br />Her dream-gray gaze never flinches.<br />Ninety pounds is all she weighs<br />With a height of sixty inches.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
My car is limping, Dolores Haze,<br />And the last long laps is the hardest.<br />And I shall be dumped where the weed decays,<br />And the rest is rust and stardust.</div>
<div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
<br /></div>
</div>
<div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
3. </div>
<span style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">«Ésta es una confesión: te amo...»</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Así empezaba la carta, y durante un instante confundí sus garabatos histéricos con la mala letra de una colegiala.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
«El domingo pasado, en la iglesia –¡qué malo fuiste negándote a ir a ver nuestras hermosas ventanas nuevas!–, sólo el domingo pasado, cuando supliqué al Señor que me iluminara, recibí instrucciones de actuar como ahora lo hago. No hay otra alternativa. Te he querido desde el minuto en que te vi. Soy una mujer apasionada y sol<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">itaria, y tú eres el amor de mi vida.<br />Ahora, amado mío, vida mía, mon cher, cher, cher, monsieur, has leído esta confesión. Ahora lo sabes todo. De modo que te suplico: márchate en seguida. Es la orden de la dueña de casa. Despido a un huésped. Lo echo. ¡Fuera! ¡Vete! Departez! Volveré a la hora de comer, si no tengo un accidente (¿qué importaría?), y no quiero encontrarte en la casa. Por favor, por favor, vete en seguida, ahora, no leas siquiera esta carta absurda hasta el fin. Vete. Adiós.<br />La situación, chéri, es muy simple. Desde luego, sé con absoluta certeza que no soy nada para ti, menos que nada. Oh, sí, te gusta hablar conmigo (y burlarte de mí), le has tomado afecto a nuestra casa acogedora, a los libros que me gustan, a mi jardín encantador, hasta a los alborotos de "Lo", pero... yo no soy nada para ti. ¿No es cierto? Absolutamente nada. Pero si después de leer mi «confesión» resolvieras con tu oscuro y romántico aire europeo, que soy lo bastante atractiva para sacar ventaja de mi carta y hacerme avances, entonces serías un criminal, peor que el raptor que viola a un niño. Ya lo ves chéri. Si resolvieras quedarte, si te encontrara en casa (cosa que no ha de ser, lo sé, y por eso soy capaz de desahogarme), tu permanencia sólo significaría una cosa: que me quieres tanto como yo a ti, como compañero para toda la vida, que estás dispuesto a unir nuestras vidas para siempre y a ser un padre para mi niñita.<br />Déjame divagar un poco más, amado mío, pues sé que ya habrás roto esta carta y sus pedazos (ilegibles) estarán en el vórtice del inodoro. Amado mío mon, tres, tres cher, qué mundo de amor he construido para ti durante este junio maravilloso. Sé qué reservado, qué "inglés" eres. Tu reticencia europea, tu sentido del decoro se sentirá alarmado ante la osadía de una muchacha norteamericana. Tú, que ocultas tus sentimientos más poderosos, me considerarás una tontuela descarada al verme abrir de tal modo mi destrozado corazón. El señor Haze era una persona maravillosa, un alma pura, pero era veinte años mayor que yo y... bueno, no diré chismes sobre el pasado. Amado mío, tu curiosidad se habrá saciado si has ignorado mi pedido y has leído esta carta hasta su amargo fin. Pero no hagas eso. Destrúyela y vete. No te olvides de dejar la llave en el escritorio de tu cuarto. Y alguna dirección a la cual pueda enviar los doce dólares que te debo hasta fin de mes. Adiós, amado. Reza por mí... si alguna vez rezas.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-W5DBbrgAQOA/VZCY94fFLMI/AAAAAAAAAM4/Lvt_s4VTXZU/s1600/vladimir-nabokov.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="295" src="http://3.bp.blogspot.com/-W5DBbrgAQOA/VZCY94fFLMI/AAAAAAAAAM4/Lvt_s4VTXZU/s320/vladimir-nabokov.jpg" width="320" /></a>4. —¡Tú! –exclamó después de una pausa, con todo el énfasis de la sorpresa y la bienvenida.<br />—¿Tu marido está en casa? –grazné, con el puño en el bolsillo.<br />No podía matarla a ella, desde luego, como habrán pensado algunos.<br />¿Comprenden ustedes? La quería. Era amor a primera vista, a última vista, a cualquier vista.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"></span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
5. Lo, con su belleza estropeada, sus manos adultas y venosas, sus brazos de piel de gallina, sus orejas chatas, sus axilas desgreñadas. Allí estaba mi Lolita, definitivamente gastada a los diecisiete años, con esa criatura que ya soñaba en su vientre con llegar a ser un gran borracho y con retirarse hacia 2020, anno Domini. La miré y la miré, y supe con tanta certeza como que me he de morir, que la quería más que a nada imaginado o visto en la tierra, más que a nada anhelado en este mundo.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
6. —Lolita –dije–, esto quizá no tenga pies ni cabeza, pero debo decírtelo. La vida es muy corta. De aquí a ese viejo automóvil que conoces tan bien hay sólo un trecho de veinte, veinticinco pasos. Es un trecho muy corto. Da esos veinticinco pasos. Ahora. Ahora mismo. Vente así, como estás. Y viviremos felices el resto de nuestras vidas.<br />Carmen, voulez-vous venir avec moi?<br />–¿Quieres decir...? –dijo abriendo los ojos e irguiéndose apenas: la serpiente a punto de morder–. ¿Quieres decir que nos (nos) darás ese dinero sólo si me voy contigo a un hotel? ¿Eso es lo que quieres decir?<br />—No. Has entendido mal. Quiero que dejes a este Dick transitorio, este horrible agujero, que te vengas a vivir conmigo, que mueras conmigo, que lo hagas todo conmigo.<br />—Estás loco –dijo con los rasgos crispados.<br />—Piénsalo, Lolita. Nada te ata. Salvo, quizá... bueno, no importa.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
7. Me cubrí la cara con la mano y estallé en el llanto más ardiente que había conocido en mi vida. Sentía que las lágrimas caían a través de mis dedos, por la barbilla, y me quemaban, y la nariz se me tapó, y no podía parar, y entonces ella me tocó la muñeca.<br />—Me moriré si me tocas –dije–, ¿De veras no quieres venir conmigo? Dime eso tan sólo.<br />—No, querido, no.<br />Nunca me había llamado querido antes.<br />—No –dijo–, no puedo pensar siquiera en eso. Antes preferiría volver con Cue. Quiero decir...<br />No encontró las palabras. Se las proporcioné mentalmente («Él me destrozó el corazón. Tú apenas me destruiste la vida»).</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-iV3f9mj1Lmw/VZCYyYWFiCI/AAAAAAAAAMw/9kzJ_QKU5Kw/s1600/download%2B%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-iV3f9mj1Lmw/VZCYyYWFiCI/AAAAAAAAAMw/9kzJ_QKU5Kw/s1600/download%2B%25281%2529.jpg" /></a>8. —Una última palabra –dije en mi inglés abominable y cuidadoso–. Estás bien segura... Bueno, no mañana, desde luego, ni pasado mañana, pero... Bueno, algún día, si quieres venirte a vivir conmigo... Crearé un nuevo Dios y le agradeceré con gritos desgarradores si me das una esperanza microscópica.<br />—No –dijo ella sonriendo–. No.<br />—Qué distinto habría sido... –dijo Humbert Humbert.<br />Entonces tomé el revólver... Ésa es la tontería que aguarda el lector. Pero no se me ocurrió siquiera.<br />—¡Adióoooos! –cantó mi dulce, inmortal, desaparecido amor norteamericano.<br />Porque ella estará muerta e inmortalizada cuando lean ustedes esto. Quiero decir que así lo han dispuesto las llamadas autoridades.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">9. Nos enamoramos simultáneamente, de una manera frenética, impúdica, agonizante. Y desesperada, debería agregar, porque este arrebato de mutua posesión sólo se habría saciado si cada uno se hubiera embebido y saturado realmente de cada partícula del alma y el corazón del otro...</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
10. Lo espiritual y lo físico se habían fundido en nosotros con perfección tal que no puede sino resultar incomprensible para los jovenzuelos materialistas, rudos y de mentes uniformes, típicos de nuestro tiempo.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"></span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
11. </div>
Cuando me vuelvo para mirarlos, los días de mi juventud parecen huir de mí en una ráfaga de pálidos deshechos reiterados, como esas nevadas matinales parecidas a papel usado y que el pasajero de tren ve arremolinarse tras el último vagón.Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-33236670128034265782015-06-25T13:58:00.000-07:002015-06-25T13:58:11.631-07:0023. Retrato del Artista Adolescente - James Joyce. <div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">1. ––¡Haragán, maulero! ––gritó el prefecto––. ¡Se me han roto las gafas! ¡Es una treta de estudiantes ya muy antigua ésa! ¡A ver, la mano, inmediatamente!</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Stephen cerró los ojos y extendió su mano temblorosa, con la <span style="color: black; font-family: 'Times New Roman'; line-height: normal;">palma hacia arriba. Sintió que el prefecto le tocaba un momento los dedos para ponerla plana y luego el silbido de las mangas de la sotana al levantarse la palmeta para dar. Un golpe ardiente, abrasador, punzante, como el chasquido de un bastón al quebrarse, obligó a la mano temblorosa a contraerse toda ella como una hoja en el fuego. Y al ruido, lágrimas ardientes de dolor se le agolparon en los ojos. Todo su cuerpo estaba estremecido de terror, el brazo le temblaba y la mano, agarrotada, ardiente, lívida, vacilaba como una hoja desgajada en el aire. Un grito que era una súplica de indulgencia le subió a los labios. Pero, aunque las lágrimas le escaldaban los ojos y las piernas le temblaban de miedo y de dolor, ahogó las lágrimas abrasadoras y el grito que le hervía en la garganta.</span><br />––¡La otra mano! ––exclamó el prefecto.<br />Stephen retiró el herido y tembloroso brazo derecho y extendió la mano izquierda. La manga de la sotana silbó otra vez al levantar la palmeta y un estallido punzante, ardiente, bárbaro, enloquecedor, obligó a la mano a contraerse, palma y dedos confundidos en una masa cárdena y palpitante. Las escaldantes lágrimas le brotaron de los ojos, y abrasado de vergüenza, de angustia y de terror, retiró el brazo y prorrumpió en un quejido. Su cuerpo se estremecía paralizado de espanto y, en medio de su confusión y de su rabia, sintió que el grito abrasador se le escapaba de la garganta y que las lágrimas más ardientes le caían de los ojos y resbalaban por las arreboladas mejillas.<br />––¡Arrodíllate! ––gritó el prefecto.<br /><span style="font-size: 14px;">Stephen sé arrodilló prestamente, oprimiéndose las manos laceradas contra los costados. Y de pensar en aquellas manos, en un instante golpeadas y entumecidas de dolor, le dio pena de ellas mismas, como si no fueran las suyas propias, sino las de otra persona, de alguien por quien él sintiera lástima. Y al arrodillarse, calmando los últimos sollozos de su garganta y sintiendo el dolor punzante y ardiente oprimido contra los costados, pensó en aquellas manos que él había extendido con las palmas hacia arriba, y en firme presión del prefecto al estirarle los dedos contraídos, y en aquellos dedos y aquellas palmas que, en una masa golpeada, entumecida, roja, temblaban, desvalidos, en el aire.</span><br /><span style="font-size: 14px;">––A trabajar todo el mundo ––gritó el prefecto de estudios desde la puerta––. El Padre Dolan entrará todos los días para ver si algún chico perezoso y holgazán que necesite ser azotado. Todos los días. Todos los días.</span><br /><span style="font-size: 14px;">La puerta se cerró tras él.</span><br /><span style="font-size: 14px;">La clase continuó copiando los ejercicios en silencio.</span></div>
<br />
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-gCieMlBgfo4/VYxqFCdxTbI/AAAAAAAAAMU/cs88jwamAbM/s1600/download%2B%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-gCieMlBgfo4/VYxqFCdxTbI/AAAAAAAAAMU/cs88jwamAbM/s1600/download%2B%25281%2529.jpg" /></a><br />
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
2. ––A Simón Moonan y a Camellos los van a azotar ––contestó Athy––, y a los de la primera les han dado a escoger entre los azotes o ser expulsados.<br />––¿Y por qué se deciden? ––preguntó el muchacho que había hablado primero.<br />––Todos prefieren la expulsión, excepto Corrigan ––contestó Athy––. A él le va a azotar míster Gleeson.<br />––Ya comprendo por qué ––dijo Cecil Thunder––. Él está en lo cierto, y los otros no, porque los azotes se pasan al cabo de un rato, pero a un chico al que le han expulsado, le queda una marca para toda la vida.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-8qhuhn2ruH8/VYxqFuKkVdI/AAAAAAAAAMc/2Ktd2GnQyIQ/s1600/retrato-del-artista-adolescente-james-joyce-1ra-ed-mmu-2916-MLM3741141362_012013-F.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://1.bp.blogspot.com/-8qhuhn2ruH8/VYxqFuKkVdI/AAAAAAAAAMc/2Ktd2GnQyIQ/s320/retrato-del-artista-adolescente-james-joyce-1ra-ed-mmu-2916-MLM3741141362_012013-F.jpg" width="205" /></a><span style="line-height: 19.3199996948242px;">––Ha sido una respuesta de primera ––dijo míster Dédalus- la que nuestro común amigo ha dado al canónigo. ¿Qué les parece?</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">––Yo no creí que se le pudiera ocurrir otro tanto ––dijo míster Casey.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">––"Padre, yo pagaré los diezmos cuando ustedes dejen de convertir la casa de Dios en una agencia electoral."</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">––Una respuesta muy bonita ––dijo Dante––, para ser dada a un sacerdote por cualquiera que se llame católico.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">––Ellos son los que tienen la culpa ––dijo con tono suave míster D</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">édalus––. El más lerdo les había de decir que se redujeran estrictamente a los asuntos religiosos.<br />––Eso es religión también ––dijo Dante––. Cumplen con su deber previniendo al pueblo.<br />––A lo que vamos a la casa de Dios ––intervino míster Casey––, es a rogar humildemente a nuestro Criador y no a escuchar arengas electorales.<br />––Eso es religión también ––volvió a afirmar Dante––. Hacen bien. Están obligados a dirigir sus ovejas.<br />––Pero, ¿es religión el hacer política desde el altar? ––preguntó míster Dédalus.<br />––Ciertamente ––contestó Dante––. Es una cuestión de moralidad pública. Un sacerdote dejaría de ser sacerdote si dejara de advertir a sus fieles qué es lo bueno y qué es lo malo.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
3. A veces se apoderaba de él una fiebre que le llevaba a vagar de noche, solo, por la tranquila avenida. La paz de los jardines y las luces acogedoras de las ventanas derramaban una sedante caricia en su corazón agitado. El ruido de los niños al jugar le incomodaba y sus locas voces le hacían sentir aún más claramente lo que había sentido en Clongowes, que él era diferente de los otros. Él no quería jugar. Lo que él necesitaba era encontrar en el mundo real la imagen irreal qu<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">e su alma contemplaba constantemente. No sabía dónde encontrarla ni cómo, pero una Voz interior le decía que aquella imagen le había de salir al encuentro sin ningún acto positivo por parte suya... Habrían de encontrarse tranquilamente como si ya se conociesen de antemano, como si se hubieran dado cita en una de aquellas puertas de los jardines o en algún otro sitio más secreto. Estarían solos, rodeados por el silencio y la oscuridad. Y en el momento de la suprema ternura se sentiría transfigurado. Se desharía en algo impalpable bajo los ojos de ella y se transfiguraría instantáneamente. La debilidad, la timidez, la inexperiencia caerían de él en aquel momento mágico.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
4. Fue con su madre, una vez o dos, a visitar a sus parientes, y aunque pasaban por delante de un jovial despliegue de tiendas iluminadas y adornadas para las Navidades, no le abandonaba nunca su amargado y silencioso humor. Las causas de tal amargura eran muchas, unas próximas y otras remotas. Estaba enfadado consigo mismo, por ser niño y por estar sujeto a aquellos arrebatos de intranquila locura que le daban, y disgustado también por el cambio de fortuna que estaba modificando el mundo que le rodeaba, convirtiéndolo en una pesadilla de mentiras y suciedades. Mas su disgusto en nada alteraba la visión. Y archivaba con paciencia cuanto veía, manteniéndose aparte de todo ello, gustando en secreto su aroma corrompido.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
5. Stephen se hallaba en una fiesta de niños en Harold Cross. Aquella actitud suya de observador silencioso se había apoderado de él en aquella ocasión, así que apenas si participaba de los juegos. Los niños iban de un lado a otro llevando los residuos de los triquitraques de Navidad, bailando y retozando ruidosamente. Y aunque él trataba de participar del regocijo de los otros chicos, se sentía como una figura sombría entre los bicornios de ellos y los sombreretes de tela de ellas.<br />Cuando hubo cantado su canción, se retiró a un rincón apartado de la estancia, y comenzó a gustar el encanto de su aislamiento. El júbilo, que al principio le había parecido falso y trivial, era ahora para él como una brisa reconfortante que se filtraba alegremente por sus sentidos y que ocultaba a los ojos ajenos la agitación febril de su sangre, cada vez que, a través del círculo de los bailarines y entre la música y la algazara, volaba hasta su rincón la mirada de ella, como una provocación, como una promesa que viniera a explorar su corazón y a excitarlo.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
6. Los dos parecían escuchar, él en el peldaño de arriba del estribo, ella en el de abajo. Mientras hablaban, ella subió varias veces hasta donde estaba él y volvió a bajar otra vez a su peldaño, pero en una ocasión o dos permaneció por unos momentos pegada a él, olvidada de bajar, hasta que volvió a descender por fin. El corazón de Stephen seguía el ritmo de los movimientos de ella como un corcho el ascenso y descenso de la onda. Y comprendía lo que los ojos de ella le decían <span class="text_exposed_show" style="display: inline;">desde las profundidades del capuchón y comprendía que en un pasado oscuro, no sabía si en la vida o en el sueño, había oído ya antes su mudo idioma. Y le vio lucir para él sus galas: el bonito vestido, el ceñidor, las largas medias negras, y comprendió que él se había ya rendido mil veces a aquellos encantos. Y, sin embargo, una voz interna más alta que el ruido de su corazón agitado le preguntaba si aceptaría aquella ofrenda, para la que sólo tenía que alargar la mano.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
7. Cuando hubo escrito el título y trazado una raya ornamental por bajo de él, se sumergió en una especie de ensueño y comenzó a garapatear sobre la cubierta del cuaderno (…)<br />Ahora le parecía que iba a fracasar también, pero a fuerza de meditar en el incidente del día anterior llegó a cobrar confianza. Durante este proceso fueron desapareciendo de la escena todos los elementos que estimó vulgares o insignificantes. Ya no quedaban trazas ni del tranvía, ni del conductor y el cobrador, ni de los caballos; ni aun él ni ella aparecían claramente. Los versos sólo hablaban de la noche y de la brisa balsámica y del fulgor virginal de la luna. Una vaga melancolía estaba oculta en los corazones de los protagonistas, mientras permanecían en pie bajo los árboles sin hojas. Y cuando llegaba el momento de la despedida, el beso que la una había negado era dado por los dos. Y tras esto escribió al pie las letras L. D. S. y, habiendo escondido el libro, fue a la alcoba de su madre y allí se estuvo mirando un largo rato en el espejo del tocador.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
8. Y ahora, mientras recitaba el Confiteor entre las risas indulgentes de los otros dos y mientras las escenas de este ultrajante episodio pasaban incisivas y rápidas por su imaginación, se preguntaba por qué no guardaba mala voluntad a aquellos que le habían atormentado. No había olvidado en lo más mínimo su cobardía y su crueldad, pero la evocación del cuadro no le excitaba al enojo. A causa de esto, todas las descripciones de amores y de odios violentos que había encontrado en los libros le habían parecido fantásticas. Y aun aquella noche, al regresar vacilante hacia casa a lo largo del camino de Jone, había sentido que había una fuerza oculta que le iba quitando la capa de odio acumulado en un momento con la misma facilidad con la que se desprende la suave piel de un fruto maduro.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
Su mismo cerebro era débil e impotente. Apenas si podía interpretar los letreros de las tiendas. Porque aquella monstruosa vida suya le había arrojado más allá de los límites de lo real. No había cosa del mundo real que le dijera nada, que le conmoviera, a no ser que despertara un eco de aquellos alaridos furiosos que él sentía brotar de su interior. No podía responder a las llamadas de la tierra ni de los hombres, sordo e insensible a la voz del verano y al gozo de la camar<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">adería, ahíto y descorazonado de oír el sonido de las palabras de su padre. Apenas si podía reconocer como propios sus pensamientos (…)</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
No se había muerto, sino que se había desvanecido como una placa impresionada a la luz del sol. Se había perdido o había emigrado de la existencia, porque ya no existía. ¡Qué extraño era el pensar que él había dejado de existir de este modo, no a través de la muerte, sino desvanecido al sol, o perdido y olvidado, Dios sabe dónde, en medio del universo! Y extraño también, ver que su cuerpecillo reaparecía ahora por un momento: un niñín vestido con un traje gris de cinturón. Con las manos en los bolsillos y los pantalones sujetos por elásticos a las rodillas.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
9. Stephen observaba cómo los vasos se levantaban del mostrador cada vez que su padre y sus compinches bebían a la memoria de su pasado. Un abismo abierto por el sino o por el temperamento le separaba de ellos. Su alma parecía más vieja que la de ellos, y brillaba fríamente sobre sus porfías, sus alegrías y sus pesares, como una luna sobre una tierra más joven. Ni la vida de la juventud se había agitado en él como en ellos. No había conocido ni el placer de la camaradería, ni la ruda salud viril, ni la piedad filial. Nada se agitaba en su alma fuera de una sensualidad fría, cruel y sin amor. Su niñez estaba muerta o perdida, y con ella, el alma propicia a las alegrías elementales. Y estaba derivando por la vida como la cáscara estéril de la luna.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
¿Viene tu palidez de aquel hastío<br />de trepar por los cielos contemplando<br />la tierra, ¡oh!, tú la errante y solitaria…?</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Se repitió en voz baja los versos del fragmento de Shelley Aquella asociación simultánea que en ellos había de triste esterilidad humana y actividad de vastos ciclos extrahumanos refrigeró el espíritu de Stephen. Y se olvidó de su propio dolor, estéril y humano.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
10. ¡Cuan necio había sido su intento! Había tratado de construir un dique de orden y elegancia contra la sórdida marea de la vida que le rodeaba y de contener el poderoso empuje de su marejada interior por medio de reglas de conducta y activos intereses y nuevas relaciones filiales. Todo inútil. Las aguas habían saltado por encima de sus barreras lo mismo por fuera que por dentro. Y las aguas continuaban su empuje furioso por encima del malecón derruido.<br />Y vio también claramente su inútil aislamiento. No se había acercado ni un solo paso a aquellas vidas a las cuales había tratado de aproximarse, ni había logrado echar un puente sobre el abismo de vergüenza y de rencor que le separaba de su madre y de sus hermanos. Apenas si sentía la comunidad de sangre con ellos, apenas si se imaginaba ligado a ellos más que por una especie de misterioso parentesco adoptivo: hijo adoptivo y hermano adoptivo.<br />Se dedicó a aplacar los monstruosos deseos de su corazón ante los cuales todas las demás cosas le resultaban vacías y extrañas. Se le importaba poco de estar en pecado mortal y de que su vida se hubiera convertido en un tejido de subterfugios y falsedades. Nada había sagrado para el salvaje deseo de realizar las enormidades que le preocupaban.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
11. Sentía un vago presentimiento de aquella cita que había estado buscando, y a pesar de la horrible realidad interpuesta entre su esperanza de entonces y lo presente, preveía aquel sagrado encuentro que en otro tiempo había imaginado y en el cual habían de desprenderse de él la debilidad, la timidez y la inexperiencia.<br />Tales momentos pasaban pronto, y las devoradoras llamas de la lujuria brotaban de nuevo. Los versos se borraban de sus labios y los gritos inarticulados y las palabras bestiales, nunca pronunciadas, brotaban ahora de su cerebro tratando de buscar salida. Su sangre estaba alborotada. Erraba arriba y abajo por calles obscuras y fangosas, escudriñando en la sombra de las callejuelas y de las puertas, escuchando ávidamente cualquier sonido. Gemía como una bestia fracasada en su rapiña. Necesitaba pecar con otro ser de su misma naturaleza, forzar a otro ser a pecar con él, regocijarse con una mujer en el pecado. Sentía una presencia obscura que venía hacia él de entre las sombras, una presencia sutil y susurrante como una riada que le fuera anegando completamente. Era un murmullo que le cercaba los oídos: tal el murmullo de una multitud dormida. Ondas sutiles penetraban todo su ser. Las manos se le crispaban convulsivamente y apretaba los dientes como si sufriera la agonía de aquella penetración. En la calle extendía los brazos para alcanzar la forma huidiza y frágil que se le escapaba incitándole… Hasta que, por fin, el grito que había ahogado tanto tiempo en su garganta brotó ahora de sus labios. Brotó de él como un gemido de desesperación de un infierno de condenados y se desvaneció en un furioso gemido de súplica, como un lamento por un inicuo abandono, un lamento que era sólo el eco de una inscripción obscena que había leído en la rezumante pared de un urinario.</div>
<div style="color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="background-color: white; line-height: 19.3199996948242px;">Trató de hacer articular a su lengua algunas palabras para parecer sereno, mientras veía cómo ella se iba despojando del </span><span style="background-color: white; line-height: 19.3199996948242px;">traje, y observaba los movimientos sabios y orgullosos de aquella cabeza perfumada.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="background-color: white; line-height: 19.3199996948242px;">Y ella avanzó hasta él, que permanecía en medio de la habitación, y le abrazó alegre y reposadamente. Sus brazos redondos le ceñían contra ella; su cara se levantaba mirándole con una tranquila seriedad que él sentía tibiamente en el movimiento alterno y reposado de los pec</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;"><span style="background-color: white;">hos. Sentía la necesidad de romper en sollozos. Lágrimas de alegría y de consuelo brillaban en sus ojos extasiados y sus labios se entreabrían para hablar; pero la voz no salía de su garganta.</span><br /><span style="background-color: white;">Y ella le pasó por el cabello su mano tintineante llamándole mala personita.</span><br /><span style="background-color: white;">—Dame un beso —le dijo.</span><br /><span style="background-color: white;">Pero los labios de él no sentían deseo de besarla. Lo que quería era verse ceñido firmemente entre los brazos de ella. Ser acariciado lentamente, lentamente, lentamente. Que entre aquellos brazos sentía haberse vuelto fuerte, impávido, seguro de sí mismo. Pero sus labios no se habían de inclinar para besarla.</span><br /><span style="background-color: white;">De pronto, ella volvió la cabeza y le oprimió los labios con los suyos. Y él leyó lo que querían decir aquellos movimientos en los ojos francos que, levantados, le miraban. Era demasiado, cerró los ojos y se entregó a ella, en cuerpo y alma, sin conciencia de cosa de este mundo, salvo del sombrío roce, de la dulce hendidura de aquellos labios. Los sentía en la carne y en el cerebro como conductores de un vago idioma. Y entre ellos sintió una desconocida y tímida presión, más sombría que el desfallecimiento del </span><span style="background-color: white;">pecado, más dulce que el sonido o el olor.</span></span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">Una fría y lúcida indiferencia reinaba en su alma. Tras su primero y violento pecado sintió que una onda de vitalidad había fluido de él y temió no quedaran su alma o su cuerpo mutilados por el exceso. Mas, no; la onda vital se lo había llevado en su seno para devolverle otra vez en el reflujo. Y ni su alma ni su cuerpo habían sido mutilados, y una paz sombría se había establecido entre ellos. El caos en el cual su ardor se extinguía era el frío e indiferente conocimiento de</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;"> sí mismo. Había pecado mortalmente no sólo una vez, sino muchas; y sabía que aunque por el primer pecado estaba ya en peligro de eterna condenación, cada nuevo pecado multiplicaba su culpa y su castigo. Sus días, sus palabras, sus pensamientos no le podían ser propiciatorios porque las fuentes de la gracia santificante habían dejado de refrescar su alma. A lo más, al dar una limosna a un mendigo de cuyas bendiciones huía, podía esperar lleno de tedio el obtener alguna partícula de gracia actual. La devoción se le había marchado por la borda. ¿De qué le servía rezar si sabía que su alma estaba anhelando la propia destrucción? Algo que era orgullo o temor le impedía el ofrecer a Dios ni siquiera una plegaria por la noche, aunque sabía que estaba en la mano de Dios el arrebatarle la vida durante el sueño y precipitarle en el infierno, sin darle tiempo ni aun de pedir clemencia. El orgullo de su culpa, y su frío temor de Dios, le decían que su ofensa era demasiado grave para que pudiera ser reparada, ni total ni parcialmente, por un falso homenaje dirigido al que todo lo ve y todo lo sabe.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
De la mala semilla del placer habían brotado todos los otros pecados mortales: orgullo de sí mismo y desprecio de los demás, codicia de dinero para procurarse placeres vedados, envidia de aquellos cuyos vicios no podía alcanzar, goce glotón de la comida, aquella cólera sombría y calenturienta entre la cual fermentaba el deseo, el pantano de pereza espiritual y corporal en el que todo su ser se había hundido.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
12. Sus ojos estaban empañados de lágrimas y, mirando humildemente al <span class="text_exposed_show" style="display: inline;">cielo, lloró por su inocencia perdida. (...)</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
Estaba en pecado mortal. Aun una sola vez, ya era pecado mortal. Podía ocurrir en un instante. ¿Cómo podía ocurrir tan de prisa? O viendo o imaginando ver. Primero, los ojos veían la cosa sin haber deseado verla. Después, todo ocurría en un instante. Pero ¿es que esa parte del cuerpo comprende, o qué? La serpiente, el animal más astuto del campo. Claro que debe de comprender, cuando desea así, en un momento, y luego puede prolongar pecaminosamente su propio deseo, instante tras instante. Siente y comprende y desea. ¡Qué cosa tan horrible! ¿Quién formó así esa parte del cuerpo, capaz de comprender y de desear bestialmente? Y según eso, aquello ¿era una parte de él o era una cosa inhumana, movida por un alma bajuna? Sentía un malestar en el alma al imaginarse una torpe vida de reptil que dentro de él se estaba alimentando de su delicada substancia vital, engordando entre el cieno del placer. Oh, ¿por qué ocurría esto así? ¿Por qué?</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">13. ¡Qué fácil era el ser bueno! El yugo de Dios era ligero y suave. Mejor era no haber pecado nunca, haber permanecido siempre como un niño, porque Dios amaba a los pequeñuelos y dejaba que se acercasen a él. Pero Dios era misericordioso para los pobres pecadores que se arrepentían de corazón. ¡Cuan cierto era aquello! ¡Eso sí que se podía llamar bondad!</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">El cierre se corrió de pronto. El era el siguiente. Se levantó lleno de terror y caminó a ciegas hasta el confesionario.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">Había llegado por fin. Se arrodilló en la silenciosa obscuridad y levantó los ojos hacia el blanco crucifijo que estaba colgado encima de él. Dios podría ver que le pesaba. Diría todos sus pecados. Su confesión sería larga, larga. Todo el mundo en la capilla comprendería cuan pecador había sido. ¡Que lo supieran! Era verdad. Pero Dios había prometido perdonarle, con tal de que le pesase de corazón. Y le pesaba. Juntó las manos y las levantó hacia la blanca forma, rogando con sus ojos entenebrecidos, rogando con todo el trémulo cuerpo, moviendo la cabeza de un lado a otro como una criatura abandonada, rogando con los gimientes labios.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—¡Me pesa! ¡Me pesa! ¡Me pesa!</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">El cierre se descorrió con un golpe brusco y el corazón le dio un salto en el pecho. Por la rejilla se veía la cara de un anciano sacerdote, apartada del penitente, apoyada sobre una mano. Stephen hizo la señal de la cruz y rogó al sacerdote que le bendijera porque había pecado. Luego, inclinando la cabeza, recitó despavorido el Confiteor. Al llegar a las palabras de mi gravísima culpa, cesó, sin aliento.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—¿Cuánto tiempo hace desde su última confesión, hijo mío?</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—Mucho tiempo, padre.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—¿Un mes, hijo mío?</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—Más, padre.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—¿Tres meses, hijo mío?</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—Más aún, padre.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—¿Seis meses?</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—Ocho meses, padre.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">Había comenzado. El sacerdote preguntó:</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—¿Y de qué se acuerda usted desde entonces?</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">Comenzó a confesar sus pecados: misas perdidas, oraciones no dichas, mentiras.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—¿Alguna cosa más, hijo mío?</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">Pecados de cólera, envidia de lo ajeno, glotonería, vanidad, desobediencia.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—¿Alguna cosa más, hijo mío?</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">No había otro remedio. Murmuró:</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—He… cometido pecados de impureza, padre.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">El sacerdote no volvió la cabeza.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—¿Consigo mismo, hijo mío?</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—Y… con otros.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—¿Con mujeres, hijo mío?</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—Sí, padre.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—¿Eran mujeres casadas, hijo mío?</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">No lo sabía. Sus pecados le iban goteando de los labios y del alma, rezumando, supurando como una corriente de vicio sucia y emponzoñada. Los últimos pecados salieron por fin, lentos y asquerosos. Ya no había más que decir. Inclinó la cabeza, rendido.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">El sacerdote callaba. Después, preguntó:</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—¿Qué edad tiene usted, hijo mío?</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—Diez y seis años, padre.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">El sacerdote se pasó la mano varias veces por la cara. Después descansó la frente sobre una mano, se recostó contra la rejilla y, los ojos todavía desviados, habló lentamente. Tenía la voz cansada y vieja.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—Es usted muy joven, hijo mío, y me va usted a permitir que le ruegue que abandone ese pecado. Es un pecado terrible. Mata el cuerpo y mata el alma. Es la causa de muchos crímenes y desgracias. Abandónelo usted, hijo mío, por el amor de Dios. Es deshonroso e indigno de hombres. Usted no sabe hasta dónde ese maldito hábito le puede llevar a usted o hasta dónde puede llegar él en contra suya. Mientras cometa usted ese pecado, su alma carecerá absolutamente de valor a los ojos de Dios. Pídale a nuestra madre María que le ayude. Ella le ayudará, hijo mío. Ruégueselo a Nuestra Señora cada vez que este pecado le venga a la imaginación. Estoy seguro de que lo hará así, ¿no es cierto? Usted se arrepiente de todos estos pecados. Estoy seguro. Y le va usted a prometer a Dios que, con ayuda de su santa gracia, no le va a volver a ofender con ese pecado asqueroso. Hágale esta promesa a Dios. ¿La hará usted? —Sí, padre.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">La voz, vieja y cansada, caía como una suave lluvia sobre su corazón trémulo y reseco. ¡Cuan suave! ¡Cuan triste!</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—Hágalo así, pobre hijo mío. El demonio le tiene extraviado. Rechácele hacia el infierno siempre que le traiga la tentación de deshonrar su cuerpo de esta manera; rechace al espíritu infernal que aborrece a Nuestro Señor. Prométale a Dios que abandonará ese pecado vil, ese pecado asqueroso. </span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">Cegado por las lágrimas y por la luz de la misericordia divina, Stephen inclinó la cabeza y oyó las graves palabras de la absolución y vio cómo la mano del sacerdote se levantaba sobre él en prenda de perdón.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">—Dios le bendiga, hijo mío. Ruegue a Dios por mí. Se arrodilló para rezar la penitencia en un rincón de la obscura nave; y sus oraciones ascendían al cielo desde el corazón purificado como una oleada de aroma que fluyera aire arriba desde el corazón de una rosa blanca.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">¡Qué alegres, las calles enfangadas! Marchaba hacia casa a grandes pasos, consciente de una gracia que se difundía por sus miembros y los aligeraba. A pesar de todo, lo había hecho. Se había confesado y Dios le había perdonado. Su alma era pura y santa una vez más, santa y feliz.</span><br style="line-height: 19.3199996948242px;" /><span style="line-height: 19.3199996948242px;">¡Qué hermoso morir ahora, si fuera voluntad de Dios! Y qué hermoso vivir en gracia una vida de paz y de virtud y de indulgencia para con los demás.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
14. Su destino era eludir todo orden, lo mismo el social que el religioso. La sabiduría del llamamiento del sacerdote no le había tocado en lo vivo. Estaba destinado a aprender su propia sabiduría aparte de los otros o a aprender la sabiduría de los otros por sí mismo, errando entre las asechanzas del mundo.<br />Las asechanzas del mundo eran los caminos mundanales del pecado. Caería. No había caído aún pero caería silenciosamente, en un momento. El no caer era demasiado duro, demasi<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">ado duro; y sintió la silenciosa caída de su alma tal como había de llegar a su hora. Caía, caía. No estaba caída aún, pero sí a punto de caer.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
15. —Un día avellonado por las nubes del mar.<br />La frase, el día y la escena se armonizaban en un acorde único. Palabras. ¿Era a causa de los colores que sugerían? Los fue dejando brillar y desvanecerse, matiz a matiz: oro del naciente, verdes arreboles de pomares y avellanales, azul de ondas saladas, oda gris de vellones celestes. No. No era a causa de los colores: era por el equilibrio y contrabalanceo del período mismo. ¿Era que amaba el rítmico alzarse y caer de las palabras más que sus asociaciones de significado y de color? ¿O era que, siendo tan débil su vista como tímida su imaginación, sacaba menos placer del refractarse del brillante mundo sensible a través de un lenguaje policromado y rico en sugerencias, que de la contemplación de un mundo interno de emociones individuales perfectamente reflejado en el espejo de un período de prosa lúcida y alada?</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
16. Se estarían así cantando las horas muertas, tonada tras tonada, hasta que la pálida luz desapareciera del horizonte, hasta que avanzaran las primeras nubes nocturnas y la noche cayese.<br />Esperó algunos momentos, escuchando, hasta que por fin se unió a ellos también. Le daba pena sentir el fondo de cansancio que se escondía tras la frágil frescura de sus inocentes voces. Aún no se habían puesto en camino para la jornada de la vida y ya estaban cansados del viaje.<br />Oía el coro de<span class="text_exposed_show" style="display: inline;"> voces que en la cocina sonaba, repetido y multiplicado por el coro innumerable de infinitas generaciones de niños; y en todas estas voces sonaba una nota de cansancio eterno, de eterno dolor.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
17. Su pensamiento era como un crepúsculo de duda y de desconfianza propia, alumbrado acá y allá por los relámpagos de la intuición, pero relámpagos de tan diáfana claridad, que en aquellos instantes el mundo se deshacía bajo sus pies, como si hubiera sido consumido por el fuego; después su lengua se anudaba y sus ojos permanecían mudos ante las miradas de los demás, porque se sentía envuelto como en un manto en el espíritu de la belleza y en contacto, aunque sólo fuera en sueños, con todo lo noble. Pero cuando le abandonaban estos breves raptos de silencioso orgullo, se sentía contento de hallarse entre las otras vidas vulgares, de seguir su camino impávido y con alegre corazón a través de la miseria, el bullicio y la indolencia de la ciudad.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
18. ––Usted es un artista, ¿no es verdad?, señor Dédalus ––dijo el decano levantando la cara y guiñando los ojos descoloridos––. El fin del artista es la creación de lo bello. Qué sea lo bello, eso es ya otra cuestión.<br />Ante esta dificultad, el decano se frotó fríamente, lentamente, las manos.<br />––¿Qué? ¿Me puede usted resolver esta cuestión?<br />––Aquino ––contestó Stephen–– dice Pulcra sunt quae visa placent.<br />––Este fuego que tenemos delante ––objetó el decano–– agrada a los ojos. ¿S<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">erá según eso bello?<br />––En tanto que es percibido con la vista, la cual supongo significa aquí intelección estética, será bello. Pero Aquino dice también Bonum est in quo tendit appetitus. El fuego es bueno en cuanto satisface la necesidad animal de calor. En el infierno es, sin embargo, un mal.<br />––Exactamente ––dijo el decano––. Ha puesto usted el dedo en la llaga.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
19. ––Una: dificultad en las discusiones estéticas ––dijo Stephen––, es el saber si las palabras que estamos usando lo están siendo con arreglo a la tradición literaria o según el uso común de la vida.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
20. ––La pregunta que me hacía usted hace un momento me parece interesante. ¿Qué es esa belleza que el artista se esfuerza por expresar, sacándola de la materia de arcilla? ––dijo fríamente Stephen.<br />La palabreja en la que diferían parecía habérsele convertido en la punta aguda de un florete de sensibilidad, esgrimido contra aquel su cortés y vigilante adversario. Y sintió como una punzada de desánimo al descubrir que aquel hombre con el que estaba hablando, era un compatriota de Ben Jonson. Pensaba:<br />––El lenguaje en que estamos hablando ha sido suyo antes que mío. ¡Qué diferentes resultan las palabras hogar, Cristo, cerveza, maestro, en mis labios y en los suyos! Yo no puedo pronunciar o escribir esas palabras sin sentir una sensación de desasosiego. Su idioma, tan familiar y tan extraño, será siempre para mí un lenguaje adquirido. Yo no he creado esas palabras, ni las he puesto en uso. Mi voz se revuelve para defenderse de ellas. Mi alma se angustia entre las tinieblas del idioma de este hombre.<br />»Y el distinguir ––añadió el decano–– entre lo bello y lo sublime, y el distinguir entre la belleza material y la belleza moral. Y el investigar qué especie de belleza es la que está más cercana de cada una de las diversas artes. He aquí algunos temas interesantes que habría que tratar.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
21. ––Nace el alma ––dijo por fin abstraído––, en esos momentos de los que te he hablado. Su nacimiento es lento y oscuro, más misterioso que el del cuerpo mismo. Cuando el alma de un hombre nace en este país, se encuentra con unas redes arrojadas para retenerla, para impedirle la huida. Me estás hablando de nacionalidad, de lengua, de religión. Éstas son las redes de las que yo he de procurar escaparme.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
22. »La emoción trágica, efectivamente, es una cara que mira en dos direcciones: hacia el terror y hacia la piedad, y ambos son fases de ella. Habrás visto que uso la palabra paraliza. Quiero decir que la emoción trágica es estática. O más bien que la emoción dramática lo es. Los sentimientos excitados por un arte impuro son cinéticos, deseo y repulsión. El deseo nos incita a la posesión, a movernos hacia algo; la repulsión nos incita al abandono, a apartarnos de algo. Las artes que sugieren estos sentimientos, pornográficas o didácticas, no son, por tanto, artes puras. La emoción estética (ahora uso el término general) es por consiguiente estática. El espíritu queda paralizado por encima de todo deseo, de toda repulsión.<br />––¿Dices que el arte no excita el deseo? ––dijo Lynch. ¿Cómo me explicas entonces aquello que te conté de haber yo escrito un día a lápiz mi nombre sobre la espalda de la Venus de Praxíteles del Museo? ¿Acaso eso no era deseo?<br />––Hablo de las naturalezas normales ––contestó Stephen––. También me has dicho otra vez que cuando chico, en aquel pintoresco colegio de carmelitas donde estabas, acostumbrabas comer las boñigas secas de las vacas.<br />Lynch prorrumpió otra vez en un bramido de risa y se restregó de nuevo ambas ingles con las manos sin sacar éstas de los bolsillos.<br />––¡Que si me las comía! ¡Y tanto!<br />––En cuanto a eso ––dijo Stephen abriendo un paréntesis cortés––, hay que reconocer que todos somos animales. Yo también soy un animal.<br />––Y tanto que lo eres ––dijo Lynch.<br />––Pero ahora estamos precisamente en el mundo espiritual ––prosiguió Stephen––. El deseo y la repulsión excitados por medios no puramente estéticos no son emociones estéticas, no sólo por su carácter cinético, sino también por su naturaleza simplemente física. Nuestra carne retrocede ante lo que le espanta y responde al estímulo de lo que desea por una simple acción refleja del sistema nervioso. Nuestros párpados se cierran antes de que tengamos conciencia de que una mosca está a punto de entrarnos en el ojo.<br />––No siempre ––dijo Lynch a modo de objeción.<br />––Del mismo modo ––continuó Stephen–– respondió tu carne al estímulo de una estatua desnuda, pero no fue más que por una simple acción refleja de los nervios. La belleza que el artista expresa no puede despertar en nosotros una emoción cinética o una sensación puramente física. Despierta, o debería despertar, induce, o debería inducir, una stasis estética, una piedad ideal o un ideal terror, una stasis provocada, prolongada y al fin disuelta por aquello que yo llamo el ritmo de la belleza.<br />––¿Qué quiere decir eso exactamente? ––preguntó Lynch.<br />––Ritmo ––dijo Stephen––, es la primera y formal relación estética entre parte y parte de un conjunto estético, o entre el conjunto estético y sus partes o una de sus partes, o entre una parte del conjunto estético y el conjunto mismo.<br />––Si eso es ritmo ––dijo Lynch––, sepamos qué es lo que llamas belleza; y hazme el favor de recordar que, aunque en otro tiempo haya comido pastel de boñiga, lo que yo admiro es únicamente la belleza.<br />Stephen levantó la gorra como para saludar. Después, sonrojándose ligeramente, apoyó una mano sobre el áspero paño de la manga de Lynch.<br />––Nosotros estamos en lo cierto, los otros no ––dijo––. El hablar de estas cosas y el tratar de comprender su naturaleza y, una vez comprendida, el tratar lentamente, humildemente, constantemente de expresar, de exprimir de nuevo, de la tierra grosera o de lo que la tierra produce, de la forma, del sonido y del color (que son las puertas de la cárcel del alma) una imagen de la belleza que hemos llegado a comprender: eso es el arte.<br />Habían llegado al puente del canal. Dejaron el camino que habían llevado, y siguieron adelante por la arboleda. Una luz cruda y gris espejeaba sobre el agua perezosa y, por encima de sus cabezas, el olor de las ramas húmedas parecía oponerse al curso de los pensamientos de Stephen.<br />––Pero has dejado sin contestar mi pregunta ––dijo Lynch––. ¿Qué es el arte? ¿Y cuál es la belleza que el arte expresa?<br />––Ésa fue la primera definición que te di, cabeza de chorlito ––dijo Stephen––, cuando comenzaba yo a deshilvanar para mí mismo la cuestión. ¿Te acuerdas de aquella noche? Cranly perdió la ecuanimidad y se puso a hablar del jamón del Wicklow.<br />––Me acuerdo ––dijo Lynch––. Nos estuvo hablando de los cochinos cerdos de todos los diablos.<br />––Arte ––dijo Stephen–– es la adaptación por el hombre de la materia sensible o inteligible para un fin estético. Pero tú te acuerdas de los cochinos y olvidas esto. Tú y Cranly sois un par como para hacerle perder la paciencia a uno.<br />Lynch dirigió una mueca hacia el cielo desapacible y gris. ––Si he de oír tus filosofías estéticas, dame otro pitillo. Me tienen sin cuidado. Me tienen sin cuidado hasta las mujeres. Al diablo contigo y con todas las cosas. Lo que yo necesito es un puesto de quinientas al año. Y tú me lo puedes dar.<br />Stephen le alargó la cajetilla. Lynch cogió el último pitillo que quedaba diciendo sencillamente.<br />––Adelante.<br />––Aquino ––continuó Stephen–– dice que lo bello es aquello cuya aprehensión agrada.<br />Lynch afirmó con la cabeza.<br />––Lo recuerdo ––dijo––. Pulchra sunt quae visa placent.<br />––Usa la palabra visa ––dijo Stephen–– para cubrir todas las aprehensiones estéticas de cualquier naturaleza, ya provengan de la vista o del oído, o de cualquier otra vía aprehensiva. Esa palabra, aunque vaga, es suficientemente clara para dejar a un lado lo bueno y lo malo que excita el deseo o la repulsión. Quiere decir una stasis, no una kinesis. ¿Qué diremos de la verdad? También produce una stasis de la mente. Tú no habrías escrito con lápiz tu nombre sobre la hipotenusa de un triángulo rectángulo.<br />––No ––dijo Lynch––, lo que quiero es la hipotenusa de la Venus de Praxíteles.<br />––Luego lo que produce la verdad es una stasis ––dedujo Stephen––. Me parece que Platón dijo que la belleza es el resplandor de la verdad. No creo que eso quiera decir sino simplemente que la verdad y la belleza son afines. La verdad es contemplada por la inteligencia aquietada por las relaciones más satisfactorias de lo sensible. El primer paso en dirección a la verdad es el llegar a comprender la contextura y la esfera de acción de la inteligencia misma, el comprender el acto intelectivo mismo. Todo el sistema de la filosofía de Aristóteles descansa sobre su libro de psicología, y éste, sobre la afirmación de que un mismo atributo no puede al mismo tiempo, y en la misma conexión, pertenecer y no pertenecer al mismo sujeto. El primer paso en dirección a la belleza es el comprender la contextura y la esfera de acción de la imaginación, el comprender el acto mismo de la aprehensión estética. ¿Está claro?<br />––Bien. ¿Pero qué es la belleza? ––preguntó Lynch impaciente––. Venga otra definición. ¡Algo que vemos y que nos agrada! ¿Es a eso a todo lo que llegáis entre Aquino y tú?<br />––Tomemos la mujer––dijo Stephen.<br />––Tomémosla ––repitió fervorosamente Lynch.<br />––El griego, el turco, el chino, el copto, el hotentote ––dijo Stephen––, todos admiran un tipo diferente de belleza femenina. En este punto parece que nos perdemos en un laberinto sin salida. Hay, sin embargo, dos salidas. Una es la hipótesis de que cualquier cualidad física que los hombres admiran en las mujeres está en conexión directa con las múltiples funciones de la mujer para la propagación de la especie. Tal vez sea así. El mundo, según parece, es aún más lóbrego que lo que tú piensas, Lynch. Por mi parte, a mí me desagrada esta solución. Conduce a la eugénica más bien que a la estética. Te saca fuera del laberinto para ir a dar a un aula nueva y chillona en la cual Mac Cann, en una mano "El origen de las especies", y en la otra "El Nuevo Testamento", te explica que si tú admiras las mórbidas caderas de Venus, es porque sientes que ella puede darte el fruto de una prole rolliza, y que si admiras sus abundantes senos, es porque sientes que serían capaces de proporcionar una leche nutritiva a los hijos que en ella engendres.<br />––Pues si es así, Mac Cann no es más que un requeteincordiante mentiroso ––exclamó vibrantemente Lynch.<br />––Queda otra salida ––continuó Stephen sin poder contener la risa.<br />––¿Y es? ––dijo Lynch.<br />––La siguiente hipótesis ––repitió Stephen–– es la otra salida: aunque un mismo objeto pueda no parecer hermoso a todo el mundo, todo el que admira un objeto bello encuentra en él ciertas relaciones que le satisfacen y que coinciden con las etapas mismas de la aprehensión estética. Estas relaciones de lo sensible, visibles para ti a través de una determinada forma y para mí a través de otra distinta, serán, por tanto, las cualidades necesarias de la belleza. Y ahora vamos a volver a nuestro antiguo amigo Santo Tomás de Aquino en demanda de otros dos peniques de sabiduría.<br />Lynch se echó a reír.<br />––Me resulta enormemente divertido ––dijo–– el oírte citarle una vez y otra vez como si se tratara de un compinche frailuno que te hubieras echado. No sé si tú mismo no te estarás riendo para tu capote.<br />––Mac Alister ––contestó Stephen–– seguramente pondría a mi teoría estética el remoquete de «tomismo aplicado». Hasta aquí, hasta donde se extiende este aspecto de la filosofía estética, el de Aquino me puede conducir perfectamente encarrilado. Pero al llegar a los fenómenos de la concepción, gestación y reproducción artísticas.</div>
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<span style="color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;"><br /></span></span><div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
23. ¿Y si la hubiera juzgado con demasiada severidad? ¿Y si fuera su vida un simple rosario de horas, sencilla y extraña como la vida de un pájaro alegre a la mañana, inquieto por el día, cansado a la puesta del sol? ¿Y si fuera su corazón simple y voluntarioso como el de un pájaro?</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
24. Despertó hacia el amanecer. ¡Oh, qué música tan dulce! Su alma estaba húmeda de rocío. Sobre sus miembros dormidos unas frías ondas de luz se habían deslizado. Estaba echado aún, como si su alma ya<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">ciera entre unas aguas frías, consciente sólo de la música dulce y vaga. Su mente se iba despertando lenta, hacia un tembloroso conocimiento matinal, hacia una matinal inspiración. Estaba lleno de espíritu, puro como el agua más pura, dulce como rocío, móvil como música. Pero, ¡cuán tenue era aquel hálito! ¡Cuán desapasionado era! Tal un aliento de serafines que apenas le rozase. Su alma se iba despertando lentamente, temerosa de despertar del todo. Era la hora de amanecida, cuando el viento está dormido, cuando despierta la locura y las flores extrañas se abren a la luz y la mariposilla inicia su vuelo silencioso.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">25. ¡El encantamiento del corazón! La noche había sido encantada. El éxtasis de la vida seráfica le había sido revelado en una visión, en un sueño. ¿Había sido sólo un instante de encanto? ¿O largas horas, años, edades?</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">El instante de inspiración parecía ahora ser reflejado de todas partes a la vez por una multitud de incidencias nebulosas, por todo lo que había existido, por todo lo que podía haber existido. El instante se había abierto como un punto de luz y ahora de nube a nube, entre vagas incidencias, se iba tendiendo una forma que velaba el último rastro luminoso. En las entradas virginales de la inspiración, la palabra se había hecho carne. El arcángel Gabriel había bajado a la celda de la doncella. Y, disipada ya la llama blanca, sólo quedaba en el espíritu su rastro resplandeciente, que se iba de nuevo intensificando, hasta dar una llamarada de luz ardiente y rosa.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">Aquella luz rosa y ardiente, era el corazón de ella, su corazón extraño y anhelante, lleno de anhelos desde antes de los principios del mundo, y, tan extraño, que el hombre nunca lo había conocido ni nunca lo podría conocer; y seducidos por aquel resplandor rosado, los coros de los serafines estaban cayendo de los cielos.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
¿No estás cansada de ese ardiente afán,<br />tú, de ángeles caídos seducción?<br />No me evoques encantos que se van.</div>
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<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
"13. Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban.<br />14. Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mi, y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios.<br />15. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.<br />16. Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía."<br />San Marcos 10. (13-16).</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
26. ––¡Enseñanza! ––exclamó Cranly––. Supongo que te refieres a esos arrapiezos descalzos que van a que les enseñe un molido mico cómo tú. ¡Que el Señor les tenga de su mano!<br />Mordió lo que le quedaba del higo y arrojó el rabillo lejos de sí.<br />––Dejo que los niños se acerquen a mí ––dijo Glynn con toda amabilidad.<br />––Un molido mico ––repitió Cranly con énfasis–– y además de molido, blasfemo.<br />Temple se puso en pie; apartó a Cranly, y dijo, dirigiéndose a Glynn:<br />––La frase que acaba usted de pronunciar, es la frase del Evangelio: Dejad que los niños se acerquen a mí.<br />––¡Vuélvete adormir, Temple! ––dijo O'Keeffe.<br />––Muy bien ––continuó Temple, dirigiéndose aún a Glynn––; y entonces, si Jesús permitía que los niños se le acercaran, ¿por qué la Iglesia los envía a todos al infierno, si mueren sin estar bautizados? ¿Porqué razón?<br />––Pero, oye, ¿acaso estás tú bautizado, Temple? ––le preguntó el estudiante que parecía tísico.<br />––Pues bien, ¿por qué me los mandan al infierno si Jesús ha permitido que se le acercaran todos, sin excepción?<br />Glynn tosió y dijo suavemente, reprimiendo con dificultad su sonrisilla nerviosa y accionando a cada palabra con el paraguas:<br />––Si ello es así como usted dice, requiero que se me conteste categóricamente ¿cuál es la causa?<br />––La causa es ––contestó Temple–– que la Iglesia es cruel, como todos los pecadores viejos.<br />––No sé si esa declaración está muy dentro de la doctrina católica ––comentó con suavidad Dixon.<br />––San Agustín dice eso de que los niños sin bautizar se van al infierno, porque él era también un pecador viejo y cruel ––agregó Temple.<br />––Yo inclino la frente ante ti ––dijo Dixon––, pero tengo así una idea de que el limbo se creó para tales casos.<br />––No le discutas, Dixon ––exclamó brutalmente Cranly––. No le hables ni le mires. Llévatele a casa con una soga como si fuera una cabra.<br />––¡El limbo! ––gritó Temple––.Ésa es también otra linda invención. Lo mismo que el infierno.<br />––Pero sin lo desagradable de él ––contestó Dixon. Se volvió sonriendo hacia los otros y añadió:<br />––Al hablar así creo ser el portavoz de todos los presentes.<br />––Tenlo por seguro ––dijo Glynn con tono firme––. En esta cuestión Irlanda está de acuerdo.<br />Y volvió a golpear con la contera del paraguas sobre el piso de piedra del pórtico.<br />––¡El infierno! ––prosiguió Temple––. Todavía se puede sentir respeto por esa invención de la esposa grisácea de Satanás. El infierno es algo romano, como las murallas romanas: fuerte y feo. ¿Pero, qué es el limbo?<br />––Llévatelo a acostar otra vez, Cranly ––exclamó O'Keeffe.<br />Cranly dio rápidamente un paso hacia Temple, se detuvo y pegó una patada en el suelo, gritándole como a un ave de corral:<br />––¡Ocsss!<br />Temple se retiró prestamente.<br />––¿Sabéis lo que es el limbo? ––exclamó aún––. ¿Sabéis el calificativo que damos a una idea de ese género en Roscommon?<br />––¡Ocsss, condenado! ––gritó Cranly dando palmadas para ahuyentarle.<br />––«Ni culo ni codo» ––concluyó despectivamente Temple––. Y eso es vuestro limbo."</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
––Si hay algo seguro en este apestoso estercolero del mundo, es el amor de una madre. Tu madre te trae al mundo; te lleva primero dentro de su cuerpo mismo. ¿Qué es lo que sabemos acerca de sus sentimientos? Pero, sea lo que sea, lo que ella siente es, por lo menos, algo verdadero. Tiene que serlo.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
27. ––No hablo de eso ahora ––dijo con un tono más frío Cranly––. Lo que te pregunto es si has sentido alguna vez amor hacia alguna persona o cosa.<br />Stephen avanzaba junto a su amigo contemplando sombríamente la acera. Por fin, dijo:<br />––He tratado de amar a Dios. Y parece que por lo visto he fracasado. Es muy difícil. He tratado de unir, momento a momento, mi voluntad con la voluntad divina. En esto sí que no siempre he fracasado. Podría, tal vez, hacerlo todavía.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
28. Stephen, preparando cuidadosamente cada palabra, antes de ser proferida, dijo:<br />––También parece que Jesús trató a su madre en público con escasa cortesía. Pero Suárez, teólogo jesuita y caballero español le defiende.<br />––¿No se te ha ocurrido nunca pensar que Jesús no era lo que pretendía ser? ––preguntó Cranly.<br />––La primera persona a quien se le ocurrió eso fue al mismo Jesús.<br />––Quiero decir ––dijo con tono más decidido Cranly––, si se te ha ocurrido alguna vez pensar que fuese conscientemente hipócrita, que fuese lo que los judíos de aquel tiempo llamaban un sepulcro blanqueado. O, más claramente aún: que fuese un sinvergüenza.<br />––Nunca se me ha ocurrido pensar en eso ––contestó Stephen––. Pero lo que quisiera saber es si de lo que tratas es de convertirme a mí o de prevenirte a ti mismo.<br />Se volvió hacia su amigo, en cuya cara se estaba dibujando una desapacible sonrisa a la cual un esfuerzo de la voluntad trataba de dar un fino matiz expresivo.<br />Cranly preguntó de pronto en tono juicioso y franco:<br />––Dime la verdad: ¿Te ha escandalizado lo que acabo de decir?<br />––Algo ––contestó Stephen.<br />––¿Y por qué te ha escandalizado? ––insistió Cranly––, si sabes con certeza que nuestra religión es falsa y que Jesús no es el hijo de Dios.<br />––No lo sé con certeza ni mucho menos ––contestó Stephen––. Más bien parece hijo de Dios que hijo de María.<br />––¿Y es ésa la causa por la que no quieres comulgar? ––preguntó Cranly––, ¿porque no estás seguro tampoco de eso, porque temes que la hostia pueda ser el cuerpo y la sangre de Dios, en lugar de ser simplemente un pedazo de pan sin levadura? ¿Porque tienes miedo de que pueda ser así?<br />––Sí ––contestó tranquilamente Stephen––, por eso. Porque siento y temo que pueda ser así.<br />––Lo comprendo ––dijo Cranly.<br />Stephen, impresionado por el tono definitivo de estas palabras, volvió a abrir inmediatamente la discusión, diciendo:<br />––Hay muchas cosas a las que tengo miedo: a los perros, a los caballos, a las armas de fuego, al mar, a las tormentas, a las maquinarias, a los caminos en despoblado por la noche.<br />––Pero, ¿por qué tienes miedo a un pedazo de pan?<br />––Se me figura ––dijo Stephen–– que hay una realidad maligna oculta detrás de estas cosas a las cuales temo.<br />––¿Es que tienes miedo, según eso, a que el Dios de los católicos te deje muerto en el acto y te condene si haces una comunión sacrílega?<br />––El Dios de los católicos podría hacerlo si quisiera. Pero lo que temo más que eso es la acción química que se desarrollaría en mi alma a consecuencia de rendir un homenaje fingido a un símbolo tras del cual están conglomerados veinte siglos de autoridad y de veneración.</div>
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<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
––Mira, Cranly ––dijo––. Me has preguntado qué es lo que haría y qué es lo que no haría. Te voy a decir lo que haré y lo que no haré. No serviré por más tiempo a aquello en lo que no creo, llámese mi hogar, mi patria o mi religión. Y trataré de expresarme de algún modo en vida y arte, tan libremente como me sea posible, tan plenamente como me sea posible, usando para mi defensa las solas armas que me permito usar: silencio, destierro y astucia.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
29. ––Me has hecho confesar los <span class="text_exposed_show" style="display: inline;">miedos que siento. Pero te voy a decir ahora cuáles son las cosas que no me dan miedo. No me da miedo de estar solo, ni de ser pospuesto a otro, ni de abandonar lo que tenga que abandonar, sea lo que sea. No me da miedo el cometer un error, aunque sea un error de importancia, un error de por vida, tan largo tal vez como la misma eternidad.<br />Cranly, serio de nuevo, retardó el paso y dijo:<br />––Solo, completamente solo. No te da miedo de eso. Pero, ¿sabes lo que esa palabra quiere decir? No solamente el estar separado de todos los demás, sino más aún, el no tener ni siquiera un amigo.<br />––Correré el riesgo ––afirmó Stephen.<br />––Y no tener ni aun aquel ser querido ––dijo Cranly–– que es para el hombre más que un amigo, más que el amigo más noble y fiel que en el mundo pueda existir.<br />Al hablar, parecía como si sus palabras estuviesen hiriendo alguna profunda cuerda de su propia alma. ¿Había hablado de sí mismo, de sí mismo tal como era o tal como deseaba ser? Stephen observó por algunos instantes el rostro de su amigo. Había una fría tristeza en aquel rostro. Había hablado de sí mismo; era el temor de su propia soledad.<br />––¿De quién estás hablando? ––preguntó por fin Stephen. Cranly no contestó.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
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30. ––Bien ––dijo Stephen––. ¿Te acuerdas de lo demás?<br />––¿De lo que me dijiste? ––preguntó Cranly––. Sí, me acuerdo. Descubrir una manera de vida o de arte, en la cual tu alma pudiera expresarse a sí misma con ilimitada libertad.<br />Stephen se quitó el sombrero en señal de asentimiento.<br />––¡Libertad! ––repitió Cranly––. Y sin embargo, no eres bastante libre para cometer un sacrilegio. Dime: ¿serías capaz de robar?</div>
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Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-17505527359291653402015-06-24T10:08:00.002-07:002015-06-24T10:08:48.892-07:0022. La Casa de las Bellas Durmientes - Yasunari Kawabata. <div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-w3aIKqteOZo/VYrj3Rx3YsI/AAAAAAAAAL8/V0c91G5mRIE/s1600/1466212_10200802520020171_404518266_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://1.bp.blogspot.com/-w3aIKqteOZo/VYrj3Rx3YsI/AAAAAAAAAL8/V0c91G5mRIE/s320/1466212_10200802520020171_404518266_n.jpg" width="212" /></a><span style="line-height: 19.3199996948242px;">1. No parecía probable que hubiese olido a leche en esta muchacha sólo porque había evocado aquellos dos recuerdos. Procedían de muchos años atrás, aunque en cierto modo no creía que pudieran distinguirse los recuerdos recientes de los distantes, los nuevos de los viejos. Era posible que guardase un recuerdo más fresco e inmediato de su infancia que del día anterior. ¿Acaso esta tendencia no se iba haciendo más clara a medida que uno envejecía? ¿Acaso los días juveniles de una </span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">persona no la hacían tal como era, conduciéndola a través de toda la vida? Era una trivialidad, pero la muchacha cuyo pecho se había manchado de sangre, le había enseñado que los labios de un hombre podían hacer sangrar casi cualquier parte del cuerpo de una mujer; y, aunque posteriormente Eguchi evitó llegar hasta este extremo, el recuerdo, el don de una mujer para comunicar fuerza a toda la vida de un hombre, seguía vivo en él, a pesar de sus sesenta y siete años.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
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2. - Antes de dormirme cierro los ojos y cuento los hombres por quienes no me importaría ser besada. Los cuento con los dedos. Es muy agradable. Pero me entristece no poder pensar en más de diez ( ...)<br />(...) Ella había dicho que se limitaba a contarlos; pero resultaba fácil imaginar que evocaba en su mente tanto sus rostros como sus cuerpos. Conjurar a diez debía exigir un tiempo y una imaginación considerables. Al pensar en esto, el perfume de algo parecido a una poción amorosa por parte de esta mujer ya madura asaltó a Eguchi con más fuerza. Ella era libre de evocar a su antojo la figura de Eguchi entre los hombres por quienes no le importaba ser besada. El asunto no era de su incumbencia, y no podía resistirse ni lamentarse; y, no obstante, el hecho de ser utilizado a sus espaldas por la mente de una mujer de edad mediana resultaba bochornoso.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
3. Había llegado un momento en que el anciano no podía soportar el hecho de que la muchacha durmiera, no hablara, no conociera su rostro y su voz, de que no supiera nada de lo que estaba ocurriendo ni conociera a Eguchi, el hombre que estaba con ella. Ni una mínima parte de su existencia podía alcanzarla. La muchacha no se despertaría, era el peso de una cabeza dormida en su mano...</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
4. Cualquier clase de inhumanidad se convierte, con el tiempo, en humana. En la oscuridad del mundo están encerradas todas las variedades de transgresión.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
5. Dicen que el sentido del olfato es el más rápido en evocar recuerdos...</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-9FCSueFmRds/VYrj3fPr87I/AAAAAAAAAL4/Nl6wLOcBwoQ/s1600/download.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-9FCSueFmRds/VYrj3fPr87I/AAAAAAAAAL4/Nl6wLOcBwoQ/s1600/download.jpg" /></a>6. Siendo humano, de vez en cuando caía en una vaciedad solitaria, en una fría desesperación. ¿No sería éste un lugar muy deseable para morir? Despertar curiosidad, invitar el desdén del mundo, ¿acaso no sería coronar su vida con una muerte apropiada? To<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">dos sus conocidos se sorprenderían. No podía calcular el perjuicio que causaría a su familia; pero morir durante el sueño entre, por ejemplo, las dos muchachas de esta noche, ¿no podía ser el máximo deseo de un hombre en sus últimos años?</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
7. Algo estaría esperándome dentro de la habitación, una habitación donde vivía solo; ¿y no era la soledad una presencia?</div>
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8. <span style="line-height: 19.3199996948242px;">Aunque creo comprender lo que siente una mujer cuando se entrega a un hombre, sigue habiendo en el acto algo inexplicable. ¿Qué es para ella? ¿Por qué ha de desearlo, por qué ha de tomar la iniciativa? Jamás pude aceptar realmente la entrega, aun sabiendo que el cuerpo de toda mujer está hecho para ella.</span></div>
</div>
Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-65042396661720001812015-06-24T09:58:00.003-07:002015-06-24T09:58:24.790-07:0021. Dubliners o Dublineses - James Joyce. <div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="line-height: 19.3199996948242px;">1. De pronto su nombre afloraba a mis labios en extrañas plegarias y súplicas que ni yo mismo entendía. Mis ojos se llenaban de lágrimas a menudo (no me explico por qué) y a veces un torrente nacido de mi corazón parecía derramarse dentro del pecho. No me importaba mucho el futuro. No sabía, siquiera, si alguna vez le hablaría o no; y tampoco imaginaba, si llegaba a hablarle, en qué términos le confesaría mi confusa adoración. Pero mi cuerpo era como un arpa y sus palabras y ad</span><span class="text_exposed_show" style="display: inline; line-height: 19.3199996948242px;">emanes eran como dedos que recorrieran mis cuerdas.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
2. El movimiento rápido a través del espacio, arrebata a la gente. Lo mismo pasa con la notoriedad; lo mismo sucede con la posesión de dinero.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
3. Observó la escena y pensó en la vida. Y (Tal como le sucedía siempre que pensaba en la vida) se puso triste. Una suave melancolía se apoderó de él. Y sintió la inutilidad de luchar contra el destino: Esa era toda la sabiduría que le habían legado sus antepasados.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-8haOT5qkabc/VYrhgoeS_8I/AAAAAAAAALk/-S2PNRVVOJU/s1600/1455115_10200738271894008_1484190310_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://3.bp.blogspot.com/-8haOT5qkabc/VYrhgoeS_8I/AAAAAAAAALk/-S2PNRVVOJU/s320/1455115_10200738271894008_1484190310_n.jpg" width="213" /></a>4. Se preguntó si él sería capaz de escribir un poema que expresara esa idea. Quizá Gallaher pudiera colocarlo en un periódico de Londres. ¿Podría escribir algo original? No estaba muy seguro de la idea que deseaba desarrollar, pero el sentimiento de que un momento poético lo había tocado cobró vida dentro de él como una esperanza infantil (...), ¡Había tantos estados de ánimo e impresiones que él hubiera deseado expresar en versos! Lo sentía bullir dentro de sí. Trató de sopesar su alma para ver si era el alma de un poeta. La melancolía predominaba en su carácter, pensó, pero era una melancolía atemperada por acceso de fe, de resignación y de alegría pura. Si lograba expresar tal sentimiento en un libro de poemas, tal vez la gente lo escuchara.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
5. Un hombre con cara de pocos amigos esperaba en la esquina del puente de O'Connell el tranvía que lo llevaba a su casa. Estaba lleno de rabia contenida y de resentimiento. Se sentía humillado y con ganas de desquitarse; no estaba siquiera borracho; y no tenía más que dos peniques en el bolsillo. Maldijo a todos y a todo. Estaba liquidado en la oficina, había empeñado el reloj y gastado todo el dinero; y ni siquiera se había emborrachado. Empezó a sentir sed de nuevo y deseó r<span class="text_exposed_show" style="display: inline;">egresar a la cálida y asfixiante atmósfera de la taberna. Había perdido su reputación de fuerte, derrotado dos veces por un mozalbete. Se le llenó el corazón de rabia, y cuando pensó en la mujer del sombrerón que se rozó con él y le pidió ¡Perdón!, su furia casi lo ahogó.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
6. El tranvía lo dejó en Shelbourne Road y enderezó su corpachón por la sombra del muro de las barracas. Odiaba regresar a casa. Cuando entró por el fondo se encontró con la cocina vacía y el fogón de la cocina casi apagado. Gritó por el hueco de la escalera:</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
7. -¡Ada! ¡Ada!<br />Su esposa era una mujercita de cara afilada que maltrataba a su esposo si estaba sobrio y era maltratada por éste si estaba borracho. Tenían cinco hijos. Un niño bajó corriendo las escaleras.<br />-¿Quién eres? -dijo el hombre, tratando de ver en la oscuridad.<br />-Yo, papá.<br />-¿Quién es yo? ¿Charlie?<br />-No, papá, Tom.<br />-¿Dónde se metió tu madre?<br />-Fue a la iglesia.<br />-Vaya... ¿Me dejó comida?<br />-Sí, papá, yo...<br />-Enciende la luz. ¿Qué es esto de dejar la casa a oscuras? ¿Ya están los otros niños en la cama?<br />El hombre se sentó pesadamente a la mesa mientras el niño encendía la lámpara. Empezó a imitar el acento de su hijo, diciéndose a media: A la iglesia. ¡A la iglesia, por favor! Cuando se encendió la lámpara, dio un puñetazo en la mesa y gritó:<br />-¿Y mi comida?<br />-Yo te la voy... a hacer, papá -dijo el niño.<br />El hombre saltó furioso, apuntando para el fogón.<br />-¿En esa candela? ¡Dejaste apagar la candela! ¡Te voy a enseñar por lo más sagrado a no hacerlo de nuevo!<br />Dio un paso hacia la puerta y sacó un bastón de detrás de ella.<br />-¡Te voy a enseñar a dejar que se apague la candela! -dijo, subiéndose las mangas para dejar libre el brazo.<br />El niño gritó -Ay, papá- y le dio vueltas a la mesa, corriendo y gimoteando. Pero el hombre le cayó detrás y lo agarró por la ropa. El niño miró a todas partes desesperado pero, al ver que no había escape, se hincó de rodillas.<br />-¡Vamos a ver si vas a dejar apagar la candela otra vez! -dijo el hombre, golpeándolo salvajemente con el bastón-. ¡Vaya, coge, maldito!<br />El niño soltó un alarido de dolor al sajarle el palo un muslo. Juntó las manos en el aire y su voz tembló de terror. -¡Ay, papá! -gritaba-. ¡No me pegues, papaíto! Que voy a rezar un padrenuestro por ti ... Voy a rezar un avemaría por ti, papacito, si no me pegas... Voy a rezar un padre nuestro...</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
8. Pensó que a sus ojos debía él alcanzar una estatura angelical; y, al juntar más y más a su persona la naturaleza fervorosa de su acompañante, escuchó aquella extraña voz impersonal que reconocía como propia, insistiendo en la soledad del alma, incurable. Es imposible la entrega, decía la voz: uno se pertenece a sí mismo.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
9. Acordaron romper la comunión: todo lazo, dijo él, es una atadura dolorosa.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
10. Una de sus sentencias, escrita dos meses después de la última entrevista <span class="text_exposed_show" style="display: inline;">con Mrs Sinico, decía: El amor entre hombre y hombre es imposible porque no debe haber comercio sexual, y la amistad entre hombre y mujer es imposible porque debe haber comercio sexual.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
11. ¡Por Dios, qué final! Era evidente que no estaba preparada para la vida, sin fuerza ni propósito como era, fácil presa del vicio: una de las ruinas sobre las que se erigían las civilizaciones.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
12. Evocando alternativamente las dos imágenes con que la concebía ahora, se dio cuenta de que estaba muerta, que había dejado de existir, que se había vuelto un recuerdo. (...) Su vida sería igual de solitaria hasta que, él también, muriera, dejara de existir, se volviera un recuerdo -si es que alguien lo recordaba.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
13. Miró colina abajo y, en la base, a la sombra del muro del parque, vio unas figuras caídas: parejas. Esos amores triviales y furtivos lo colmaban de desespero. Lo carcomía la rectitud de su vida; sentía que lo habían desterrado del festín de la vida.</div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-_NF8ogCfMcs/VYrhgnWBJVI/AAAAAAAAALo/dYxsT0dWn1w/s1600/1521864_10200801197907119_440020827_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-_NF8ogCfMcs/VYrhgnWBJVI/AAAAAAAAALo/dYxsT0dWn1w/s1600/1521864_10200801197907119_440020827_n.jpg" /></a>14. -Pero, bueno -dijo Mr M'Coy- ¿no es una cosa maravillosa la fotografía, si se piensa en ello?<br />-Ah, pero claro -dijo Mr Power-, los grandes cerebros ven las cosas de lejos.<br />-Como dijo el poeta: Las grandes mentes se acercan mucho a la locura -dijo Mr Fogarty.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
15. Como la conversación se hizo fúnebre se la enterró en el silencio...</div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="margin-bottom: 6px;">
16. -Pero como todo -continuó Gabriel, su voz cobrando una entonación más suave-, siempre hay en reuniones como ésta pensamientos tristes que vendrán a nuestra mente: recuerdos del pasado, de nuestra juventud, de los cambios, de esas caras ausentes que echamos de menos esta noche. Nuestro paso por la vida está cubierto de tales memorias dolorosas: y si fuéramos a cavilar sobre las mismas, no tendríamos ánimo para continuar valerosos nuestra vida cotidiana entre los seres vivientes. Tenemos todos deberes vivos y vivos afectos que reclaman, y con razón reclaman, nuestro esfuerzo más constante y tenaz.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
17. Una ola de una alegría más tierna escapó de su corazón para correrle en cálido torrente por las arterias. Como el tierno calor de las estrellas, rompieron a iluminar su memoria momentos de su vida juntos que nadie conocía, que nadie sabría nunca. Anhelaba hacerle recordar a ella todos esos momentos, para hacerle olvidar su aburrida existencia juntos y que rememorara solamente los momentos de éxtasis. Ya que los años, sentía él, no habían colmado la sed de su alma o la de ella.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
18. <span style="line-height: 19.3199996948242px;">Uno a uno se iban convirtiendo ambos en sombras. Mejor pasar audaz al otro mundo en el apogeo de una pasión que marchitarse consumido funestamente por la vida.</span></div>
</div>
Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7661793374988533718.post-17567759863065097512015-06-22T10:55:00.002-07:002015-06-22T10:55:22.925-07:0020. El Enredo de la Bolsa y La Vida - Eduardo Mendoza. <div style="color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
<span style="background-color: white;">1. Experiencia me ha enseñado a temer más los halagos que las amenazas.</span></div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
2. Mentir nunca está justificado, pero a veces está menos injustificado.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-7hgDaOMkxfQ/VYhL4_aS9qI/AAAAAAAAALQ/gE-L91vWL_Y/s1600/download%2B%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-7hgDaOMkxfQ/VYhL4_aS9qI/AAAAAAAAALQ/gE-L91vWL_Y/s1600/download%2B%25281%2529.jpg" /></a>3. Antepasados y descendientes son importantes. Pasado y futuro. Sin pasado y futuro, todo es presente, y presente es fugaz.</div>
<div class="text_exposed_show" style="color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px;">
<div style="background-color: white; margin-bottom: 6px;">
4. - El placer de una cosa bien hecha es su mejor recompensa.</div>
<div style="background-color: white; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
5. Todo tiene su tiempo, todo pasa. A verano sigue invierno.</div>
<div style="margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="background-color: white;">6. Los seres humanos están necesitados de </span><span style="background-color: white;">guía y no es difícil guiarlos, porque en rigor no van a ninguna parte.</span></div>
</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px;">
7. —Si por ventura alguien os pregunta: ¿qué es lo más importante en la vida?, sin duda responderéis: el amor. Y es cierto. Pero hay varias clases de amor. No muchas, pero sí unas cuantas. Está el amor divino, el amor carnal, el amor al arte y otros. Pues bien, yo os digo que no hay amor más grande, limpio y desinteresado que el que fundamenta la verdadera amistad.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
8. —Nada mitifica tanto como la ausencia.</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.3199996948242px; margin-top: 6px;">
9. El tiempo es cruel, pero también es terapéutico.</div>
.Alexander Cardozo Gilhttp://www.blogger.com/profile/16627161032112641571noreply@blogger.com0