miércoles, 25 de mayo de 2016

38. Desayuno en Tiffany's - Truman Capote.

1. La gente comenzó a interesarse por ella, gente importante, y, para redondear la operación, Benny Polan, un tipo muy respetado, Benny quería casarse con ella. ¿Qué más podía pedir un agente? Y entonces, ¡pam! The Story of Dr. Wassell ¿Ha visto esa película? Cecil B. DeMille. Gary Cooper. La leche. Me mato a trabajar, todo está listo: van a hacerle una prueba para el papel de enfermera del doctor Wassell. Bueno, una de las enfermeras. Y entonces, ¡pam! Suena el teléfono. -Descolgó un teléfono que flotaba en el aire, y se lo llevó a la oreja-. Soy Holly, me dice, hola cariño, le digo yo, estoy en Nueva York, dice, ¿qué coño estás haciendo en Nueva York, le digo, si es domingo y mañana mismo tienes la prueba? Estoy en Nueva York, dice ella, porque nunca había estado en Nueva York. Ya puedes aposentar tu culo en un avión, le digo, y volver ahora mismo. No quiero, dice ella. ¿Qué te pasa, niña?, le digo yo. Y ella me dice, para que las cosas salgan bien tienes que querer hacerlas, y yo no quiero. Bien, le digo, qué diablos quieres, y ella me dice, serás el primero en saberlo en cuanto lo averigüe.
2. Es un fastidio, pero la solución consiste en saber que sólo nos ocurren cosas buenas si somos buenos.
¿Buenos? Mas bien quería decir honestos. No me refiero a la honestidad en cuanto a las leyes (podría robar una tumba, hasta le arrancaría los ojos a un muerto si creyese que así me alegraría un día), sino a ser honesto con uno mismo. Me da igual ser cualquier cosa, menos cobarde, falsa, tramposa en cuestión de sentimientos, o puta: prefiero tener el cáncer que un corazón deshonesto. Y esto no significa que sea una beata. Soy simplemente una persona práctica. De cáncer se muere a veces; de lo otro, siempre.
3. -Fred es soldado -dijo Holly-, pero dudo que alguna vez llegue a ser una estatua. Podría serlo. Dicen que la gente, cuanto más estúpida, más valiente. Y él es bastante estúpido.
-¿Fred es ese chico del piso de arriba? No me di cuenta de que fuese un soldado. Pero sí parece estúpido.
-Un soñador, no un estúpido. Lo que más le gusta es estar encerrado en donde sea, mirando afuera: cualquiera que tenga la nariz aplastada contra un cristal tiene que parecer estúpido a la fuerza. De todos modos, ése es otro Fred. Fred es mi hermano.
-¿Y llamas estúpido a alguien que lleva tu misma sangre?
-Si lo es, lo es.
-Quizá, pero es de mal gusto decirlo de un chico que está combatiendo por ti y por mí y por todos nosotros.
-¿Qué es esto? ¿Un discurso para vender bonos de guerra?
4. Pero no hay que entregarles el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen. Hasta que se sienten lo suficientemente fuertes como para huir al bosque. O subirse volando a un árbol. Y luego a otro árbol más alto. Y luego al cielo. Así terminará usted, Mr. Bell, si se entrega a alguna criatura salvaje. Terminará con la mirada fija en el cielo.

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