domingo, 26 de abril de 2015

11. Por Quién Doblan Las Campanas - Ernest Hemingway.

1. Él sólo tenía una cosa que hacer, y en eso tenía que pensar. Y tenía que pensar en ello claramente, aceptar las cosas según venían y no inquietarse. Inquietarse era tan malo como tener miedo. Hacía las cosas más difíciles.
2. ...pero no me gusta esa resignación. Es un sentimiento malo que se adueña de los hombres cuando están a punto de alejarse o de traicionar; es el sentimiento que precede a la liquidación.
3. Esta gente es maravillosa cuando es buena. No hay gente como ésta cuando es buena, y cuando es mala no hay gente peor en el mundo.
4. «Quizá se comporte siempre así –siguió pensando Robert Jordan–. Quizá sea simplemente uno de esos tipos hoscos como hay muchos.»
No te engañes. No sabes cómo es ni cómo era antes; pero sabes que este hombre está echándose a perder rápidamente y que no se molesta en disimularlo. Cuando empiece a disimularlo será porque ha tomado una decisión. Acuérdate de esto. El primer gesto amistoso que tenga contigo querrá decir que ya ha tomado una decisión.
5. Los caballos le hacen sentirse rico, y en cuanto uno se siente rico quiere disfrutar de la vida. Pronto se sentirá desgraciado por no poder inscribirse en el Jockey Club.
6. La gente buena, si se piensa un poco en ello, ha sido siempre gente alegre. Era mejor mostrarse alegre, y ello era una buena señal. Algo así como hacerse inmortal mientras uno está vivo todavía. Era una idea un poco complicada. Lo malo era que ya no quedaban con vida muchos de buen humor. Quedaban condenadamente pocos.
7. -¿No te importa morir?
—No –contestó la mujer de Pablo–. Y no trates de meterme miedo, cobarde.
—Cobarde –repitió Pablo amargamente–. Tratas a un hombre de cobarde porque tiene sentido táctico. Porque es capaz de ver de antemano las consecuencias de una locura. No es cobardía saber lo que es locura.
—Ni es locura saber lo que es cobardía –dijo Anselmo, incapaz de resistir la tentación de hacer una frase.
8. - Le hablo como si le conociera hace mucho tiempo.
—Y es como si fuera así –dijo Jordan–. Cuando la gente se entiende, es como si fuera así.
9. - Todos cazamos en mi pueblo. ¿No le gusta a usted la caza?
—No –contestó Jordan–. No me gusta matar animales.
—A mí me pasa lo contrario –dijo el viejo–; no me gusta matar hombres.
- A nadie le gusta, salvo a los que están mal de la cabeza –comentó Jordan–: pero no tengo nada en contra cuando es necesario. Cuando es por la causa.
10. - Hombres. Es una vergüenza que nosotras, las mujeres, tengamos que hacerlos. No. En serio.
11. —La tristeza se disipará con el sol. Es como la niebla.
12. —Un hombre que se siente débil puede ser un gran peligro.
13. —No –contestó él con sinceridad–; si tuviera miedo de eso estaría tan preocupado que no serviría para nada.
14. (Descripción de momento sexual). Seguían en la misma posición, pero todo lo que antes estaba cubierto había quedado ahora descubierto. En donde había estado la rugosidad de las bastas telas era ahora todo suavidad, dulzura, suave presión de un bulto suave, firme y redondo, sensación continuada de delicada frescura y un mantenerse unidos sin fin y una especie de dolor en el pecho, y una tristeza terrible y profunda que quitaba la respiración.
15. Bésame ahora.
—No sé cómo besarte.
-Bésame; no hace falta más.
María le besó en la mejilla.
—No, así, no.
—¿Qué se hace con la nariz? Siempre me he preguntado qué se hacía con la nariz.
—Muy fácil; vuelve la cabeza –dijo él, y sus bocas se unieron y ella se mantuvo apretada contra él, y su boca se abrió un poco y él, manteniéndola apretada contra sí se sintió de repente más feliz que lo había sido nunca, más ligero, con una felicidad exultante, íntima, impensable. Y sintió que todo su cansancio y toda su preocupación se desvanecían y sólo sintió un gran deleite y dijo–: Conejito mío, cariño mío, amor mío; hace mucho tiempo que yo te quiero.
16. ...No tropiezas a menudo con cosas como ésta. Estas cosas no suceden en la vida real. Quizá no te hayan sucedido tampoco. Quizás estés soñando o inventándolas y en realidad no hayan sucedido. Quizá sean como esos sueños que has tenido cuando has ido al cine y te vas luego a la cama y sueñas de una manera tan bonita.»
17. «Es posible que tengas miedo de tocarla para comprobar si es real –se dijo–. Es posible que si intentaras tocarla descubrieras que todo no es más que un sueño...
«Puede que lo que te ocurra es que tengas miedo de hacerlo, no vaya a ocurrir que descubras que no ha ocurrido nunca, que no es real, que todo es pura imaginación, como esos sueños de las artistas de cine o como la aparición de todas las muchachas de antes, que venían a dormir en el saco por la noche...
18. El fanatismo era una cosa extraña. Para ser fanático hay que estar absolutamente seguro de tener la razón y nada infunde esa seguridad, ese convencimiento de tener la razón como la continencia. La continencia es el enemigo de la herejía.
19. Un hombre inteligente se ve obligado a emborracharse algunas veces para poder pasar el tiempo con los imbéciles.
20. Te dejas corromper fácilmente. Pero ¿es corrupción o sencillamente que has perdido la ingenuidad de tus comienzos? ¿No ocurrirá lo mismo en todos los terrenos? ¿Quién conserva en sus tareas esa virginidad mental con la que los jóvenes médicos, los jóvenes sacerdotes y los jóvenes soldados comienzan por lo común a trabajar? Los sacerdotes la conservan, o bien renuncian.
21. —Estás loca. Vete.
—No estoy loca –dijo ella–; te quiero.
—Entonces, vuélvete.
—Bueno, me voy. Y si tú no me quieres, yo te quiero a ti lo suficiente para los dos.
22. La disciplina tiene que venir de la confianza.
23. No te engañes acerca del amor que sientas por alguien. Lo que ocurre es que las más de las gentes no tienen la suerte de encontrarlo. Tú no lo habías sentido antes nunca y ahora lo sientes. Lo que te sucede con María, aunque no dure más que hoy y una parte de mañana, o aunque dure toda la vida, es la cosa más importante que puede sucederle a un ser humano. Habrá siempre gentes que digan que eso no existe, porque no han podido conseguirlo. Pero yo te digo que existe y que has tenido suerte, aunque mueras mañana.»
24. No hay lenguaje más atroz que el español. Se encuentra en este idioma la traducción de todas las groserías de las otras lenguas y, además, expresiones que no se usan más que en los países en que la blasfemia va pareja con la austeridad religiosa.
25. Morir no tenía importancia ni se hacía de la muerte ninguna idea aterradora. Pero vivir era un campo de trigo balanceándose a impulsos del viento en el flanco de una colina. Vivir era un halcón en el cielo. Vivir era un botijo entre el polvo del grano segado y la paja que vuela.
26. Era un cobarde, simplemente, y eso es la peor desgracia que puede sucederle a un hombre.
27. ¡Y qué gente tan maravillosa! No hay nada mejor ni peor en el mundo. No hay gente más amable ni gente más cruel. ¿Y quién sería capaz de comprenderlos? Yo, no; porque si los comprendiera se lo perdonaría todo. Comprender es perdonar.
28. No se está destinado a vivir indefinidamente. «Quizás haya tenido toda una vida en tres días –pensó–. Si eso es así, hubiera preferido pasar esta última noche de una manera distinta. Pero las últimas noches nunca son buenas. No son nunca buenas las últimas nadas. Sí, las últimas palabras son buenas a veces.
29. Un hombre al que se despierta antes de tiempo puede experimentar una sensación de vacío cercana al sentimiento de desastre.
30. ...este ahora único, este ahora por encima de todo; este ahora como no hubo otro, sino sólo este ahora y ahora es tu profeta. Ahora y por siempre jamás. Ven ahora, ahora, porque no hay otro ahora más que ahora. Sí, ahora. Ahora, por favor, ahora; el único ahora. Nada más que ahora. ¿Y dónde estás tú? ¿Y dónde estoy yo? ¿Y dónde está el otro? Y ya no hay por qué; ya no habrá nunca por qué; sólo hay este ahora. Ni habrá nunca por qué, sólo este presente, y de ahora en adelante sólo habrá ahora, siempre ahora, desde ahora sólo un ahora; desde ahora sólo hay uno, no hay otro más que uno; uno que asciende, parte, navega, se aleja, gira...
31. Enfadarse es tan malo como tener miedo.
32. Los planes hechos de noche no valen a la mañana siguiente. Lo que se piensa durante la noche no vale para el día.
33. Es inútil renegar de todo lo que ha sucedido sencillamente porque ha llegado el momento en que vas a salir perdiendo. No hagas como esa serpiente que cuando le rompen el espinazo se muerde la cola. Y no tienes el espinazo roto todavía, cerdo. Espera que te despellejen antes de echarte a llorar. Aguarda que comience la batalla para montar en cólera. Hay muchas ocasiones para ello en una batalla. En una batalla, hasta puede serte de provecho.»
34. —Ten cuidado donde escupes hoy –le dijo Pilar–. Podría ser en algún sitio que no fueses a abandonar.
35. ¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?
¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?
¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo? 
Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.
Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.

36. Nunca hubiera creído que podía sentir lo que he sentido -pensó-. Ni que pudiera ocurrirme esto. Querría que me durase toda la vida. Ya lo tendrás, dijo su otro yo. Ya lo tendrás. Lo tienes ahora, y ese ahora es toda tu vida. No existe nada más que el momento presente. No existen ni el ayer ni el mañana. ¿A qué edad tienes que llegar para poder comprenderlo? No cuentas más que con dos días. Bueno, dos días es toda tu vida, y todo lo que pase estará en proporción. Ésa es la manera de vivir toda la vida en dos días. Y si dejas de lamentarte y pedir lo imposible, será una vida buena. Una vida buena no se mide con edades bíblicas. De manera que no te inquietes; acepta lo que se te da, haz tu trabajo y tendrás una larga vida dichosa. ¿Acaso no ha sido dichosa tu vida es estos últimos tiempos? Entonces, ¿de qué te quejas? Eso es lo que pasa en esta clase detrabajos."
Y la idea le gustó mucho. No es tanto por lo que se aprende sino por la gente que uno se encuentra.

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