domingo, 19 de abril de 2015

3. La Milla Verde - Stephen King.

1. La gente siempre hace bromas acerca de las cosas que le asustan pero no puede controlar.
2. —No tiene sentido asustarlos más de lo necesario, porque están bajo una gran presión —dijo Dean manteniendo la voz baja—. Y los hombres que están bajo una gran presión pueden estallar, hacerse daño o hacer daño a otros. Incluso pueden causarnos problemas.
3. ¿no cree que si un hombre se arrepiente de sus culpas, puede volver al tiempo en que fue más feliz y vivir allí para siempre? ¿No cree que es probable que el cielo sea así?
4. El mundo gira y así son las cosas. Uno puede resignarse y girar con él o levantarse para protestar y seguir girando de todos modos.
5. Me pidió perdón. Lo hizo sin mirarme a los ojos, como alguien que siente que se ha humillado tanto que quizá nunca logre superarlo. Un hombre puede acabar odiando a otro que lo ha visto en ese estado
6. Cuando uno sabe qué necesita un hombre, también conoce al hombre.
7. —No estoy obsesionado por él —respondí—. Sólo siento curiosidad.
—Sé por experiencia que una cosa lleva a la otra —dijo Janice con amargura, y a continuación me dio un gran beso en la boca—.
8. Cuando volvía a casa, comprendí que no se parecían en absoluto: lo que les daba un aspecto familiar era la apariencia de agotamiento y tristeza. Es curioso cómo el sufrimiento marca nuestras caras y nos hace semejantes.
9. La niña continuó hacia la casa, pero el niño se acercó a su padre mirándose los pies. Sabía que era feo. Incluso a los cuatro años, uno sabe si es feo o no. (...) —Le queda un ojo —dijo Hammersmith acariciando con dulzura la mejilla arrugada del pequeño—. Supongo que ha tenido suerte de no quedar ciego. Todos los días damos gracias a Dios por ello, ¿verdad, Caleb?
—Sí —dijo con timidez el niño, un niño que sería hostigado cruelmente por sus compañeros de clase en el patio del colegio durante todos los años escolares, un niño a quien nadie invitaría a jugar y que probablemente nunca se acostaría con una mujer (ni siquiera pagando por ella) cuando alcanzara la edad y las necesidades de adulto, un niño que siempre quedaría fuera del círculo cálido e iluminado de sus iguales, un niño que se miraría al espejo durante los siguientes sesenta o setenta años de su vida y pensaría: «Eres feo, feo, feo.»
10. Un hombre con una buena esposa es la criatura más afortunada del mundo, y supongo que el que no la tiene debe de ser el más desgraciado. Su única bendición es que quizá no sea consciente de ello.
11. Es como si hubiera olvidado todo hasta que tú me lo recordaste, Paul. ¿No es extraño?
—No tiene nada de extraño —dijo Bruto—. Creo que es lo que suele hacer la gente cuando no alcanza a entender algo, olvidarlo. No sienta bien recordar cosas que no se entienden.
12. Quizá a algunos de vosotros os parezca gracioso y a otros patético, pero os diré algo: un amor grotesco es mejor que ningún amor.
13. Pensé que si suplicaba, lo envalentonaría, como el olor a miedo suele envalentonar a un perro furioso y animarlo a morder cuando en otras circunstancias se habría limitado a ladrar.
14. Si un hombre tiene una obligación, debe cumplirla por mucho que le cueste.
15. Sonreía con desprecio, como si me odiara. ¿Por qué? No lo sé. A veces no hay una razón, y eso es lo más terrible.
16. La redención era poderosa; era la llave de la puerta que cerrándose dejaba atrás el pasado.
17. —¿Quién eres? —preguntó con voz clara, sensata—. ¿Y por qué tienes tantas cicatrices en los brazos y las manos? ¿Quién te ha hecho tanto daño?
— No lo recuerdo, señora —dijo John Coffey con voz humilde mientras se sentaba en la cama.
Melinda sonrió lo mejor que pudo. La parte derecha de su boca tembló, aunque no se enderezó. Tocó una cicatriz blanca, curva como una cimitarra, en el dorso de la mano izquierda de John.
—Eso es una bendición. ¿Sabes?
—Sí. Creo que si uno no recuerda quién le ha hecho daño, puede dormir mejor por las noches —dijo John Coffey con acento sureño.
18. A veces es mejor seguir adelante, por mucho que el cuerpo y la mente protesten. En ocasiones es la única forma de avanzar.
19. La mano es como un animal que no se ha domesticado del todo; casi siempre se porta bien, pero de vez en cuando se escapa y muerde al primero que se cruza en su camino.
20. Somos frágiles como el cristal, incluso en las mejores circunstancias. 
21. Nos guste o no, el tiempo lo cura todo. El tiempo se lo lleva todo y al final sólo queda oscuridad. A veces encontramos a otros en esa oscuridad y otras veces los perdemos en ella.

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